El Pensamiento Andino - andes
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Lo que importa en este conocimiento es lo dado: extensión del territorio o tierra, además de la<br />
profundidad de las razas que lo pueblan u hombre, esta simbiosis se hará posible por la intervención de<br />
las energías nacionales desplegadas en el movimiento.<br />
Al referirse a los tres conceptos anteriores, el autor sugiere que los mismos conforman una unidad<br />
gnoseológica que posibilita el conocimiento de dos realidades sustanciales: tierra y hombre. Al referirse a<br />
la extensión alude a la necesidad de explorar el territorio físico, con la profundidad se refiere a la<br />
urgencia de descubrir los distintos caracteres de las razas que pueblan ese territorio a explorarse, y con<br />
el movimiento hace mención a la necesidad de ponernos en contacto y acción mutua a fin de conocer<br />
las dos realidades sustanciales: espiritual y física, para llegar a su total unificación. (Cfr. TH 23). Con este<br />
objetivo se expresa la necesidad de descubrir "la extensión de nuestro territorio, la profundidad de las<br />
razas que lo pueblan, ajustando el ritmo de lo extremo con lo profundo" (Cfr. TH 23)<br />
Algo más sobre la autenticidad, anticipada ya en los prolegómenos; decíamos que se carece de esta<br />
cualidad, esta carencia mantiene nuestra dependencia cultural. Precisamos suplir este defecto, pero con<br />
recursos propios, Francovich advierte:<br />
Los pueblos latino americanos, se dan cuenta<br />
de que no llagarán a la plenitud de su propia<br />
personalidad, mientras la fuente de las corrien-<br />
tes intelectuales y políticas, mientras la elabo-<br />
ración y el mantenimiento de los centros cul-<br />
turales que sustentan no solamente las formas<br />
de la civilización, sino que realizan la aprecia-<br />
ción de los valores espirituales y la renovación<br />
de los recursos técnicos se hallen en manos<br />
ajenas. (34)<br />
Fernando Diez de Medina refuerza esta posición:<br />
Y sólo cuando haya comenzado a verse, a com-<br />
prenderse en el espejo de su morada habitual,<br />
de sus propias creaciones, podrá sentir el hom-<br />
bre nuevo, el roce delicado con que se abren<br />
los pétalos de una rosa de amor y de misterio:<br />
el nacimiento de la cultura americana. (35)<br />
Además de la autenticidad, el autor sigue una dirección espiritualista opuesta a un exagerado<br />
racionalismo. Esta oposición, aclaramos haciendo referencia a Pascal, quién expresaba que existen<br />
razones del corazón no comprensibles a la razón fría y calculadora de la mente humana.<br />
Esta dirección espiritualista la define el mismo autor:<br />
La razón organizada señorea el occidente y par-<br />
te del oriente. Mas el espíritu en cuanto supone<br />
libertad, virginidad, rozando tal vez los confi-<br />
nes de una nueva religiosidad sopla desde las<br />
llanuras americanas por una humanidad me-<br />
jor. Es el humanismo de la necesidad que con-<br />
cilia la dignidad del individuo con las premisas<br />
de una sociedad planificada. (36)<br />
Otro aspecto a tenerse en cuenta: la funcionalidad del mito, latente en la expresión del autor,<br />
particularmente cuando se refiere a la reconstrucción del pasado mitológico.<br />
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