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Scherzo. Núm. 17

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ACTUALIDAD<br />

Buena música en la Costa Brava<br />

No siempre, ni mucho menos, es<br />

necesaria una gran orquesta,<br />

una solista de campanillas, un<br />

director de los de portada de discos para<br />

escuchar un buen concierto. Es más<br />

corriente de lo que parece el que sea suficiente<br />

una pequeña orquesta, aunque<br />

sea desconocida (al menos por estos<br />

tristes pagos españoles), un solista que<br />

no nos suena, pero que domina su oficio<br />

(que oficio es ante todo la música,<br />

aunque muchos hayan olvidado esta<br />

premisa), un director que reúna los mismos<br />

requisitos que el solista y una buena<br />

dosis de amor a la música... y {ya<br />

sé que esto es extramusical) un buen<br />

marco natural. Todas estas cosas se han<br />

reunido aquí es le año (y no es excepción,<br />

pues estamos en un país civilizado,<br />

Cataluña, El Ampurdán). He<br />

asistido solamente a cuatro conciertos,<br />

por desgracia, y voy a hablaros de dos<br />

que han reunido estas condiciones, por<br />

lo demás relaiivamente fáciles de conseguir<br />

cuando lo que se persigue es<br />

hacer buena música y no montar espectáculos.<br />

El primero de los conciertos tenía<br />

como marco la iglesia de San<br />

Martín de Ampurias, la orquesta era la<br />

Sin/onielta de Estocolmo<br />

de la escuela Wolfgang Hock Gernsbach<br />

de Alemania. En el programa el<br />

Concierto para oboe, dos violines y orquesta<br />

de cuerda, de Vivaldi, el maravilloso<br />

Concierto para clave (aquí<br />

interpretado al piano por el pianista<br />

ampurdanés Caries Coll) en re menor,<br />

BWV 1052, de Bach; el Concierto para<br />

oboe de Belliní (solista, como en el<br />

de Vivaldi, un magnífico oboísta, Kurt<br />

Meier) y una de las deliciosas sonatas<br />

para cuerda de Rossini. Una orquesta<br />

de jóvenes, sí, pero una orquesta de jó-<br />

16 <strong>Scherzo</strong><br />

venes maestros, de magníficos músicos<br />

dirigidos por otro músico excelente-<br />

Desgraciadamente, la iglesia no reunía,<br />

ni mucho menos, las condiciones acústicas<br />

necesarias y sobre todo en el concierto<br />

de Bach al piano quedó borroso.<br />

Nos gustaría mucho poder oír a Caries<br />

Coll en mejores condiciones, ya que nos<br />

pareció un buen músico y su Bach, aunque<br />

un tanto excesivamente romántico,<br />

de gran calidad. Como propina pudimos<br />

escuchar una preciosa Zarabanda<br />

de \a Suite catalana de Luis Albert,una<br />

obra que nos pareció finamente escrita,<br />

llena de encanto y con una buena<br />

invención melódica.<br />

El otro concierto tuvo lugar en Torroella<br />

de Montgri, también en la iglesia,<br />

junto a otra de esas maravillosas<br />

plazas ampurdanesas de que os hablaba<br />

antes. En el programa la Sinfonietta<br />

de Estocolmo incluyó tres obras: una<br />

anodina Serenata para orquesta de<br />

cuerda del compositor sueco D. Wiren<br />

(obra obligada para poder disfrutar de<br />

una subvención de salida al extranjero<br />

—sí, hay gobiernos que pagan para dar<br />

a conocer a sus músicos fuera del país),<br />

el Concierto para clarinete de Mozart<br />

y la Cuarta sinfonía de<br />

Beethoven. La orquesta<br />

magnifica, sin peros de ningún<br />

genero; el director, David<br />

Atherton, artífice de la<br />

creación de la London Sinfonietta<br />

—no creo que sea<br />

necesario mayor elogio—,<br />

