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DOMINGO 20 DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
Un <strong>do</strong>mingo muy "eucarístico"<br />
-I-<br />
Juan, en su evangelio, no nos trae las "palabras de la institución"<br />
eucarística en la Ultima Cena de Jesús (sí el mandato del amor fraterno<br />
con el lavatorio de los pies). Los otros evangelios sí las traen, y antes que<br />
ellos todavía Pablo en su primera carta a los Corintios.<br />
Pero en cambio, Juan nos ofrece en labios de Jesús una "catequesis" o<br />
una "teología" eucarística muy profunda, con ocasión de la promesa que<br />
hace de la Eucaristía al día siguiente de la multiplicación de los panes, en<br />
la sinagoga de Cafarnaún. Es la que oímos hoy, en la segunda parte de su<br />
"discurso del Pan de la Vida", claramente orientada a la Eucaristía, después<br />
de la base de la fe en Cristo, que es la que había desarrolla<strong>do</strong> antes.<br />
Hemos visto en estos <strong>do</strong>mingos pasa<strong>do</strong>s cómo las lecturas del AT iban<br />
preparan<strong>do</strong> la proclamación del evangelio de los panes y su discurso<br />
siguiente. Primero fue Elíseo quien multiplicaba panes, luego Moisés el<br />
que anunciaba el maná que Dios daba a su pueblo, más tarde el pan y el<br />
vino que fortalecieron a Elias para proseguir su camino. Hoy es el libro de<br />
los Proverbios que nos habla de la comida festiva que Dios prepara para<br />
los suyos.<br />
El tiempo ordinario 375<br />
Proverbios 9,1-6. Comed de mi pan y bebed el vino que he mezcla<strong>do</strong><br />
Pocas veces leemos el libro de los Proverbios en la liturgia. La página de<br />
hoy nos presenta un banquete, un festín que nos prepara la Sabiduría.<br />
La Sabiduría, personalización de Dios mismo, "ha prepara<strong>do</strong> el banquete,<br />
mezcla<strong>do</strong> el vino y puesto la mesa". La invitación es para to<strong>do</strong>s, sobre<br />
to<strong>do</strong> para los más deshereda<strong>do</strong>s: "venid a comer de mi pan y beber el<br />
vino que he mezcla<strong>do</strong>" (el vino siempre se mezclaba con agua, porque era<br />
demasia<strong>do</strong> fuerte: también sucedía lo mismo en tiempos de Jesús).<br />
El salmo parece responder con gratitud y alegría a esta invitación: "gustad<br />
y ved qué bueno es el Señor", "bendigo al Señor en to<strong>do</strong> momento... que<br />
los humildes lo escuchen y se alegren". El salmista hace un elogio de los<br />
buenos, de los rectos de corazón, en contraposición con los "ricos", que<br />
"empobrecen y pasan hambre", mientras que "los que buscan al Señor no<br />
carecen de nada".<br />
Efesios 5,15-20. Daos cuenta de lo que el Señor quiere<br />
El breve pasaje de Pablo nos presenta un lúci<strong>do</strong> panorama de lo que<br />
debería ser la vida cristiana.<br />
Invita sobre to<strong>do</strong> a la sensatez: "no seáis insensatos... no estéis aturdi<strong>do</strong>s",<br />
sino "daos cuenta de lo que el Señor quiere". Contrapone el "emborracharse<br />
con vino" y el "dejarse llenar del Espíritu".<br />
A la vez traza un programa de oración: recitan<strong>do</strong> salmos y cánticos<br />
inspira<strong>do</strong>s, cantan<strong>do</strong> y tocan<strong>do</strong> "con toda el alma para el Señor" y,<br />
sobre to<strong>do</strong>, "dan<strong>do</strong> gracias a Dios por to<strong>do</strong>, en nombre de nuestro Señor<br />
Jesucristo".<br />
Juan 6, 51-58. Mi carne es verdadera comida y mi sangre<br />
es verdadera bebida<br />
Hoy termina la lectura del "discurso del Pan de la Vida", dejan<strong>do</strong> para el<br />
<strong>do</strong>mingo siguiente las reacciones que este produce.