Espacios y actividades costeras en Michoacán - Biblioteca CICESE

ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS
choacán, situación que más tarde se reproduciría en cada conflicto entre los impulsores
del complejo portuario y los pobladores locales, especialmente agricultores y
pescadores.
Se asistió, entonces, a la transformación de la estructura productiva del espacio rural
no sólo por la ocupación industrial y urbana del delta, sino por la diversificación
de la producción agrícola en favor de cultivos de frutales. Sólo una década después
del arranque de las obras de construcción de Las Truchas, a principios de los años
ochenta, las tres cuartas partes de la superficie agrícola del delta se destinaban a cultivos
permanentes y un 20% a cultivos alimenticios. Se consolidó la producción de coco,
un cultivo ya tradicional en la región, y se agregaron nuevas áreas dedicadas a la plantación
de mango, papaya, plátano y cítricos. Con ello apareció una nueva clase de productores
capitalistas que, de algún modo, supieron aprovechar los beneficios de la
infraestructura de riego. Productos como el mango fueron objetos de exportación a
otras regiones del país e incluso al extranjero en un proceso de especialización que
operó claramente en favor de la producción de frutales altamente rentables y en contra
de las posibilidades de un desarrollo regional sostenible, que tendría que haberse
basado en las capacidades locales de generación de alimentos.
Las pesquerías artesanales en el delta: ¿una desaparición ineluctable?
Frente a los objetivos asignados al polo industrial: abastecer de energía y de materias
primas a los mercados nacional e internacional, producir insumos intermedios para la
industria nacional, generar divisas y funcionar como punto estratégico de vinculación
con el sistema económico mundial, las consideraciones de orden local y regional quedaron
rezagados. El complejo siderúrgico fue concebido para producir diez millones
de toneladas anuales en cuatro etapas progresivas, lo que lo haría el más grande de
Latinoamérica y uno de los mayores del mundo. El complejo portuario-industrial fue
justificado con los argumentos de que resolvía el cuello de botella que implicaba la
falta de un sistema portuario moderno y adaptado a las necesidades geoeconómicas
y políticas de orden mundial; bajaba los costos del transporte de materias primas y
productos elaborados, a partir de una infraestructura que facilitaba la movilización de
barcos de gran calado; minimizaba los costos de producción de las industrias instala-
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