Criterios y estrategias para la promoción del uso del euskera en el ...

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el porcentaje de vascohablantes entre los trabajadores es pequeño, es decir, en empresa
del Grupo 4 en adelante. Además, los resultados serán parciales aún en el mejor de
los casos; se puede lograr que se hable en euskera en determinadas unidades o departamentos,
pero será difícil que se hable en la totalidad de la empresa. Es preciso tener
en cuenta que no todos los trabajadores saben euskera.
Eso conllevaría que las empresas que logran resultados basculasen hacia la derecha,
pero es muy difícil que el Grupo 6 bascule hacia el Grupo 9, por ejemplo. Para lograr ese
objetivo, es imprescindible que ocurra un cambio generacional entre los trabajadores de
la empresa, salvo en casos particulares.
Sería un éxito total orientar hacia ese proceso empresas que en la actualidad no disponen
de planes o criterios para la normalización del uso del euskera, y eso es, precisamente,
lo que las instituciones públicas deben impulsar colaborando entre ellas.
Teniendo en cuenta que en esa actividad son la zona sociolingüística, el sector de actividad,
el mercado geográfico y el receptor de los productos y servicios los que, por ese
orden, determinan el uso, sería conveniente, en la medida de lo posible, proceder por
zonas y subsectores para ser más eficaces, para impulsar las sinergias que se dan entre
las empresas (empresas que tienen relaciones de cliente y proveedor, que operan en la
misma comarca, del mismo sector...) y optimizar resultados.
—Pequeñas y medianas empresas, aumentando el número de las que disponen de un plan
de euskera:
Otra línea de trabajo pendiente de ser desarrollada es la de las pequeñas y medianas
empresas. Según el INE, son pequeñas empresas aquellas con 49 o menos trabajadores.
Según el Índice de Actividades Económicas de 2002 del EUSTAT, el 99,1% de los establecimientos
de la CAPV tiene menos de 50 trabajadores; en lo que al número de trabajadores
hace referencia, el 64,4% de los puestos de trabajo se concentra en ellos. El volumen,
tanto económico como social, es evidente. Por ello, parece necesario hacer un
esfuerzo por difundir los planes de euskera entre pequeñas empresas u organismos.
Todo lo señalado para las empresas de más de 100 trabajadores sigue siendo válido, a
grandes rasgos, para empresas de tamaño medio o más pequeño, es decir:
• Impulsar el uso del euskera en la comunicación escrita en general (paisaje lingüístico,
breves escritos, publicaciones y publicidad, por de pronto), y en la comunicación oral
con los clientes (idioma de acogida), de modo que sea útil para todo tipo de empresas,
al menos en un principio.
• Impulsar el uso del euskera cuando el número de trabajadores vascohablantes de una
empresa supere el umbral mínimo.
Aunque los pequeños organismos han participado en el programa que se ha desarrollado
hasta ahora y las asociaciones profesionales son prueba de ello—, la metodología
y el método de intervención estaban dirigidos principalmente a empresas de mayor
tamaño y mayores recursos, a empresas grandes y euskaldunes que podían ejercer