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Fedora, Scala I9S6/FOTO: PICCAGLiANl<br />
sión vocal, como en el caso de Norma, Puritanos, Lucía,<br />
Traviala o Rigoleito.<br />
Capítulo imporantisimo de su legado fue la redefinición<br />
de los tipos vocales. En los siglos XVI11 y primera mitad<br />
del XIX, sólo se distinguían dos clases de voces femeninas,<br />
soprano y contralto. Posteriormente, el que era tipo<br />
básico de soprano, y que hoy conocemos como drammático<br />
d'agiltrá, se fue especializando y surgieron diversas categorías:<br />
ligera, lírica, dramática; incluso con leves<br />
variantes (spirtto, falcan, etc.). Y así los papeles de Elvira<br />
y Norma, que Bellini había escrito para una misma voz,<br />
la de Giuditta Pasta, se acabaron atribuyendo, respectivamente,<br />
a sopranos ligeras y a dramáticas sin agilidad.<br />
María Callas los restituyó a su justa dimensión vocal y<br />
abrió un amplio camino por el que, durante los últimos<br />
treinta años, han transitado Leyla Gencer, Virginia Zeani,<br />
Renata Scotto, Mirella Freni, Joan Sutherland, Montserrat<br />
Caballé, Beverly Sills y, hoy día, June Anderson y<br />
Cecilia Gasdia. Y aún habrían de considerarse legado de<br />
Callas voces ambiguas de mezzo como las de Berganza,<br />
Horne, Cassotto y Verrett que, por otra parte, también son<br />
deudoras de la gran Giuletta Simionato, contemporánea<br />
de Callas. Sin las batallas que María planteó y ganó, es<br />
difícil adivinar cómo hubiera sido la carrera de todas ellas.<br />
Su herencia se ha hecho notar mucho menos en el ámbito<br />
masculino; pero Alfredo Kraus, Cario Bergonzi o Samuel<br />
Ramey son también deudores de su arte.<br />
Otro aspecto a destacar se refiere al juego escénico, a<br />
la composición total del personaje. Cedamos la palabra<br />
a Cario María Giulini, quien en 1977, tras el<br />
fallecimiento de la soprano, se expresó así: «Mi primer<br />
pensamiento cuando supe la muerte de María<br />
Callas fue que había desaparecido la figura que en<br />
nuestro tiempo representó el melodrama italiano.<br />
Para su realización son necesarios tres factores: palabra,<br />
música y actuación. Muchos artistas poseen<br />
uno o dos de ellos, pero ¡qué raro es encontrar<br />
los tres reunidos en una sola persona! Asi se dio<br />
en María Callas: ella era el melodrama». Sus<br />
personajes resultaban siempre muy activos.aún<br />
en declamados o recitados, o en escenas de<br />
conjunto, en que su protagonismo no era total.<br />
En suma, como bien subraya Giulini, la Callas iluminaba<br />
plenamente al personaje —y a partir de él, a toda<br />
la acción dramática— desde el triple ángulo verbal, musical<br />
y escénico.<br />
Su timbre y su fraseo personalísimos, su musicalidad<br />
y su casi milagrosa intuición para captar, diferenciar y plasmar,<br />
tanto en teatro como en estudio, los estilos más dispares,<br />
quedan bien documentados en el disco: legado<br />
imperecedo, que aun privado del juego escénico, nos restituye<br />
lo bastante de su arte como para afirmar que la soprano<br />
greco-americana cambió el curso de la historia de<br />
la ópera, en la que siempre se hablará de antes y después<br />
de la Callas.<br />
Roberto Andrade Malde<br />
<strong>Scherzo</strong> 57