PrólOgO Pensar la alteridad intentando conocer, interpretar y valorizar lo diferente <strong>de</strong> otros pueblos y culturas, en esta era <strong>de</strong>nominada pos-colonial, pos-mo<strong>de</strong>rna o <strong>de</strong> tribus planetarias, constituye un compromiso intelectual insoslayable; fundamentalmente en un mundo globalizado y sujeto a las tensiones, violencias y guerras que se generan a partir <strong>de</strong> ciertas concepciones <strong>de</strong> pertenencia colectiva ligadas a falsas supremacías culturales, étnicas, o religiosas. En la cultura francesa, y especialmente en su literatura, existe una larga tradición <strong>de</strong> autores que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diferentes ópticas han abordado el tema <strong>de</strong> la interpretación <strong>de</strong>l otro, lo que conlleva a<strong>de</strong>más un juicio <strong>de</strong> valor acerca <strong>de</strong> la cultura <strong>de</strong> origen, con las múltiples implicancias filosóficas, culturales y políticas que ese cotejo suscita. Tzvetan Todorov en <strong>La</strong> Conquista <strong>de</strong> América. El problema <strong>de</strong>l otro ha sido quien a partir <strong>de</strong> tres ejes básicos: el axiológico, el praxiológico y el epistemológico, fijó una tipología <strong>de</strong> las relaciones con el otro. Pero a<strong>de</strong>más, centrándose en los principales autores franceses que abordaron el tema <strong>de</strong> la diversidad, ha analizado en Nosotros y los otros las posturas antropológicas que dicho estudio implica, y 9
Est E l a Bl a r d u n i (c o m p i l a d o r a) que pasan por los extremos <strong>de</strong>l universalismo y el relativismo, con las falencias implícitas correspondientes. Así, <strong>de</strong> la posición universalista surge como figura perversa el etnocentrismo, cada vez que se preten<strong>de</strong> elevar a la categoría <strong>de</strong> universales los valores <strong>de</strong> la sociedad a la que se pertenece. Des<strong>de</strong> el análisis relativista en cambio, ya sea que se fundamente en lo natural o en lo cultural, se corre el peligro <strong>de</strong> no <strong>de</strong>jar lugar a la voluntad humana, y por en<strong>de</strong> a la moral. Literariamente, en la mayoría <strong>de</strong> los casos la experiencia <strong>de</strong> la diversidad aparece ligada a la <strong>de</strong>l viaje, real o imaginario. <strong>La</strong> separación <strong>de</strong>l medio propio y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> un afuera diferente, pue<strong>de</strong> obe<strong>de</strong>cer a causas muy diversas que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la necesidad dolorosa <strong>de</strong>l exilio, la búsqueda <strong>de</strong> la aventura, la evasión, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> lo interdicto, la nostalgia <strong>de</strong> un paraíso perdido, la rebelión… En las diferentes situaciones, el relato <strong>de</strong> la experiencia <strong>de</strong>l contacto con la alteridad, implica también una escritura <strong>de</strong> lo íntimo, un buceo en la propia i<strong>de</strong>ntidad, y un balance sobre la cultura propia, que pue<strong>de</strong> reflejarse en géneros tan diversos como el ensayo, la novela, el libro <strong>de</strong> viajes, el diario o la autobiografía. Michel <strong>de</strong> Montaigne, en 1580, en pleno florecimiento <strong>de</strong>l Renacimiento francés, fue uno <strong>de</strong> los primeros que <strong>de</strong>stacó el valor formativo <strong>de</strong> los viajes. En sus Essais, suerte <strong>de</strong> autobiografía que es a<strong>de</strong>más una clave <strong>de</strong> la espiritualidad mo<strong>de</strong>rna, el autor plasmó la nueva filosofía <strong>de</strong>l hombre occi<strong>de</strong>ntal, interesado tanto por explorar las partes más recónditas <strong>de</strong> una vida interior compleja y a veces contradictoria, como por un auténtico afán humanista <strong>de</strong> conocimiento <strong>de</strong> la rica y variada realidad. De allí que concediera especial valor formativo al viaje, “para frotar y limar nuestro cerebro contra el <strong>de</strong>l otro”. Tanto como incansable jinete que recorrió los caminos <strong>de</strong> la Europa atormentada <strong>de</strong>l siglo xvi, como <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su