Espacios y actividades costeras en Michoacán - Biblioteca CICESE

ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS
La operación de La Villita como planta de picos planteó problemas como los azolves
e inundaciones en el delta en la época de descarga, así como deficiencias en la calidad
y la cantidad del agua requerida por las industrias, por lo que fueron necesarias
nuevas obras de habilitación.
El complejo portuario-industrial Lázaro Cárdenas-Las Truchas. Primera y segunda fases
Con financiamiento externo y la compra de tecnología de punta, en 1971 se inició la
costosa construcción de la planta siderúrgica de Las Truchas. Las importantes decisiones
de inversión que hubieron de adoptarse fueron equivalentes a 2.5 veces la inversión
federal del sexenio de 1970-1976 (unos 1 000 millones de dólares). Estos enormes
costos, como los de las presas construidas aguas arriba del Balsas, sólo podían financiarse
con el apoyo del capital foráneo. Así, el Banco Internacional de Reconstrucción
y Fomento (BIRF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otorgaron una buena
parte de los recursos necesarios, mientras que los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra,
Alemania, Francia, Suiza y Japón proporcionaron la tecnología requerida. Finalmente,
fue la Steel Co., de Inglaterra, la responsable de la asistencia técnica.
La decisión sobre su ubicación, al noroeste del poblado de La Mira, zanjó una larga
disputa entre políticos y planificadores. Las razones, sin embargo, eran de peso en su
favor: cercanía a las fuentes de materia prima, abundante agua y electricidad, grandes
extensiones de tierra disponibles mediante procedimientos expropiatorios y amplio
frente marítimo. Todas las condiciones para el desarrollo de la industria base del complejo
portuario e industrial que se construiría a futuro.
Los abundantes recursos minerales de la región aseguraban una oferta suficiente
y barata. Sus reservas, probadas en 100 millones de toneladas, garantizaban un abasto
por un periodo prolongado, y sus costos (20 pesos por tonelada, según SICARTSA,
en 1977), cumplían ampliamente con los requerimientos de esta clase de inversiones.
Algunos insumos, como el carbón, fueron importados; otros, como la cal, fueron abastecidos
también por los abundantes yacimientos regionales.
Los trabajos de infraestructura, con la construcción de las presas de El Infiernillo
y La Villita, proveerían el agua y la electricidad necesarias; sólo los caminos y las obras
de infraestructura urbana fueron construidos sobre la marcha.
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