Satto Vriteh - indice - Vaisnava

SATO VRTTEH 08
La sabiduría profunda de Srila Prabhupada y su infinito amor
El primer documental acerca de Srila Prabhupada, hecho en New York,
se tituló: “Felicidad en la Segunda Avenida”. Srila Prabhupada había
inaugurado un lugar que anteriormente había sido una tienda llamada
“Regalos Incomparables”. Allí reunió a sus primeros discípulos y fue
allí donde inició su maravillosa misión. En este documental se muestra
a Prabhupada sembrando la verdadera felicidad en el corazón de sus
discípulos, una felicidad tan contagiosa que estaba destinada a propagarse
por el mundo entero como un gran fuego incontrolable, sorprendente para
todos. El Profesor Varsham, un experto en filosofía Oriental, dijo que el
logro de Srila Prabhupada de expandir una práctica espiritual ortodoxa por
el mundo, sólo podría ser comparado con la propagación del cristianismo en
su época; pero no se debe olvidar que este último lo hizo en gran proporción
a fuerza de espada, mientras que la única arma de Srila Prabhupada fue su
profunda sabiduría e infinito amor. Este documental presenta el principio
fundamental de esta filosofía, que consiste en alegrarse por hacer feliz
a los demás. No tenemos otro asunto en la vida aparte del de aprender a
amar a Krishna, y ese es el compromiso más maravilloso para todos.
Encontrarse con Srila Prabhupada
En varias ocasiones pude ver a Srila Prabhupada. Una de las primeras
fue cuando viajé de Alemania a Londres con ese fin. Esto fue después de
haber sido iniciado en París, pero esta vez fui como el representante del
Alemania yatra. Recuerdo que hice una guirnalda de flores de pascua que
había recogido por el camino al Bhaktivedanta Manor. Ofrecer esta gran
guirnalda a Srila Prabhupada fue muy importante para mí porque sentí que
en ese momento había hecho un servicio personal para él. Pero por otro
lado también estaba preocupado porque había tomado esas flores al inicio
de la primavera, a lo largo del camino, y por lo tanto lo más probable era
que no estuviesen perfectamente limpias. Por ello pensaba: “¿Por qué
estoy ofreciendo este servicio imperfecto?” Pero Srila Prabhupada, por
su bondad, aceptó mi servicio contaminado y condicionado. Después de