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Scherzo. Núm. 17

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uen sonido. Pero un amplio lector de aficionado*<br />

se interesa sobre todo por las voces, terreno<br />

en el que las nuevas grabaciones suelen<br />

estar en desventaja respecto a las antiguas. AJÍ,<br />

Rosalind Plowright repite una prestación similar<br />

a la que ofreció en Trovador con Giulini.<br />

Su voz es atractiva, peto de cajidad discutible'<br />

con una octava media (MÍ3 a Mi4) bastante gutural,<br />

agudo consistente y bien timbrado y registro<br />

grave muy pálido. Canta con corrección<br />

y musicalidad, pero es mucho menos expresiva<br />

que Lcontyne Pnce, Tebaldi, Milanov o Callas.<br />

Agnes Bsltsa es una destacada Preaosilla,<br />

de bella voz sopranil, un poco justa en los extremos<br />

de la tesitura, que va de La 2 a Do 5.<br />

Pero personalmente prefiero a las clásicas Cossotto,<br />

Simionato, Stignani y —sobre todo—<br />

Verrett.<br />

Variable la actuación de Carreras como Alvaro,<br />

con su punto mis bajo en el tercer Acto:<br />

en el aria, su linea de canto no es correcta y<br />

muy apurado arriba; además, el recitativo carece<br />

de acento verdiano. Tampoco está bien en<br />

el dúo Sítale. En el cesto de la ópera cumple<br />

mejor, apoyado en el calor y comunicatividad<br />

de su centro y en su extrovertido temperamento;<br />

pero los grandes Alvaro de la discografia<br />

son Bergonzi y Domingo. El barítono Renato<br />

Bruson, que nunca tuvo voz bella ni squillante,<br />

muestra un progresivo deterioro de su timbre,<br />

que sólo suena pasable en la octava central<br />

(Re2 a Re3); pero el grave es sordo y el agudo<br />

forzado o sin brillo, cuando no ronco. Excelente<br />

su dicción y noble su linea de canto, como<br />

intérprete resulta algo monótono en un<br />

personaje, el de Carlos, que ya lo es de por si.<br />

Tagliabue, Bastianini y Warren le superan con<br />

claridad. Paata Burchuladze posee notable voz<br />

de bajo, emisión en exceso cupa y expresión<br />

poco elegante, y no hace olvidar ni a Pasero<br />

ni a Siepi. Bien Juan Pons como Melitone y<br />

bajo nivel de secundarios, entre los que aparece,<br />

una vez más, el terrible Richard van Alian.<br />

Hace ahos, las grabaciones de ópera se definían<br />

primordialmenle por sus cantantes: asi<br />

se hablaba de la Forza de Tebaldí, de Callas<br />

o de Leontine Price. Hoy día la estrella suele<br />

ter el director (y en teatro, válgame Dios, rtgislas<br />

como Kcn Russell o Chéreau). Tras el<br />

reciente Fausto de Sir Colín Davis, hoy comentamos<br />

la Forza de Sinopoli, cuyo trabajo es<br />

realmente espléndido, apoyado en una no menos<br />

esplendida orquesta Filarmonía. El director<br />

veneciano muestra —como Muti— que el<br />

rigor constructivo de esta ópera es muy superior<br />

a lo que hasta la fecha nos habían hecho<br />

intuir batutas destacadas como Molinari-<br />

Pradetli, Serafín, Schippers o Invine. Y aunque<br />

tal o cual lempo sea discutible por lo lento,<br />

la concepción de Sinopoli tiene, a la vez,<br />

lógica férrea y fantasía narrativa.<br />

Aparte, la citada Forza de Muti, otras versiones<br />

recomendadas son. por orden cronológico,<br />

las de Molinarí-Pradelli para Decca, con<br />

Tebaldi, Simionato, Bastianini y Siepi; Schippers<br />

(RCA) con Lentyne Pnce. Vertett, Tucker<br />

y Warren; Gardelli (EMI), con Arroyo,<br />

Bergonzi y Rug&iero Raimondi; y Levine<br />

(RCA) con L. Price. Cossoito y Domingo.<br />

