Satto Vriteh - indice - Vaisnava

cercanos. Con ellos organizábamos la distribución de libros y de música
trascendental por toda Europa. En aquel tiempo surgió una controversia
sobre si Hamsadutta estaba haciendo las cosas en la forma en que Srila
Prabhupada realmente las deseaba, aunque, por supuesto, Srila Prabhupada
se entusiasmaba mucho cuando veía sus libros impresos en alemán. Una
crítica que se le hacía a Hamsadutta era que no enfatizaba lo suficiente las
prácticas espirituales en el templo. Cuando se presentaron inconvenientes
en Suecia, fui enviado allí por Hamsadutta para hacerme cargo y en esa
ocasión comencé a reflexionar sobre mi servicio y la forma en cómo
Hamsadutta estaba conduciendo las cosas y realicé que la persona que lo
había criticado tenía en gran medida buenas razones para ello.
Fui a la India a ver a Srila Prabhupada para recibir instrucciones al
respecto, pero cuando llegué allí supe que Hamsadutta Prabhu era el
secretario y que por supuesto todo, incluso las quejas, pasaban a través de
él. Aun así le solicité una audiencia con Srila Prabhupada para quejarme
de él. Hamsadutta Prabhu se disculpó de varias maneras, admitió muchos
de sus errores y me pidió que por favor no molestara a Srila Prabhupada
con esto y prometió rectificar la situación para poder continuar con la
prédica. Aun así, ya que noté que él eludía la razón principal de la queja,
sabía que Srila Prabhupada podría entender mejor la dificultad, y por ello
me acerqué a él junto con otro hermano espiritual que había ido conmigo,
y una vez que estuve ante él, aproveché de pedirle que me concediera
iniciación en el sannyas ashram. La siguiente semana fue muy intensa,
Srila Prabhupada inicialmente había aceptado y quería darnos sannyas
a los dos, nos sentíamos muy felices, luego, en la conferencia, Srila
Prabhupada enfatizó la gran responsabilidad de convertirse en un gaudiya
tridandi sannyasi.
En uno de esos días en Vrindavan fui a orar a los árboles kalpavriksa
para pedirles que me dejaran servir a mi maestro espiritual en el sannyas
ashram. Por alguna razón no pude encontrar ningún de ellos, así es que
regresé con una pequeña sospecha de que tal vez habría algún cambio de
planes. A Hamsadutta, que no era sannyasi en ese momento, no le gustaba
mucho la idea de tener a dos en su área, entonces, de una forma u otra
convenció a Prabhupada para que esperáramos un tiempo más. Como