retiro libresco en la torre <strong>de</strong> su castillo, Montaigne se entusiasmó con los hombres, las costumbres, las comidas y el arte <strong>de</strong> los pueblos, 1 e iniciando la línea <strong>de</strong> autores franceses que construyeron un imaginario <strong>de</strong>l Nuevo Mundo –entre ellos Di<strong>de</strong>rot, Voltaire, Rousseau y Chateaubriand– <strong>de</strong>dicó dos <strong>de</strong> sus ensayos “De los caníbales” y “De los carruajes”, al continente americano y a sus pueblos autóctonos. En ellos manifestó una postura crítica ante la política <strong>de</strong> la conquista europea, exaltó las virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l “buen salvaje”, y sostuvo la tolerancia y el principio 1 Ver al respecto <strong>La</strong>couture, Jean, Montaigne a caballo. México, F.C.E., 1999. Es c r i t u r a s d E l ot ro En au to r E s d E la l i tE r at u r a f r a n c E s a <strong>de</strong> la relatividad <strong>de</strong> las normas morales y políticas. 2 De este modo el término “bárbaro” es empleado por Montaigne en dos sentidos: uno histórico y positivo, como cercano a los orígenes; y otro, éticamente negativo, que aplicó a la crueldad <strong>de</strong>l hombre blanco. Aunque, como suerte <strong>de</strong> Odiseo aferrado al mástil, también rescató atributos <strong>de</strong> su propia cultura para elaborar una figura <strong>de</strong>l otro, ya que para elogiar a los indígenas, los asimiló a los antiguos griegos. El particular entramado que se teje en los ensayos <strong>de</strong> Montaigne entre el auténtico afán humanista <strong>de</strong> explorar la compleja diversidad <strong>de</strong> lo existente, y la meta final <strong>de</strong> conocerse mejor a sí mismo, y por esa vía al hombre en general, ya que “cada hombre lleva en sí la forma entera <strong>de</strong> la condición humana” 3 , se continúa en el presente en la tensión básica existente entre el “yo” y el “otro” que toda reflexión sobre la construcción <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidad percibe. A propósito <strong>de</strong> dicho concepto, Paul Ricoeur en Soi même comme un autre distingue dos significaciones extremas <strong>de</strong>l término i<strong>de</strong>ntidad, según se lo entienda como equivalente <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>m o <strong>de</strong>l ipse latinos. Mientras que la i<strong>de</strong>ntidad en el sentido <strong>de</strong> i<strong>de</strong>m, lo que Ricoeur <strong>de</strong>nomina la mismidad, <strong>de</strong>sarrolla una jerarquía <strong>de</strong> significaciones cuya permanencia en el tiempo constituye el grado más elevado, al que se opone lo diferente, en el sentido <strong>de</strong> lo cambiante; la i<strong>de</strong>ntidad como ipseidad, cuestiona un pretendido núcleo no variable <strong>de</strong> la personalidad y juega con el concepto <strong>de</strong> una permanente construcción. Si la i<strong>de</strong>ntidad-mismidad presupone al otro como lo distinto, lo diverso; la alteridad aparece en la ipseidad como un elemento constitutivo. De este modo, en la experiencia literaria, la i<strong>de</strong>ntidad narrativa <strong>de</strong> una conciencia que procura configurarse a partir <strong>de</strong> la escritura, pone en juego una dialéctica complementaria entre ambos polos. Sí mismo como otro, el título <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Ricoeur, alu<strong>de</strong> a esa tensión. A propósito <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad como construcción, Amin Maalouf, novelista <strong>de</strong> origen libanés que vive <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1976 en Francia y escribe en lengua francesa, explora el tema en el ensayo, I<strong>de</strong>ntités meurtrières don<strong>de</strong>, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los ejemplos <strong>de</strong> la filosofía, <strong>de</strong> la historia 2 Esta postura <strong>de</strong> Montaigne no es totalmente original, sino que se halla impregnada <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as que aparecían en la profusa bibliografía <strong>de</strong> viajes latina, italiana, española y francesa que Montaigne conoció. Ver al respecto Friedrich, Hugo, Montaigne. París, Gallimard, 1992, pp. 216-219. 3 “chaque homme porte la forme entière <strong>de</strong> l’humaine condition”. 10 11