También conviene recordar- la excepcional acluación<br />

de Tebaldi con Mittopoulos (Cetra, en<br />

vivo); a la siempre fascíname Callas (con Serafín,<br />

EMI), y a la opulenta Milanov, en unos<br />

fragmentos que grabó en 1951 para RCA, su-<br />

DISCOS<br />

periores a su posterior registro completo con<br />

PrevitaJi,<br />

R. A. M.<br />

VILLA-LOBOS: latetnl para goltam: Doce<br />

estudios para guitarra, anco preludios paro guitarra,<br />

bachiana brasileña n. ° i, suile popular<br />

brasilina, distribución de/lores, choros n." I.<br />

concierto para guitarra y pequeña orquesta,<br />

sexteto místico, Turlbto Santos (guitarra), Leila<br />

Gaimaraeateopraso), Orquesta de cámara brasilcna<br />

dirigida por Bernardo Bessler. LDC<br />

78.S69/70.<br />

De auténtica novedad discográfka cabe considerar<br />

este doble álbum que recoge la integral<br />

para guitarra de Heitor Villa-Lobos. Ya es hora<br />

de empezar a hacer justicia a este músico prolifico<br />

y exuberante a quien parece que no se<br />

le acaba de perdonar la sobreabundancia de su<br />

producción. ¥ es que todavía padecemos del<br />

moralismo de lo reseco, de la creencia de que<br />

la excesiva facilidad va unida inexorablemente<br />

a U vulgaridad, y de que alli donde no hay<br />

sudor y lágrimas no existe la belleza, como si<br />

esta diosa fuera una expiante peregrina descalza<br />

en busca de flores raras en un ambiente de secano.<br />

Villa-Lobos escapa de los esquemas habituales<br />

porque es un hombre que rezuma<br />

música por los cuatro costados, y es natural que<br />

tratándose de un compositor que llegó a escribir<br />

más de mil obras —y más que se han<br />

perdido—, existan momentos triviales en sus<br />

creaciones. Pero aquellos quedan sobradamente<br />

compensados por instantes mágicos, por giros<br />

y sonoridades que en un punto determinado nos<br />

devuelven la grandeza de una inspiración que<br />

se sitúa más allá de todo limite académico. Harmonía<br />

Mundí nos ofrece, pues, una vertiente<br />

completa de la obra de este músico, y esto lleva<br />

consigo la ventaja de que ademas de poder<br />

gozar de las composiciones de siempre —el Preludio<br />

I, La Suite popular brasileña, o el aria<br />

de la Bachiana n." Sen una reducción para guitarra<br />

y soprano realizada por el propio<br />

compositor—, nos permite adentrarnos en el<br />

descubrimiento de auténticos tesoros de esta selva<br />

virgen amazónica que es la música de Villa-<br />

Lobos. Podemos, por ejemplo, aparte de los<br />

12 Estudios, conocer una pieza sensacional como<br />

es el Sexteto místico con un medio sonoro<br />

increíble que reúne celesta, arpa, guitarra.<br />

oboe, saxofón y flauta, y que fue escrita antes<br />

del viaje a París. No es ajeno al aliciente de este<br />

álbum su interprete brasileño Turibio Santos.<br />

discípulo del llorado Andrés Segovia y que<br />

compane con Villa-Lobos el mismo amor hacia<br />

Bach y hacia su tierra. No podía encontrarse<br />

mejor simbiosis creativa para esta edición perfecta<br />

de Harmonía Mundi.<br />

C. C.<br />

ZEMLINSKY: Die Seejungfrau. Salmo n. ' 13<br />

op. 24. Coro d* Cánun Erees! Sentí. OrgnesU<br />

SinfóaJca d* la Radio de Berlín: Kiccardo<br />

Ctodly. DECCA 41"! 450-2 Compacto (DDD).<br />

Hace unos anos, a fines de la decada<br />

pasada, comenzó una lentísima<br />

recuperación de la obra de<br />

Alexander von Zcmlinsky (la verdad es que en<br />

ese momento no podíamos imaginar que iba<br />

a ser tan lenta, sobre todo por lo mucho que<br />

