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aldazabal, jose - do..

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368<br />

La escena de hoy lo presenta en el desierto, desanima<strong>do</strong>, pidien<strong>do</strong> a Dios la<br />

muerte: "Basta, Señor, quítame la vida". Pero el ángel de Dios le despierta<br />

por <strong>do</strong>s veces, le manda que coma y beba, y que siga su camino. El profeta<br />

encuentra pan y vino y, en efecto, sigue su camino hasta el monte <strong>do</strong>nde se<br />

encontrará misteriosamente con Dios.<br />

La lectura nos prepara para escuchar luego en el evangelio la promesa del<br />

Pan que nos piensa dar Cristo Jesús para que tengamos vida.<br />

El salmo se hace eco de esta situación, símbolo de tantas que había sufri<strong>do</strong><br />

el pueblo de Israel, y lleno de confianza en Dios, le alaba por su cercanía:<br />

"bendigo al Señor en to<strong>do</strong> momento... me libró de todas mis ansias". Alude<br />

también al ángel, como el que atendió a Elias: "el ángel del Señor acampa<br />

en torno a sus fieles y los protege", para pasar a una afirmación global: "si<br />

el afligi<strong>do</strong> invoca al Señor, él lo escucha", e invitar a to<strong>do</strong>s a la alabanza y<br />

la confianza: "gustad y ved qué bueno es el Señor".<br />

Efesios, 4, 30 - 5, 2. Vivid en el amor como Cristo<br />

Pablo da a los cristianos de Éfeso unas consignas de vida Comunitaria<br />

que siguen plenamente de actualidad. En negativo, "desterrad la amargura,<br />

la ira, los enfa<strong>do</strong>s e insultos y toda maldad". En positivo, "sed buenos,<br />

comprensivos, per<strong>do</strong>nán<strong>do</strong>nos unos a otros".<br />

La motivación no es una mera filantropía o un mo<strong>do</strong> civiliza<strong>do</strong> de convivir.<br />

Es una motivación desde Dios, y desde Dios Trino: "no pongáis triste al<br />

Espíritu Santo de Dios", "per<strong>do</strong>nán<strong>do</strong>os como Dios os per<strong>do</strong>nó en Cristo",<br />

"y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros".<br />

Juan 6, 41-51. Yo soy el pan vivo que ha baja<strong>do</strong> del cielo<br />

A esta altura del discurso de Jesús, al día siguiente de la multiplicación de<br />

los panes, en la sinagoga de Cafarnaún, Juan intercala una objeción de los<br />

presentes a lo que va dicien<strong>do</strong> Jesús. Una objeción esta vez claramente<br />

"cristológica" (no todavía "eucarística"): ¿cómo puede decir este que ha<br />

baja<strong>do</strong> del cielo? Se basan en que conocen a Jesús, "el hijo de José", y<br />

también "a su padre y a su madre".<br />

El tiempo ordinario 369<br />

Jesús sigue desarrollan<strong>do</strong> su idea, sin contestar de momento a la pregunta:<br />

"os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna". Los verbos de Juan se<br />

repiten: "ver, venir, creer", y se añade otro, "atraer", que indica que la fe<br />

no es fruto sólo de nuestro esfuerzo: "nadie puede venir a mí si no lo atrae<br />

el Padre".<br />

Al final aparece otro verbo, "comer", que es el que conducirá el discurso<br />

hacia la Eucaristía: "el que coma de este Pan vivirá para siempre". Anuncia<br />

ya que "el pan que yo daré es mi carne para la vida del mun<strong>do</strong>".<br />

La crisis de un profeta<br />

-II-<br />

Después de un triunfo espectacular que ha obteni<strong>do</strong> el profeta Elias contra<br />

los sacer<strong>do</strong>tes de los dioses falsos, es persegui<strong>do</strong> a muerte por la reina<br />

Jezabel y su débil esposo el rey Ajab. El que siempre había apareci<strong>do</strong><br />

como profeta temperamental, atrevi<strong>do</strong>, incansable, ahora tiene mie<strong>do</strong><br />

y entra en crisis. Está en el desierto, no sólo geográficamente, sino<br />

psicológicamente.<br />

Es una crisis que podemos llamar "vocacional": se desanima porque no<br />

ve los frutos de su predicación, está cansa<strong>do</strong> de hablar y no ser escucha<strong>do</strong>,<br />

cae en la tentación de "dimitir" y huye. Llega hasta el punto de desearse la<br />

muerte: "¡basta, Señor! ¡quítame la vida!". Se siente aban<strong>do</strong>na<strong>do</strong> de Dios.<br />

Es una crisis que vemos también en la historia de Moisés o de Jeremías,<br />

o en la de Jesús en el Huerto de Getsemaní, cuan<strong>do</strong> con gritos y lágrimas<br />

(como dice la carta a los Hebreos) pidió a su Padre ser libera<strong>do</strong> de la muerte,<br />

y los evangelistas dicen que su "alma estaba triste hasta la muerte". Esa<br />

expresión "hasta la muerte" ("usque ad mortem") la interpretan algunos<br />

como "con una tristeza capaz de hacerme desear la muerte".<br />

Los cristianos, no sólo los que tienen una vocación más apostólica y<br />

ministerial, sino to<strong>do</strong>s los fieles que son conscientes de su misión en el

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