Espacios y actividades costeras en Michoacán - Biblioteca CICESE

ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS
Los pescadores –salvo en Ciudad Lázaro Cárdenas– viven en pequeñas comunidades
que han conformado un modus vivendi independiente de los grandes proyectos
de desarrollo que políticos y empresarios han diseñado para la costa michoacana.
Las poblaciones asentadas a lo largo del litoral han salido adelante desarrollando, en
la medida de sus limitaciones, actividades que no impresionan a los analistas económicos,
pero que son significativas para la subsistencia y para la integración económica
y social de un espacio poco atendido por el Estado.
LA PESCA Y LA VIDA POLÍTICA
La marginación económica y social de los pescadores se traduce también en una débil
posición política y, por tanto, en poca capacidad para contener los embates de otras
actividades económicas que compiten por los espacios estratégicos y por el uso de los
recursos en sus áreas de vivienda y de trabajo; tal es el caso de la expansión de la industria
siderúrgica y de la actividad portuaria en la cabecera municipal de Lázaro
Cárdenas, y, en menor medida, del turismo en el resto de la costa.
Los pescadores del litoral de Michoacán, más allá de sus malogradas cooperativas,
no participan como gremio en otro tipo de organizaciones para luchar conjuntamente
en su provecho. Los pescadores de una y otra comunidad se conocen y mantienen
amistad entre sí, pero no existe ninguna instancia de nivel ampliado que los constituya
como comunidad de oficio con facultades para la negociación en todos aquellos
asuntos que les son vitales para su reproducción y supervivencia. La excepción
la forman los pescadores de Ciudad Lázaro Cárdenas, quienes se han erigido como
un caso notable de movilización social y política no sólo entre los pescadores, sino
también entre los diferentes sectores laborales del puerto (véase Cano González en
esta misma obra).
A mediados de la década de los ochenta los pescadores de Ciudad Lázaro Cárdenas
–que capturan en la desembocadura del río Balsas, esteros y parte del litoral– comenzaron
a darse cuenta del descenso de sus cuotas de captura, así como de la reducción
de sus áreas de pesca y de la desaparición de algunas especies. Por supuesto, esto lo
relacionaron con el crecimiento de la industria y con la contaminación que ésta producía
en el río, en los esteros y en el mar. En 1991 todas las organizaciones pesqueras
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