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Esta misión parece un paralelo de la que recibió Abrahán, partien<strong>do</strong> de su<br />
ciudad a un destino para él entonces desconoci<strong>do</strong>. La promesa que al patriarca<br />
se le hizo, de que todas las naciones serían bendecidas en él, sólo se ve que<br />
se cumpla ahora, con la comunidad del Resucita<strong>do</strong> enviada a to<strong>do</strong> el mun<strong>do</strong>:<br />
"id al mun<strong>do</strong> entero y proclamad el Evangelio a toda la creación". En efecto,<br />
los discípulos "se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes".<br />
El encargo no es nada fácil, como se sigue demostran<strong>do</strong> en la historia<br />
pasada y en la presente. Los cristianos somos testigos de Cristo en el<br />
mun<strong>do</strong> y se nos encomienda la tarea de a) la evangelización, predican<strong>do</strong><br />
la Buena Noticia, convencien<strong>do</strong> a las personas de cada generación de<br />
que se agreguen al grupo de segui<strong>do</strong>res de Jesús, b) la celebración de<br />
los sacramentos, comenzan<strong>do</strong> por el Bautismo, y c) la construcción de<br />
un mun<strong>do</strong> mejor, enseñan<strong>do</strong> a los demás, sobre to<strong>do</strong> con nuestro propio<br />
ejemplo, a guardar el estilo de vida que nos enseñó Jesús.<br />
En rigor, el libro de los Hechos no tiene último capítulo: lo tendrá al final<br />
de los tiempos, cuan<strong>do</strong> concluya la misión de la comunidad del Señor.<br />
Con una <strong>do</strong>ble presencia y garantía<br />
Eso sí, hay una <strong>do</strong>ble garantía para que una comunidad débil como la<br />
nuestra pueda realizar esa misión.<br />
Ante to<strong>do</strong>, la presencia y la ayuda del mismo Señor Resucita<strong>do</strong>, que<br />
"cooperaba confirman<strong>do</strong> la palabra con las señales que los acompañaban",<br />
cumplien<strong>do</strong> la promesa que les había hecho de que estaría con ellos<br />
"to<strong>do</strong>s los días hasta el fin del mun<strong>do</strong>" (antífona de comunión, tomada del<br />
evangelio de Mateo), porque, como dice el prefacio I de la Ascensión, "no<br />
se ha i<strong>do</strong> para desentenderse de este mun<strong>do</strong>".<br />
La Ascensión no es anuncio de una "ausencia", sino de una "presencia<br />
misteriosa e invisible", más real incluso que la física o geográfica que tenía<br />
Jesús antes de su Pascua. Estará presente a su comunidad to<strong>do</strong>s los días,<br />
hasta el fin del mun<strong>do</strong>. Si el evangelio daba comienzo con el anuncio del<br />
"Dios-con-nosotros", el Emmanuel y Mesías, ahora termina con el "yoestoy-con-vosotros"<br />
del Resucita<strong>do</strong>, que se extiende "to<strong>do</strong>s los días, hasta<br />
el fin del mun<strong>do</strong>".<br />
Cincuentena Pascual 237<br />
Además, hay otro protagonista, también invisible, que acompaña esta<br />
tarea de la Iglesia: el Espíritu, a quien Jesús ha prometi<strong>do</strong> enviar a su<br />
comunidad.<br />
Las últimas palabras, según el libro de los Hechos, antes de ser eleva<strong>do</strong> al<br />
cielo, fueron: "cuan<strong>do</strong> el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis<br />
fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta<br />
los confines del mun<strong>do</strong>". Un prefacio de la Ascensión afirma que Jesús<br />
"ahora intercede por nosotros, como media<strong>do</strong>r que asegura la perenne<br />
efusión del Espíritu" (prefacio III).<br />
Con alegría y esperanza<br />
Lo importante es que cada uno de nosotros, miembros de la comunidad<br />
de Jesús y del Espíritu, realicemos esa misión, en medio de circunstancias<br />
favorables o desfavorables, en el ambiente familiar y en el profesional, con<br />
alegría y esperanza.<br />
Con alegría, "porque la ascensión de Jesucristo es ya nuestra victoria"<br />
(oración), y porque el misterio del Cristo Resucita<strong>do</strong> ha dignifica<strong>do</strong><br />
nuestra naturaleza humana, dán<strong>do</strong>le sus mejores valores: "fue eleva<strong>do</strong><br />
al cielo para hacernos compartir su divinidad" (prefacio II), y en Cristo<br />
"nuestra naturaleza humana ha si<strong>do</strong> tan extraordinariamente enaltecida que<br />
participa de tu misma gloria" (poscomunión). El triunfo de Jesús es nuestro<br />
mejor motivo de alegría.<br />
Con esperanza, porque la fiesta de la Ascensión nos invita también a<br />
mirar hacia delante "y <strong>do</strong>nde nos ha precedi<strong>do</strong> él, que es nuestra Cabeza,<br />
esperamos llegar también nosotros como miembros de su cuerpo"<br />
(oración). No nos ha aban<strong>do</strong>na<strong>do</strong>, "sino que ha queri<strong>do</strong> precedernos como<br />
cabeza nuestra para que nosotros, miembros de su Cuerpo, vivamos con la<br />
ardiente esperanza de seguirlo en su reino" (prefacio). En la oración sobre<br />
las ofrendas pedimos a Dios "que la participación en este misterio eleve<br />
nuestro espíritu a los bienes del cielo". Pablo quiere, en su carta, que los<br />
cristianos de Efeso, junto al misterio de Cristo, entiendan también "cuál es<br />
la esperanza a la que os llama".