las interpretaciones muy<br />

por encima de la media, sobre<br />

todo en Beethoven,<br />

aunque los tempí fueran un<br />

poco rápidos, especialmente<br />

en el movimiento final.<br />

El solista de clarinete, con<br />

una bella musicalidad, adoleció<br />

de un sonido débil<br />

(claro que la acústica no era<br />

como para ayudar al instrumentista)<br />

y cierta falta<br />

de unidad en el paso de un<br />

registro a otro, pero dio<br />

una bella versión de una obra difícil,<br />

pero escucharla en directo compensa a<br />

cualquier pequeño defecto que podamos<br />

encontrar. ¿No podrían los organizadores<br />

de conciertos de otros lugares<br />

del país darse una vuelta por aquí y<br />

aprender cómo se hace buena música<br />

sin alharacas ni bambolla, sin la necesidad<br />

de presupuestos millonarios, música<br />

para la gente del común, como<br />

dicen !os castizos?<br />

Eduardo Rincón<br />

Estreno en España<br />

de Mozart y<br />

Salieri, de Rimsky-<br />

Korsakov<br />

Peralid* (18-V1I-I987). Motan y Salieñ, de<br />

Rimsky-Korsakov. Peler Jeffes (Mozarl). Peter<br />

Pwrov (Salieri). Qrquesla Sinfónica del Gran Teaire<br />

del t.iceu. Dilector; A moni Ros Marbá.<br />

En Peralada han decidido hacer las<br />

cosas bien, y por tanto se ha montado<br />

una representación adecuadamente escenificada<br />

de la operita de Rimsky-<br />

Korsakov. Esta tiene unos requerimientos<br />

modestos, pero que han perjudicado<br />

indudablemente a su difusión: un<br />

piano en la orquesta, para interpretar<br />

una breve pieza de Mozart, y un coro,<br />

para que cante algunas frases de su Réquiem.<br />

En escena, sólo dos personajes:<br />

Mozart (tenor de carácter lírico-ligero)<br />

y Salieri (bajo). Las exigencias vocales<br />

de ambos papeles son bastante fuertes,<br />

y ello motivó el que el bajo Peter Petrov<br />

luviese momentos francamente<br />

deficientes en su emisión vocal, atribuibles<br />

quizá al frío de la noche (coincidió<br />

la representación con un inesperado<br />

bajón de la temperatura estival que<br />

mantuvo al público tiritando en el, por<br />

otra parte, excelente teatro al aire libre<br />

construido junio al castillo de Peralada).<br />

El tenor Peter Jeffes solventó mejor<br />

su papel, pero la voz carece de<br />

calidad y es un tanto irregular en el timbre.<br />

Escénicamente ambos cantantes<br />

cumplieron bien (Jeffes tiene una figura<br />

muy adecuada a la de su personaje).<br />

Bien la orquesta, bajo la dúctil batuta<br />

de Antoni Ros-Marbá. La intervención<br />

del coro del Gran Teatro del Liceo fue<br />

inferior a la que después evindenció en<br />

la interpretación del Réquiem de Mozart,<br />

a pesar de que su corta actuación<br />

incluía las mismas notas del principio<br />

del citado Réquiem. En esta obra los<br />

solistas, Montserrat Caballé, Alicia Nafé<br />

y los intérpretes de la ópera, Peter<br />

Jeffes y Peter Petrov, no se distinguieron<br />

particularmente: La Caballé cantó<br />

con elegancia, aunque quizá con un<br />

punto de fatiga —no en balde había<br />

cantado ya en el concierto de la<br />

tarde—, Alicia Nafé se hizo oír poco;<br />

quizás la mejor interpretación la tuvo<br />

ahora el bajo, liberado de sus problemas<br />

vocales de la primera parte.<br />

En conjunto, no fue una versión<br />

histórica pero fue correcta y una dirección<br />

orquestal de Antoni Ros-Marbá<br />

elegante y equilibrada.<br />

Francesc Xavier<br />

Mata Bertrán

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