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442<br />
Marcos sitúe este milagro en medio de otras escenas que subrayan la<br />
incredulidad de los judíos y la torpeza de entendederas de los apóstoles.<br />
Otros que se creían con más vista, no siguieron a Jesús. Bartimeo, sí.<br />
Un poco nos podemos sentir to<strong>do</strong>s representa<strong>do</strong>s por Bartimeo. Como<br />
cuan<strong>do</strong> vamos al oculista a hacernos un chequeo de nuestra vista, hoy<br />
podemos reflexionar sobre cómo va nuestra vista espiritual. ¿No se<br />
podría decir que estamos ciegos, porque no acabamos de ver lo que Dios<br />
quiere que veamos, o que nos conformamos con caminar por la vida entre<br />
penumbras, cuan<strong>do</strong> tenemos cerca al médico oculista, Jesús, la Luz del<br />
mun<strong>do</strong>? Tendríamos que hacer nuestra la oración del ciego de Jericó:<br />
"Maestro, que pueda ver".<br />
En el acto penitencial con que empezamos la Eucaristía, también nosotros<br />
cantamos cada vez la misma invocación que gritaba Bartimeo: "Jesús,<br />
ten compasión de mí". To<strong>do</strong>s tenemos algún mal del que tendríamos que<br />
"gritar" a Jesús que nos libere.<br />
¿Ayudamos nosotros a los que lo necesitan?<br />
También podemos dejarnos interpelar por la escena del evangelio en el senti<strong>do</strong><br />
de cómo tratamos a los ciegos que están a la vera del camino, buscan<strong>do</strong>,<br />
gritan<strong>do</strong> su deseo de ver. Hay muchas personas, jóvenes y mayores, que no<br />
encuentran senti<strong>do</strong> a la vida y que pueden dirigirse a nosotros, los cristianos,<br />
por si les podemos dar una respuesta a sus preguntas.<br />
¿Somos de los que se molestan por esos gritos, porque siempre resulta<br />
incómo<strong>do</strong> el que pide o el que formula preguntas? ¿o nos acercamos a<br />
la persona y la conducimos a Jesús, dicién<strong>do</strong>le amablemente: "ánimo,<br />
levántate, que te llama"?<br />
Jeremías ayudó a sus contemporáneos, tanto cuan<strong>do</strong> les avisaba de los<br />
males que les iba a traer el deterioro de su fe como cuan<strong>do</strong> les anunció el<br />
final del destierro y la bondad salva<strong>do</strong>ra de Dios.<br />
Jesús se detuvo, al oír los gritos del pobre ciego. Siempre tenía tiempo para<br />
los que le necesitaban. Sus discípulos muchas veces perdían la paciencia,<br />
con los niños o con este mendicante que gritaba. Él, no.<br />
El tiempo ordinario 443<br />
¡A cuántos ha ayuda<strong>do</strong> la comunidad de Jesús a lo largo de la historia a<br />
encontrar la paz y el camino, recobran<strong>do</strong> la vista! ¡A cuántos ha anuncia<strong>do</strong><br />
la Buena Noticia del amor de Dios!<br />
Cristo es la Luz del mun<strong>do</strong>. Pero también nos encargó a nosotros que<br />
fuéramos luz y que esa lámpara alumbre a otros, para que no tropiecen y<br />
vean el camino. ¿A cuántos hemos ayuda<strong>do</strong> a ver, a cuántos hemos podi<strong>do</strong><br />
decir que se levanten y que acudan a Cristo Jesús?<br />
El encargo va también para nosotros: "llamadlo". No le dejéis tira<strong>do</strong><br />
en la cuneta. Decidle que estoy pasan<strong>do</strong>. Los cristianos debemos ser<br />
evangeliza<strong>do</strong>res. ¿Está ciego el mun<strong>do</strong>? ¡Llamadlo! Gritadle, si es el caso.<br />
No os canséis. Echadle una mano, dadle ánimos: "ánimo, levántate, que te<br />
llama".<br />
El sacer<strong>do</strong>te, media<strong>do</strong>r<br />
El autor de la carta a los Hebreos, entran<strong>do</strong> en el tema central, quería,<br />
sobre to<strong>do</strong>, subrayar que Jesús es el Sumo Sacer<strong>do</strong>te, superior en to<strong>do</strong> a<br />
los sacer<strong>do</strong>tes que actuaban en el Templo. Eso lo escucharemos el <strong>do</strong>mingo<br />
próximo. De momento, hoy describe la identidad de un sacer<strong>do</strong>te.<br />
Un sacer<strong>do</strong>te es media<strong>do</strong>r entre Dios y los hombres. No se ha arroga<strong>do</strong> él<br />
mismo ese título. Aarón fue nombra<strong>do</strong> por Moisés, y los sacer<strong>do</strong>tes del AT<br />
iban heredan<strong>do</strong> familiarmente ese ministerio, dentro de la tribu de Leví.<br />
Nosotros añadiríamos ahora que un sacer<strong>do</strong>te cristiano tampoco se da a<br />
sí mismo el ministerio, sino que lo nombra la Iglesia, por manos de su<br />
Obispo.<br />
El mismo Jesús, que no pertenecía a una familia sacer<strong>do</strong>tal, fue nombra<strong>do</strong><br />
Sacer<strong>do</strong>te, no ciertamente por manos humanas, sino por Dios: "Tú eres<br />
mi Hijo, tú eres sacer<strong>do</strong>te eterno". Y "según el orden de Melquisedec",<br />
el misterioso personaje -rey de Salem y sacer<strong>do</strong>te de Dios- que ofrece<br />
pan y vino a Abrahán: no perteneciente todavía, por tanto, al sacer<strong>do</strong>cio<br />
institui<strong>do</strong> de la tribu de Leví, y por eso mismo figura especial de Cristo.<br />
Ahora bien, los sacer<strong>do</strong>tes del Templo, inclui<strong>do</strong> el sumo sacer<strong>do</strong>te de turno,<br />
es elegi<strong>do</strong> para que represente al pueblo ante Dios, ofrecién<strong>do</strong>le culto y