Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ACTUALIDAD<br />
Buena música en la Costa Brava<br />
No siempre, ni mucho menos, es<br />
necesaria una gran orquesta,<br />
una solista de campanillas, un<br />
director de los de portada de discos para<br />
escuchar un buen concierto. Es más<br />
corriente de lo que parece el que sea suficiente<br />
una pequeña orquesta, aunque<br />
sea desconocida (al menos por estos<br />
tristes pagos españoles), un solista que<br />
no nos suena, pero que domina su oficio<br />
(que oficio es ante todo la música,<br />
aunque muchos hayan olvidado esta<br />
premisa), un director que reúna los mismos<br />
requisitos que el solista y una buena<br />
dosis de amor a la música... y {ya<br />
sé que esto es extramusical) un buen<br />
marco natural. Todas estas cosas se han<br />
reunido aquí es le año (y no es excepción,<br />
pues estamos en un país civilizado,<br />
Cataluña, El Ampurdán). He<br />
asistido solamente a cuatro conciertos,<br />
por desgracia, y voy a hablaros de dos<br />
que han reunido estas condiciones, por<br />
lo demás relaiivamente fáciles de conseguir<br />
cuando lo que se persigue es<br />
hacer buena música y no montar espectáculos.<br />
El primero de los conciertos tenía<br />
como marco la iglesia de San<br />
Martín de Ampurias, la orquesta era la<br />
Sin/onielta de Estocolmo<br />
de la escuela Wolfgang Hock Gernsbach<br />
de Alemania. En el programa el<br />
Concierto para oboe, dos violines y orquesta<br />
de cuerda, de Vivaldi, el maravilloso<br />
Concierto para clave (aquí<br />
interpretado al piano por el pianista<br />
ampurdanés Caries Coll) en re menor,<br />
BWV 1052, de Bach; el Concierto para<br />
oboe de Belliní (solista, como en el<br />
de Vivaldi, un magnífico oboísta, Kurt<br />
Meier) y una de las deliciosas sonatas<br />
para cuerda de Rossini. Una orquesta<br />
de jóvenes, sí, pero una orquesta de jó-<br />
16 <strong>Scherzo</strong><br />
venes maestros, de magníficos músicos<br />
dirigidos por otro músico excelente-<br />
Desgraciadamente, la iglesia no reunía,<br />
ni mucho menos, las condiciones acústicas<br />
necesarias y sobre todo en el concierto<br />
de Bach al piano quedó borroso.<br />
Nos gustaría mucho poder oír a Caries<br />
Coll en mejores condiciones, ya que nos<br />
pareció un buen músico y su Bach, aunque<br />
un tanto excesivamente romántico,<br />
de gran calidad. Como propina pudimos<br />
escuchar una preciosa Zarabanda<br />
de \a Suite catalana de Luis Albert,una<br />
obra que nos pareció finamente escrita,<br />
llena de encanto y con una buena<br />
invención melódica.<br />
El otro concierto tuvo lugar en Torroella<br />
de Montgri, también en la iglesia,<br />
junto a otra de esas maravillosas<br />
plazas ampurdanesas de que os hablaba<br />
antes. En el programa la Sinfonietta<br />
de Estocolmo incluyó tres obras: una<br />
anodina Serenata para orquesta de<br />
cuerda del compositor sueco D. Wiren<br />
(obra obligada para poder disfrutar de<br />
una subvención de salida al extranjero<br />
—sí, hay gobiernos que pagan para dar<br />
a conocer a sus músicos fuera del país),<br />
el Concierto para clarinete de Mozart<br />
y la Cuarta sinfonía de<br />
Beethoven. La orquesta<br />
magnifica, sin peros de ningún<br />
genero; el director, David<br />
Atherton, artífice de la<br />
creación de la London Sinfonietta<br />
—no creo que sea<br />
necesario mayor elogio—,<br />
