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Scherzo. Núm. 17

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ACTUALIDAD<br />

Anioni Ros-Marbá/FOTO: AGUSTÍN MUÑOZ<br />

El baño de Mozart a Salieri<br />

Casffllo dt Peralada, 25-VH-I987, Falslaff de Salieri.<br />

Repano; Joan Pons, Nucda Focile, Dalmau<br />

Gunzález, Carlos Chausson. Raquel Pierotli, Ma-<br />

Por lo poco que hoy en día sabemos<br />

de Salieri, este compositor<br />

italiano afincado en Viena usó<br />

de dos estilos distintos: el solemne,<br />

gluckiano, para la ópera seria (como en<br />

Les Danaides) y el bufo, en el que coincidía<br />

con Cimarosa, con Martin y Soler<br />

y... sólo en lo externo, con Mozart.<br />

Una grabación discográfica oportunistica<br />

de Hungaroton nos había familiarizado<br />

desde hace bastante tiempo<br />

con esta ópera de Salieri, y la verdad<br />

es que nos pareció al escucharla una<br />

obra bastante menor, con algunos momenios<br />

más o menos brillantes, pero sin<br />

mucha profundidad, ni siquiera interés<br />

musical. La pieza a dúo La slessa, ¡a<br />

stessissima, que Beethoven músico y<br />

que corresponde a la lectura de la carta<br />

de Falstaff por las señoras Ford y<br />

Slender, no parecía justificar el honor<br />

de haber quedado incluida en el repertorio<br />

beetho venían o.<br />

Por lo visto en el escenario al aire libre<br />

del Castillo de Peralada, con todos<br />

sus incoveniemes (¡cuánto se echa a faltar<br />

un teairo cerrado, tan confortable!)<br />

hay que reconocer que la ópera de Salieri<br />

funciona, es decir, resulta perfectamente<br />

viable por una razón muy<br />

ría Gallego, Enríe Serrá. O.S.C. Tcalro del Lictu.<br />

director Xavier Cüel. Director de escena: Viitorio<br />

Patané.<br />

sencilla en la que no habíamos caído:<br />

el argumento, archiconocido del público,<br />

se puede seguir paso a paso y de esta<br />

forma —y no de otra la función de la<br />

ópera bufa se cumple a la perfección.<br />

El público pudo seguir atentamente los<br />

avatares del gordinflón dieciochesco<br />

que Juan Pons interpretaba en escena,<br />

comprendió los celos de Mr. Ford y la<br />

agudeza de su esposa escénica, y esto<br />

es más de lo que puede decirse de las<br />

represen I aciones habituales de óperas<br />

bufas (alguien tendría que tener el valor<br />

de hacer una encuesta a la salida de,<br />

por ejemplo, Cosi fan tulle, y ver qué<br />

ha entendido el público del texto de Da<br />

Ponte).<br />

Como ya hemos apuntado, la estrella<br />

de la representación fue, naturalmente,<br />

Juan Pons, quien se ha distinguido<br />

en su carrera por su Falstaff<br />

verdiano. Aquí supo adaptarse al mundo<br />

dieciochesco (la representación se<br />

montó como se hubiera hecho en la<br />

época, con una vestimenta del momento)<br />

y sus galanterías tuvieron el tono<br />

propio del siglo de la elegancia que se<br />

cerraba justo cuando se estrenó esta<br />

ópera (en <strong>17</strong>99). Aparte de su habilidad<br />

escénica, Pons cantó con una voz bien<br />

timbrada, regular y de color agradable,<br />

y manifestó condiciones más que sobresalientes<br />

para el repertorio bufo, como<br />

ya habíamos intuido viendo su Gianni<br />

Schicchi.<br />

El papel de Mrs. Ford lo cantó la soprano<br />

ligera italiana Nuccia Focile. No<br />

posee una gran voz, todo lo contrario,<br />

el instrumento es más bien pequeño,<br />

pero canta con valentía, agilidad y buen<br />

gusto y dio al personaje el tono ligeramente<br />

histórico que corresponde a una<br />

malcasada de ópera bufa. Su interpretación<br />

fue a más y se combinó bien con<br />

la de su compañera Raquel Pierotti (en<br />

el papel complementario de Mrs. Slender).<br />

La Pierotti ha mudado el color de<br />

su voz, que nunca fue muy de mezzo,<br />

y actualmente es casi una soprano, pero<br />

su agilidad y buen gusto siguen en<br />

vigor.<br />

En el papel sumamente difícil de Mr.<br />

Ford, Dalmacio González tuvo que luchar<br />

con coraje para superar los obstáculos<br />

constantes que su parte<br />

presenta. Lo logró sólo en parte, pero<br />

quedaron compensadas algunas deficiencias<br />

—no de afinación ni de agudeza,<br />

sino de cuerpo vocal— por su<br />

excelente capacidad escénica. Sus entradas<br />

como marido celoso fueron notablemente<br />

eficaces y en conjunto puede<br />

decirse que cumplió adecuadamente. Su<br />

compañero de equipo, Carlos Chaussón,<br />

en el papel de Mr. Slender, se<br />

sintió cómodo y pudo lucir su característico<br />

énfasis cómico, pero el papel no<br />

le consentía sobresalir. Enric Serrá<br />

mostró su eficaz faceta de barítono bufo<br />

en el papel del criado Bardolfo, y<br />

María Gallego esluvo gris en el breve<br />

y sin personalidad escénica de Betty.<br />

Excelente el coro en sus cortas pero importantes<br />

intervenciones.<br />

La orquesta, bajo la batuta de Xavier<br />

Güell, quien se estrenaba como director<br />

de ópera, sonó con cierta<br />

debilidad, motivada por los efectos del<br />

viento, pero en general la transparencia<br />

de la partitura fue bien recogida por<br />

el conjunto, pese a algunos groseros fallos<br />

del metal en el primer acto. Bien<br />

la dirección escénica de Vittorio Patané,<br />

quien relató la acción con agilidad,<br />

pese a la incomodidad que suponía el<br />

improvisado escenario al aire libre. Se<br />

utilizó un torreón del edificio, pero a<br />

costa de largos e incómodos tramos de<br />

escaleras.<br />

El estreno estuvo a punto de malograrse<br />

cuando en el intermedio una nube<br />

(¿enviada por Mozart?) soltó una<br />

lluvia intempestiva, pero el incidente<br />

fue breve y la representación llegó felizmente<br />

a término. Sin embargo, la interrupción<br />

y la considerable longitud de<br />

la ópera dieron al público cierta sensación<br />

de incomodidad y, de todos modos,<br />

lo que quedó muy claro es que<br />

Salieri no es Mozart...<br />

Xavier Daufi<br />

<strong>Scherzo</strong> <strong>17</strong>

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