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Scherzo. Núm. 17

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BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE<br />

do bastantes veces ñolas vecinas y trompicándose<br />

con frecuencia. De todas<br />

formas, es artista y eso se percibió en<br />

los pasajes más tranquilos, donde hizo<br />

gala de un excelente rubato, una nítida<br />

dicción y una limpia articulación, unidos<br />

a un sonido no exento de terciopelo,<br />

de espléndida calidad timbrica.<br />

David Wehr. Norteamericano. 30<br />

años. Primer premio. Primer Concierto<br />

de Brahms. Muy aseado técnicamente,<br />

de pulcro mecanismo y excelente<br />

asunción de las dificultades de la obra,<br />

que en sus dedos discurrió fluidamente,<br />

sin intemperancias, pesanteces o irregularidades<br />

dignas de mención. Sin<br />

embargo, el espíritu, entre heroico y gravemente<br />

lírico, con pinceladas trágicas,<br />

de este Brahms, no acabó de hacerse<br />

presente. No hubo temperatura, pianismo<br />

trascendente tras las bien ensayadas<br />

y algo metálicas sonoridades.<br />

El tuerto en el reino de los ciegos<br />

^uizá el estadounidense fuera el mejor,<br />

el tuerto en el país de los invidentes.<br />

Fue el que mantuvo una tónica<br />

general de mayor coherencia, el que reveló<br />

más tranquilidad. No hizo nada<br />

grande, pero tampoco cometió errores<br />

ni realizó cosas feas. Su edad, su más<br />

larga experiencia (fue segundo premio,<br />

ex-aequo, en el Concurso Paloma<br />

O'Shea de hace diez años) no cabe duda<br />

de que le han servido. Aun así, al menos<br />

por lo observado en la final, y en<br />

la entrega de premios, donde tocó impecablemente<br />

dos valses de Chopin, es<br />

un pianista mucho más interesante el<br />

ruso Yerokhin, a pesar de sus fallos y<br />

de su falta de control (y de que también,<br />

hay que decirlo, tocó una obra más<br />

agradecida). Y, cara al futuro, muy probablemente<br />

lleguen a decir más y mejores<br />

cosas Kong o Nersesjan. Sobre<br />

lodo son más jóvenes. Wehr parece un<br />

pianista ya totalmente hecho y lo que<br />

ofrece, a sus 30 años, no resulta especialmente<br />

cautivador. Una buena o discreta<br />

medianía. Un instrumentista<br />

pulcro... y gris. ¿Es esto realmente lo<br />

que debe perseguir el Concurso?<br />

El jurado —en el que figuraban<br />

nombres tan prestigiosos como Badura-<br />

Skoda, Magaloff, Harold Schonberg,<br />

Colombo, Istomin y los españoles Sopeña,<br />

presidente, y Enrique Franco, ya<br />

habituales, además de Josep Colom,<br />

único pianista patrio ganador, en 1978,<br />

del primer premió al menos asi lo ha<br />

considerado. ¿Es también el criterio de<br />

Paloma O'Shea?<br />

La Nacional, bajo mínimos<br />

u. ' n capitulo aparte, no muy extenso,<br />

merece la actuación de ta ONE como<br />

conjunto colaborador en los dos<br />

conciertos finales de los días 4 y 5 de<br />

agosto. La orquesta madrileña se presentó,<br />

a las órdenes de su titular, Jesús<br />

López Cobos, en lo que dio la impresión<br />

de ser una alarmante baja forma:<br />

desajustes, desafinaciones flagrantes de<br />

los vientos, falta de empaste, aparente<br />

desgana (como si aquello fuera una misión<br />

poco digna (¡) de la agrupación).<br />

El mismo López Cobos no pareció querer<br />

ir más allá de lograr (y no se llegó<br />

a ello del todo) un discreto apoyo y un<br />

rutinario acompañamiento, no demasiado<br />

matizado y sólo a medias medido.<br />

Ignoro las causas de esta pobre<br />

prestación, poco comprensible en una<br />

orquesta como la Nacional, aun en la<br />

de ahora, lejos de la solidez de la de antaño.<br />

Sean cuales fueren (económicas<br />

—se habló de que los músicos se negaban<br />

a tocar mientras no se les pagaran<br />

los cinco millones acordados por la presencia<br />

de las cámaras de TVE—, laborales,<br />

vacacionales, anímicas, de<br />

cansancio, de falta de ensayos...), una<br />

entidad pública, pese a todo de reconocida<br />

calidad, tal que la ONE no puede<br />

ni debe ponerse en evidencia de esta manera.<br />

Máxime cuando un día después<br />

tocó una entonada Séptima de Bruckner<br />

y cuando las obras que precisaban<br />

su intervención al lado de los finalistas<br />

eran todas de riguroso repertorio.<br />

La obra de Olavide<br />

kJobre Gonzalo de Olavide ha recaído<br />

este año el encargo de componer una<br />

obra destinada a ser interpretada obligatoriamente<br />

por los concursantes.<br />

Buena idea la de esta comisión,<br />

que ya ha producido, en la pasada<br />

edición, una partitura de Cristóbal<br />

Halffter. La de Olavide, Perpetuum mobile,<br />

de unos seis o siete minutos de duración,<br />

es desde luego excelente para<br />

hacer dedos, pero en su estructura, que<br />

se ajusta al título, se plantea el autor diversas<br />

e interesantes cuestiones tímbricas<br />

e interválicas en busca —lo que<br />

parece una constante del músico— de<br />

un resultado dramático, lo que indudablemente<br />

consigue, aunque para ello<br />

tenga que plantear un buen número de<br />

dificultades a los pianistas. La que mejor<br />

la sirvió dentro de lo que cabe, fue<br />

la francesa Claire Desert.<br />

Arturo Reverter<br />

Izquierda: Sergei Yerokhin, segundo clasificado oficial, y para muchos, el mejor del Concursa Derecha: José Luis Ocejo, Director d<br />

de Santander, con Paloma O'Shea y Jacob Britrizky, Director de la «Artur Rubinstein Jnternational Music Society».<br />

<strong>Scherzo</strong> 23

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