Espacios y actividades costeras en Michoacán - Biblioteca CICESE

ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS
urbana en un extremo de la costa; y segundo porque el Estado impulsó de manera
importante el desarrollo de la pesca a lo largo del litoral –incluso a costa de la improvisación–,
fomentando la creación de cooperativas pesqueras, dotando a los pescadores
de embarcaciones y artes de pesca, y asumiendo la comercialización de los productos
pesqueros por medio de PROPEMEX, una empresa estatal.
Los planes estatales con respecto a la pesca tuvieron efectos positivos, pues dieron
origen a más de diez cooperativas en diferentes poblaciones del litoral y a cuatro plantas
procesadoras de pescado en Ciudad Lázaro Cárdenas, Caleta de Campos, San Telmo
y Boca de Apiza. A mediados de los ochenta había registrados casi mil pescadores
que capturaban especies para el mercado nacional, que PROPEMEX se encargaba de
almacenar y comercializar. No obstante, estas políticas estatales y su proyecto pesquero
únicamente tuvieron continuidad durante dos sexenios, por lo que en el segundo
lustro de los ochenta todo apoyo desapareció casi por completo.
Después del abandono estatal, las cooperativas entraron en un periodo de crisis
organizativa y de depresión económica, pero ello no fue motivo suficiente para impedir
el incremento de la población costera ni el aumento del número de pescadores,
cooperativas y demás sociedades pesqueras. La razón estriba en que estaban al descubierto
los recursos marinos y un nuevo oficio que permitían los ingresos necesarios
para la subsistencia.
En la actualidad existen cerca de cincuenta poblaciones costeras a lo largo de los
262 kilómetros de litoral, caracterizadas por grandes contrastes. En el delta del río
Balsas está concentrada la mayor parte de la población, pues suman cerca de 120 000
habitantes en torno de una ciudad industrial y sus suburbios. El resto –con excepción
de Coahuayana y sus márgenes– son pequeñas poblaciones de menos de 2 000
habitantes donde se vive de la agricultura, del turismo de baja intensidad y de la pesca.
A lo largo del litoral laboran más de 1 500 pescadores que practican la pesca ribereña,
técnicamente rústica, sin capacitación alguna y con bajos niveles de captura. En general
se observan cinco problemas principales: 1) La débil capacidad de las instituciones
del Estado para influir en el desarrollo y mejoramiento de las condiciones de la pesca.
2) La exigua inversión en cuanto a la tecnificación y mantenimiento de los equipos
de pesca. 3) La baja diversificación de la captura debido a las restricciones del mercado.
4) Las dificultades de la comercialización y la drástica desviación de las ganan-
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