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uen sonido. Pero un amplio lector de aficionado*<br />
se interesa sobre todo por las voces, terreno<br />
en el que las nuevas grabaciones suelen<br />
estar en desventaja respecto a las antiguas. AJÍ,<br />
Rosalind Plowright repite una prestación similar<br />
a la que ofreció en Trovador con Giulini.<br />
Su voz es atractiva, peto de cajidad discutible'<br />
con una octava media (MÍ3 a Mi4) bastante gutural,<br />
agudo consistente y bien timbrado y registro<br />
grave muy pálido. Canta con corrección<br />
y musicalidad, pero es mucho menos expresiva<br />
que Lcontyne Pnce, Tebaldi, Milanov o Callas.<br />
Agnes Bsltsa es una destacada Preaosilla,<br />
de bella voz sopranil, un poco justa en los extremos<br />
de la tesitura, que va de La 2 a Do 5.<br />
Pero personalmente prefiero a las clásicas Cossotto,<br />
Simionato, Stignani y —sobre todo—<br />
Verrett.<br />
Variable la actuación de Carreras como Alvaro,<br />
con su punto mis bajo en el tercer Acto:<br />
en el aria, su linea de canto no es correcta y<br />
muy apurado arriba; además, el recitativo carece<br />
de acento verdiano. Tampoco está bien en<br />
el dúo Sítale. En el cesto de la ópera cumple<br />
mejor, apoyado en el calor y comunicatividad<br />
de su centro y en su extrovertido temperamento;<br />
pero los grandes Alvaro de la discografia<br />
son Bergonzi y Domingo. El barítono Renato<br />
Bruson, que nunca tuvo voz bella ni squillante,<br />
muestra un progresivo deterioro de su timbre,<br />
que sólo suena pasable en la octava central<br />
(Re2 a Re3); pero el grave es sordo y el agudo<br />
forzado o sin brillo, cuando no ronco. Excelente<br />
su dicción y noble su linea de canto, como<br />
intérprete resulta algo monótono en un<br />
personaje, el de Carlos, que ya lo es de por si.<br />
Tagliabue, Bastianini y Warren le superan con<br />
claridad. Paata Burchuladze posee notable voz<br />
de bajo, emisión en exceso cupa y expresión<br />
poco elegante, y no hace olvidar ni a Pasero<br />
ni a Siepi. Bien Juan Pons como Melitone y<br />
bajo nivel de secundarios, entre los que aparece,<br />
una vez más, el terrible Richard van Alian.<br />
Hace ahos, las grabaciones de ópera se definían<br />
primordialmenle por sus cantantes: asi<br />
se hablaba de la Forza de Tebaldí, de Callas<br />
o de Leontine Price. Hoy día la estrella suele<br />
ter el director (y en teatro, válgame Dios, rtgislas<br />
como Kcn Russell o Chéreau). Tras el<br />
reciente Fausto de Sir Colín Davis, hoy comentamos<br />
la Forza de Sinopoli, cuyo trabajo es<br />
realmente espléndido, apoyado en una no menos<br />
esplendida orquesta Filarmonía. El director<br />
veneciano muestra —como Muti— que el<br />
rigor constructivo de esta ópera es muy superior<br />
a lo que hasta la fecha nos habían hecho<br />
intuir batutas destacadas como Molinari-<br />
Pradetli, Serafín, Schippers o Invine. Y aunque<br />
tal o cual lempo sea discutible por lo lento,<br />
la concepción de Sinopoli tiene, a la vez,<br />
lógica férrea y fantasía narrativa.<br />
Aparte, la citada Forza de Muti, otras versiones<br />
recomendadas son. por orden cronológico,<br />
las de Molinarí-Pradelli para Decca, con<br />
Tebaldi, Simionato, Bastianini y Siepi; Schippers<br />
(RCA) con Lentyne Pnce. Vertett, Tucker<br />
y Warren; Gardelli (EMI), con Arroyo,<br />
Bergonzi y Rug&iero Raimondi; y Levine<br />
(RCA) con L. Price. Cossoito y Domingo.<br />
