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Escucha para luego poder comunicar las palabras de Dios. El Siervo es,<br />
además, consciente de que su misión va a ir acompañada de oposición:<br />
"ofrecí la espalda a los que me golpeaban"; siempre, eso sí, con la ayuda<br />
de Dios: "mi Señor me ayudaba, por eso no quedaba confundi<strong>do</strong>".<br />
A esta lectura, que ya preludia la Pasión, le hace eco uno de los salmos más<br />
impresionantes: "Dios mío, ¿por qué me has aban<strong>do</strong>na<strong>do</strong>", el salmo que los<br />
evangelistas ponen en labios de Jesús en la cruz. En verdad, la pasión de<br />
Jesús está narrada después como siguien<strong>do</strong> la pauta de los versículos de este<br />
salmo: "se burlan de mí... acudió al Señor, que lo libre... me taladran las<br />
manos y los pies... echan a suertes mi túnica". Incluida también la confianza<br />
en Dios: "tú, Señor, no te quedes lejos, ven a ayudarme".<br />
Filipenses 2, 6-11. Se rebajó: por eso Dios lo levantó sobre to<strong>do</strong><br />
En su carta a los cristianos de Filipos, Pablo incluye un himno cristológico<br />
que seguramente ya se cantaba en las primeras comunidades. Un himno que<br />
habla del proceso "pascual", su "paso" o "tránsito". Desde su condición divina<br />
se rebaja a la humana y a la humillación de la muerte, el anonadamiento<br />
total (movimiento descendente). Desde ahí la fuerza de Dios lo eleva como<br />
Señor de toda la creación (movimiento ascendente).<br />
Es un resumen teológico de la Pascua de Cristo. No es de extrañar que en<br />
la celebración de las Vísperas de cada sába<strong>do</strong> recitemos este himno, que<br />
resume el misterio pascual de Cristo con su muerte (viernes), su estancia en<br />
la sepultura (sába<strong>do</strong>) y la resurrección en la madrugada del <strong>do</strong>mingo.<br />
Marcos 14,1 - 15,47. Pasión de Nuestro Señor Jesucristo<br />
El relato de la Pasión tiene en Marcos un particular relieve. Se ha dicho de<br />
este evangelio que to<strong>do</strong> él es "un relato de la Pasión precedi<strong>do</strong> de una larga<br />
introducción".<br />
La pasión empieza en Marcos con la escena de Betania, en que una buena<br />
mujer unge a Jesús, que la tiene que defender de los que protestan por lo que<br />
consideran un gasto inútil. Sigue con la Última Cena, con la institución de la<br />
Eucaristía pero también con el anuncio de la traición de Judas. La angustiosa<br />
Cuaresma 147<br />
oración de Getsemaní va seguida por el bochornoso aban<strong>do</strong>no de to<strong>do</strong>s los<br />
discípulos y la negación de Pedro. El proceso religioso (ante el Sanedrín) y<br />
el civil (ante Pilato) llevan a Jesús al camino de la cruz (el verdadero "viacrucis")<br />
y a la dramática muerte, en medio de <strong>do</strong>s malhechores.<br />
También en este relato de la Pasión sigue Marcos fiel a su estilo sobrio y<br />
ceñi<strong>do</strong>. Junto al sufrimiento físico de los azotes y la crucifixión, se destaca<br />
el <strong>do</strong>lor moral: el aban<strong>do</strong>no de los suyos, la traición de Judas, la negación<br />
de Pedro, las burlas de los especta<strong>do</strong>res ("ha salva<strong>do</strong> a otros y no se puede<br />
salvar a sí mismo") y, finalmente, su dramático grito: "Dios mío, Dios mío,<br />
¿por qué me has aban<strong>do</strong>na<strong>do</strong>?".<br />
El impresionante relato es conveniente leerlo por entero, y con los mejores<br />
recursos de una buena lectura y comunicación: es lo que más bien puede<br />
hacer a la comunidad cristiana, año tras año, ponién<strong>do</strong>nos ante la gran lección<br />
de generosidad que Cristo nos dio al entregarse como reconciliación<br />
entre Dios y la humanidad. Aunque la Pasión del Señor la escuchemos cada<br />
año -y por duplica<strong>do</strong>, porque también se proclama el Viernes- nunca deja<br />
de impresionarnos.<br />
Pascua es muerte y vida<br />
-II-<br />
La procesión de hoy no es sólo la entrada a la Eucaristía: es la entrada a<br />
toda la Semana Santa. Cada Misa la iniciamos con un "introito", pero el de<br />
hoy es especial, recordan<strong>do</strong> la entrada de Jesús cuan<strong>do</strong> llegó a Jerusalén<br />
para su semana decisiva. Sus discípulos seguramente pensarían que este era<br />
el momento elegi<strong>do</strong> para proclamar rey a su Maestro. Pero Jesús sabe que,<br />
aunque parece entrar como Señor y Rey, en realidad, antes tiene que sufrir<br />
como el Siervo, y que en vez de un trono le espera la cruz.<br />
Las <strong>do</strong>s dimensiones son importantes para hoy y van íntimamente unidas. Tal<br />
vez algunos de los que hoy vienen a "bendecir ramos", no acudan después<br />
a las celebraciones del Triduo Pascual. Por eso es bueno que se unan en la