las interpretaciones muy<br />
por encima de la media, sobre<br />
todo en Beethoven,<br />
aunque los tempí fueran un<br />
poco rápidos, especialmente<br />
en el movimiento final.<br />
El solista de clarinete, con<br />
una bella musicalidad, adoleció<br />
de un sonido débil<br />
(claro que la acústica no era<br />
como para ayudar al instrumentista)<br />
y cierta falta<br />
de unidad en el paso de un<br />
registro a otro, pero dio<br />
una bella versión de una obra difícil,<br />
pero escucharla en directo compensa a<br />
cualquier pequeño defecto que podamos<br />
encontrar. ¿No podrían los organizadores<br />
de conciertos de otros lugares<br />
del país darse una vuelta por aquí y<br />
aprender cómo se hace buena música<br />
sin alharacas ni bambolla, sin la necesidad<br />
de presupuestos millonarios, música<br />
para la gente del común, como<br />
dicen !os castizos?<br />
Eduardo Rincón<br />
Estreno en España<br />
de Mozart y<br />
Salieri, de Rimsky-<br />
Korsakov<br />
Peralid* (18-V1I-I987). Motan y Salieñ, de<br />
Rimsky-Korsakov. Peler Jeffes (Mozarl). Peter<br />
Pwrov (Salieri). Qrquesla Sinfónica del Gran Teaire<br />
del t.iceu. Dilector; A moni Ros Marbá.<br />
En Peralada han decidido hacer las<br />
cosas bien, y por tanto se ha montado<br />
una representación adecuadamente escenificada<br />
de la operita de Rimsky-<br />
Korsakov. Esta tiene unos requerimientos<br />
modestos, pero que han perjudicado<br />
indudablemente a su difusión: un<br />
piano en la orquesta, para interpretar<br />
una breve pieza de Mozart, y un coro,<br />
para que cante algunas frases de su Réquiem.<br />
En escena, sólo dos personajes:<br />
Mozart (tenor de carácter lírico-ligero)<br />
y Salieri (bajo). Las exigencias vocales<br />
de ambos papeles son bastante fuertes,<br />
y ello motivó el que el bajo Peter Petrov<br />
luviese momentos francamente<br />
deficientes en su emisión vocal, atribuibles<br />
quizá al frío de la noche (coincidió<br />
la representación con un inesperado<br />
bajón de la temperatura estival que<br />
mantuvo al público tiritando en el, por<br />
otra parte, excelente teatro al aire libre<br />
construido junio al castillo de Peralada).<br />
El tenor Peter Jeffes solventó mejor<br />
su papel, pero la voz carece de<br />
calidad y es un tanto irregular en el timbre.<br />
Escénicamente ambos cantantes<br />
cumplieron bien (Jeffes tiene una figura<br />
muy adecuada a la de su personaje).<br />
Bien la orquesta, bajo la dúctil batuta<br />
de Antoni Ros-Marbá. La intervención<br />
del coro del Gran Teatro del Liceo fue<br />
inferior a la que después evindenció en<br />
la interpretación del Réquiem de Mozart,<br />
a pesar de que su corta actuación<br />
incluía las mismas notas del principio<br />
del citado Réquiem. En esta obra los<br />
solistas, Montserrat Caballé, Alicia Nafé<br />
y los intérpretes de la ópera, Peter<br />
Jeffes y Peter Petrov, no se distinguieron<br />
particularmente: La Caballé cantó<br />
con elegancia, aunque quizá con un<br />
punto de fatiga —no en balde había<br />
cantado ya en el concierto de la<br />
tarde—, Alicia Nafé se hizo oír poco;<br />
quizás la mejor interpretación la tuvo<br />
ahora el bajo, liberado de sus problemas<br />
vocales de la primera parte.<br />
En conjunto, no fue una versión<br />
histórica pero fue correcta y una dirección<br />
orquestal de Antoni Ros-Marbá<br />
elegante y equilibrada.<br />
Francesc Xavier<br />
Mata Bertrán