Espacios y actividades costeras en Michoacán - Biblioteca CICESE

ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS
como señales para iniciar su reproducción, incubación, migración u otros importantes
periodos de sus vidas. Los flujos anuales enriquecen las zonas pantanosas no solamente
con agua sino también con minerales y nutrientes. Este pulso del río es la principal
razón de su alta productividad biológica. Además, las rápidas fluctuaciones en el
nivel del agua aceleran la erosión río abajo, eliminan a los árboles y a la vegetación de
las riberas, áreas pantanosas y sumergidas; sin esta vegetación los procesos erosivos
se suceden más rápidamente (Coleman, 1984; McCully, 1996).
Al inicio de los proyectos de aprovechamiento de las aguas del río Balsas, su escurrimiento
virgen total se estimaba en 24 273 Mm 3 . Hoy, 21 706 Mm 3 de este escurrimiento
están comprometidos en diferentes usos: consuntivos (7 219 Mm 3 ), exportaciones
a otras cuencas (629 Mm 3 ), pérdidas por evapotranspiración (1 189 Mm 3 ) y
generación de energía hidroeléctrica (12 669 Mm 3 ). El conjunto de presas con fines
de generación de energía construido sobre el río Balsas representa el segundo sistema
hidroeléctrico más grande de México, sólo superado por el sistema construido sobre
los ríos Grijalva-Usumacinta en el sureste, sistema que redujo el escurrimiento disponible
a 2 567 Mm 3 (CNA, 2000).
Los efectos ecológicos de las presas
La fragmentación del sistema fluvial por las obras hidroeléctricas e hidroagrícolas ocasionó
profundos desequilibrios en las funciones ecológicas del delta del río Balsas.
Las interferencias de los flujos del agua y de sedimentos alteraron varias funciones
ecológicas críticas. En primer lugar, se modificó notablemente el ciclo de secas e inundaciones
en el delta al imponer al río un patrón artificial de variaciones de flujos, sujetos
a los niveles mínimos y máximos de desagüe de las presas. Las modificaciones de
los cauces afectaron los patrones naturales de flujos y en las épocas de lluvia propiciaron
inundaciones donde no las había. El problema es que el río y sus planicies de inundación
estaban, como ya se dijo, estrechamente adaptados al ciclo anual de flujos y sequías
y un gran número de especies dependían de los pulsos de nutrientes determinados
por esta sucesión de lluvias-sequías como señales para iniciar su reproducción, incubación,
migración y otros importantes periodos de su vida. De igual modo, se rompieron
los equilibrios entre masas de aguas dulces y marinas al alterar las descargas del Balsas,
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