También conviene recordar- la excepcional acluación<br />
de Tebaldi con Mittopoulos (Cetra, en<br />
vivo); a la siempre fascíname Callas (con Serafín,<br />
EMI), y a la opulenta Milanov, en unos<br />
fragmentos que grabó en 1951 para RCA, su-<br />
DISCOS<br />
periores a su posterior registro completo con<br />
PrevitaJi,<br />
R. A. M.<br />
VILLA-LOBOS: latetnl para goltam: Doce<br />
estudios para guitarra, anco preludios paro guitarra,<br />
bachiana brasileña n. ° i, suile popular<br />
brasilina, distribución de/lores, choros n." I.<br />
concierto para guitarra y pequeña orquesta,<br />
sexteto místico, Turlbto Santos (guitarra), Leila<br />
Gaimaraeateopraso), Orquesta de cámara brasilcna<br />
dirigida por Bernardo Bessler. LDC<br />
78.S69/70.<br />
De auténtica novedad discográfka cabe considerar<br />
este doble álbum que recoge la integral<br />
para guitarra de Heitor Villa-Lobos. Ya es hora<br />
de empezar a hacer justicia a este músico prolifico<br />
y exuberante a quien parece que no se<br />
le acaba de perdonar la sobreabundancia de su<br />
producción. ¥ es que todavía padecemos del<br />
moralismo de lo reseco, de la creencia de que<br />
la excesiva facilidad va unida inexorablemente<br />
a U vulgaridad, y de que alli donde no hay<br />
sudor y lágrimas no existe la belleza, como si<br />
esta diosa fuera una expiante peregrina descalza<br />
en busca de flores raras en un ambiente de secano.<br />
Villa-Lobos escapa de los esquemas habituales<br />
porque es un hombre que rezuma<br />
música por los cuatro costados, y es natural que<br />
tratándose de un compositor que llegó a escribir<br />
más de mil obras —y más que se han<br />
perdido—, existan momentos triviales en sus<br />
creaciones. Pero aquellos quedan sobradamente<br />
compensados por instantes mágicos, por giros<br />
y sonoridades que en un punto determinado nos<br />
devuelven la grandeza de una inspiración que<br />
se sitúa más allá de todo limite académico. Harmonía<br />
Mundí nos ofrece, pues, una vertiente<br />
completa de la obra de este músico, y esto lleva<br />
consigo la ventaja de que ademas de poder<br />
gozar de las composiciones de siempre —el Preludio<br />
I, La Suite popular brasileña, o el aria<br />
de la Bachiana n." Sen una reducción para guitarra<br />
y soprano realizada por el propio<br />
compositor—, nos permite adentrarnos en el<br />
descubrimiento de auténticos tesoros de esta selva<br />
virgen amazónica que es la música de Villa-<br />
Lobos. Podemos, por ejemplo, aparte de los<br />
12 Estudios, conocer una pieza sensacional como<br />
es el Sexteto místico con un medio sonoro<br />
increíble que reúne celesta, arpa, guitarra.<br />
oboe, saxofón y flauta, y que fue escrita antes<br />
del viaje a París. No es ajeno al aliciente de este<br />
álbum su interprete brasileño Turibio Santos.<br />
discípulo del llorado Andrés Segovia y que<br />
compane con Villa-Lobos el mismo amor hacia<br />
Bach y hacia su tierra. No podía encontrarse<br />
mejor simbiosis creativa para esta edición perfecta<br />
de Harmonía Mundi.<br />
C. C.<br />
ZEMLINSKY: Die Seejungfrau. Salmo n. ' 13<br />
op. 24. Coro d* Cánun Erees! Sentí. OrgnesU<br />
SinfóaJca d* la Radio de Berlín: Kiccardo<br />
Ctodly. DECCA 41"! 450-2 Compacto (DDD).<br />
Hace unos anos, a fines de la decada<br />
pasada, comenzó una lentísima<br />
recuperación de la obra de<br />
Alexander von Zcmlinsky (la verdad es que en<br />
ese momento no podíamos imaginar que iba<br />
a ser tan lenta, sobre todo por lo mucho que<br />
