Espacios y actividades costeras en Michoacán - Biblioteca CICESE
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
6. La relación contradictoria que se estableció <strong>en</strong>tre los reducidos niveles de ocupación<br />
perman<strong>en</strong>te propiciados por el polo industrial y los altos precios de los bi<strong>en</strong>es<br />
y servicios básicos (alim<strong>en</strong>tación, vivi<strong>en</strong>da, educación, salud, etc.) ac<strong>en</strong>tuaron las<br />
desigualdades sociales que hoy caracterizan a la región.<br />
7. La difer<strong>en</strong>ciación y las desigualdades sociales fueron los resultados de la lógica<br />
productiva de las inversiones que se aplicaron <strong>en</strong> la región.<br />
De aquí la urg<strong>en</strong>cia de establecer las bases de una nueva actitud fr<strong>en</strong>te al sistema<br />
ecológico global del río Balsas: su cu<strong>en</strong>ca de dr<strong>en</strong>aje, su delta, su zona costera y<br />
marina adyac<strong>en</strong>tes. Reconociéndolo como sujeto y no solam<strong>en</strong>te como objeto para<br />
alcanzar las metas del crecimi<strong>en</strong>to económico. Creando un mecanismo que nos brinde<br />
la posibilidad de comunicarnos con el sistema ecológico <strong>en</strong> lugar de limitarnos a explotar<br />
sus recursos, imposibilitando la comunicación que nos haga conocer sus pulsos y<br />
colaborar con los grandes procesos geoquímicos y biológicos que controlan su productividad<br />
global. Si queremos recuperar el río Balsas como parte insustituible de nuestro<br />
acervo de recursos naturales, debemos <strong>en</strong>tonces establecer un nuevo cuerpo de<br />
criterios de prueba, corrección y verdad con respecto a los riesgos de nuestro desarrollo<br />
industrial. Es cierto que no existe <strong>en</strong> la actualidad ninguna conducta libre de riesgos.<br />
En las sociedades contemporáneas los riesgos son inevitables cuando se toman<br />
decisiones. No decidir implica ya un riesgo de quedar al marg<strong>en</strong> de un mundo caracterizado<br />
por la velocidad con la que ocurr<strong>en</strong> los cambios. Y la propia investigación<br />
ci<strong>en</strong>tífica corre riesgos y produce peligros.<br />
Hoy vivimos <strong>en</strong> un mundo donde el desarrollo sust<strong>en</strong>table es ampliam<strong>en</strong>te proclamado<br />
como objetivo de política pública. Casi no hay institución, c<strong>en</strong>tro de investigación<br />
u organismo responsable del diseño de planes o programas de manejo de nuestros<br />
recursos naturales que no proclame a la sust<strong>en</strong>tabilidad como el objetivo primordial<br />
de sus acciones. Sin embargo, se pret<strong>en</strong>de aceptar formalm<strong>en</strong>te este nuevo paradigma<br />
como principio de política pública, ignorando los dos requisitos básicos que hac<strong>en</strong><br />
a una sociedad sust<strong>en</strong>table: la alta calidad de sus ecosistemas y la alta calidad de<br />
vida de su población. Ambos procesos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que darse sincrónicam<strong>en</strong>te para alcanzar<br />
la sust<strong>en</strong>tabilidad. No se puede construir una sociedad sobre bases sust<strong>en</strong>tables,<br />
con recursos naturales abundantes y ecosistemas sanos, pero con una población abruma-<br />
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