Satto Vriteh - indice - Vaisnava

comer sus remanentes y por escucharlo, una persona puede cambiar por
completo. Pero esta vez les esperaba otra gran sorpresa. Esto fue cuando
Srila A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada regresó a India con sus
“elefantes blancos”, los devotos occidentales. Con sus grandes cuerpos,
piel blanca, algunos portando una danda, con cordones de brahmanas,
cantando japas. Los vaisnavas de India miraron esto con gran sorpresa,
pensando: “¿Qué es esto?” Aun cuando Srila Bhaktisidhanta Saraswati
Thakur ya había señalado el camino para llevar el Santo Nombre a
Occidente en realidad nadie había pensado que semejante transformación
pudiese ser posible. Por esta razón, cuando Srila Prabhupada regresó a
India con sus discípulos occidentales, todos estaban muy sorprendidos y
comenzó una gran discusión de si estas personas en verdad podían haber
sido transformadas tan rápido. Muchos sospechaban que eran agentes de la
CIA. Se llegó a decir que Srila Prabhupada había recibido dos millones de
dólares de la CIA para infiltrar a algunas personas que dieran información
sobre nuevas formas de explotación en una India que recientemente se
había independizado. Otros opinaban que ellos recién habían dejado de
comer carne, de consumir drogas y de hacer otras actividades ilícitas,
“¿Cómo podían entonces convertirse en devotos tan fácilmente?” Srila
Prabhupada también predicó en África y en América del Norte, donde hay
muchos afro-americanos, de esta manera también la gente de color obtuvo
la gracia de Prabhupada. Los devotos afro-americanos también visitaron
India, lo que fue muy sorpresivo y difícil de asimilar para muchos allí.
El regalo de Srila Prabhupada para Srila Puri Maharaja
La siguiente historia acerca de Srila Bhakti Pramode Puri Maharaja
tocó profundamente mi corazón. Srila Puri Maharaja nos había dicho
que somos todos iguales y que no debíamos discriminar entre un devoto
y otro. De hecho, según los sastras, es muy ofensivo discriminar a un
devoto u ofenderlo en base a su nacimiento, por alguna deficiencia física,
por alguna mala actividad que hizo en el pasado, o porque se haya caído
en su práctica espiritual. Ofender o no aceptar a alguien por alguna de
esas razones no nos está permitido.