nos gustó la Sinfonía Lírica, primera obra recuperada<br />
de este profesor y cuBado de Schónberg).<br />
Desde entonces se nos ha ofrecido en<br />
disco alguna otra pieza orquestal, como la Sinfonietta;<br />
de cámara, como sus cuartetos de<br />
cuerda; y óperas, como las Wildeanas Tragedia<br />
florentina y El mano. El poema sinfónico<br />
Die Seejungfrau na aparecía hace poco en d<br />
catálogo de Zemliniky. Era una obra perdida.<br />
La recuperación ha supuesto rápidamente la<br />
grabación discogrifica.<br />
Se trata de una obra típica del cromatismo<br />
tardo [romántico, más evocadora y sugerente<br />
que descriptiva, que al parecer se estrenó en<br />
1905 en el mismo programa en que figuraba<br />
Peleas y Melisenda, deSchónberg. Es una obra<br />
de encendido lirismo, cuyo referente literario<br />
(el cuerno de Andersen) no supone mácula alguna<br />
de la solidez estrictamente sinfónica de<br />
esta pitia dividida en tres equilibrados moví.<br />
míenlos, a modo de sinfonía heterodoxa. La.<br />
orquesta postwagneriana que es la base de esta<br />
obra es el final de una acumulación histórica<br />
que está a punto de una crisis irreversible,<br />
lo mismo que la propuesta sonora estricta. Las<br />
líneas horizontales, a veces con temas bellísimos<br />
de carácter lírico, son matizadas por esa<br />
verticalidad de una orquesta numerosa y cromática.<br />
Es la época en que el última romanticismo<br />
se debatía por subsistir (Mah)er. d'Indy,<br />
Magnard). pero también aquélla en que muchos<br />
empiezan a prescindir de él. Die Seejungfrau,<br />
la sirenita tan de los románticos (La Motte<br />
Fouqué, Pushkin, Dargomishki, Tchaikowski,<br />
Dvorak... hasta Giraudoux) es, en versión de<br />
Zemlinsky, casi una sinfonía a mitad de camino<br />
entre Bruckner y César Frank. No sé si se<br />
dan cuenta de que es una manera de referirnos<br />
doblemente a orígenes wagnerianos.<br />
Completa este registro el bello Salmo XIII,<br />
una obra que también permaneció desconocida,<br />
aunque no oculta, durante mucho tiempo.<br />
Se trata de una de las raras piezas corales de<br />
este músico con amplísima experiencia operística,<br />
como director. El Salmo es treinta aflos<br />
posterior a Die Seejungfrau y pertenece al mismo<br />
mundo cromático, pero se diría que es una<br />
pieza de mayor claridad armónica (¿pudieron<br />
influir en este veterano compositor las propuestas<br />
cristalinas de determinado clasicismo?).<br />
En esta época de crisis de batutas, la de Rkcardo<br />
Chailly se ha aludo por encima de dudas<br />
e incluso menosprecio, especialmente<br />
después de ser nombrado, a propuesta de los<br />
mismos músicos, director de la orquesta del<br />
Concertgebouw de Amsterdam, una de las tres<br />
grandes de Europa occidental. Su propuesta en<br />
este registro es excelente. Sabíamos que era un<br />
gran director de determinada música contemporánea<br />
(Stravinjki, por ejemplo). En el mundo<br />
opuesto, representado por obras como Die Seejungrau<br />
y el Salmo XIII, Chailly parece también<br />
a sus anchas, consiguiendo un matizado<br />
color orquestal, una intensa propuesta lírica,<br />
un poderoso aliento teatral. Este disco es también<br />
buena muestra de la función descubridora<br />
que cumplen los registros de orquestas no<br />
divas (que prefieren el gran repertorio): la recuperación<br />
de obras desconocidas o injustamente<br />
descuidadas. S. M. B.<br />
<strong>Scherzo</strong> 41