nos gustó la Sinfonía Lírica, primera obra recuperada<br />

de este profesor y cuBado de Schónberg).<br />

Desde entonces se nos ha ofrecido en<br />

disco alguna otra pieza orquestal, como la Sinfonietta;<br />

de cámara, como sus cuartetos de<br />

cuerda; y óperas, como las Wildeanas Tragedia<br />

florentina y El mano. El poema sinfónico<br />

Die Seejungfrau na aparecía hace poco en d<br />

catálogo de Zemliniky. Era una obra perdida.<br />

La recuperación ha supuesto rápidamente la<br />

grabación discogrifica.<br />

Se trata de una obra típica del cromatismo<br />

tardo [romántico, más evocadora y sugerente<br />

que descriptiva, que al parecer se estrenó en<br />

1905 en el mismo programa en que figuraba<br />

Peleas y Melisenda, deSchónberg. Es una obra<br />

de encendido lirismo, cuyo referente literario<br />

(el cuerno de Andersen) no supone mácula alguna<br />

de la solidez estrictamente sinfónica de<br />

esta pitia dividida en tres equilibrados moví.<br />

míenlos, a modo de sinfonía heterodoxa. La.<br />

orquesta postwagneriana que es la base de esta<br />

obra es el final de una acumulación histórica<br />

que está a punto de una crisis irreversible,<br />

lo mismo que la propuesta sonora estricta. Las<br />

líneas horizontales, a veces con temas bellísimos<br />

de carácter lírico, son matizadas por esa<br />

verticalidad de una orquesta numerosa y cromática.<br />

Es la época en que el última romanticismo<br />

se debatía por subsistir (Mah)er. d'Indy,<br />

Magnard). pero también aquélla en que muchos<br />

empiezan a prescindir de él. Die Seejungfrau,<br />

la sirenita tan de los románticos (La Motte<br />

Fouqué, Pushkin, Dargomishki, Tchaikowski,<br />

Dvorak... hasta Giraudoux) es, en versión de<br />

Zemlinsky, casi una sinfonía a mitad de camino<br />

entre Bruckner y César Frank. No sé si se<br />

dan cuenta de que es una manera de referirnos<br />

doblemente a orígenes wagnerianos.<br />

Completa este registro el bello Salmo XIII,<br />

una obra que también permaneció desconocida,<br />

aunque no oculta, durante mucho tiempo.<br />

Se trata de una de las raras piezas corales de<br />

este músico con amplísima experiencia operística,<br />

como director. El Salmo es treinta aflos<br />

posterior a Die Seejungfrau y pertenece al mismo<br />

mundo cromático, pero se diría que es una<br />

pieza de mayor claridad armónica (¿pudieron<br />

influir en este veterano compositor las propuestas<br />

cristalinas de determinado clasicismo?).<br />

En esta época de crisis de batutas, la de Rkcardo<br />

Chailly se ha aludo por encima de dudas<br />

e incluso menosprecio, especialmente<br />

después de ser nombrado, a propuesta de los<br />

mismos músicos, director de la orquesta del<br />

Concertgebouw de Amsterdam, una de las tres<br />

grandes de Europa occidental. Su propuesta en<br />

este registro es excelente. Sabíamos que era un<br />

gran director de determinada música contemporánea<br />

(Stravinjki, por ejemplo). En el mundo<br />

opuesto, representado por obras como Die Seejungrau<br />

y el Salmo XIII, Chailly parece también<br />

a sus anchas, consiguiendo un matizado<br />

color orquestal, una intensa propuesta lírica,<br />

un poderoso aliento teatral. Este disco es también<br />

buena muestra de la función descubridora<br />

que cumplen los registros de orquestas no<br />

divas (que prefieren el gran repertorio): la recuperación<br />

de obras desconocidas o injustamente<br />

descuidadas. S. M. B.<br />

<strong>Scherzo</strong> 41

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