informe tributario - AELE

INFORME TRIBUTARIO
2001-EF, ha establecido que el derecho para el goce del
beneficio, puede ser únicamente materializado mediante las
inversiones destinadas a la compra o construcción de activos
fijos nuevos, que guarden una vinculación directa con el desarrollo
de actividades generadoras de rentas gravadas de
tercera categoría.
Esta norma nos obliga a advertir la circunstancia de aquellos
contribuyentes que desarrollan en forma conjunta, actividades
generadoras de rentas gravadas y no gravadas. Si
la disposición reglamentaria está orientada a la inversión en
activos que se destinen exclusivamente a la realización de
actividades gravadas, el potencial beneficio aplicado por los
contribuyentes podría ser impugnado por la Administración
Tributaria, si la inversión realizada estuviera destinada en
forma conjunta sin distinción posible a la realización de actividades
gravadas y no gravadas.
No obstante, resulta necesario enfatizar el vacío reglamentario
respecto del adecuado procedimiento que debería
emplearse en la circunstancia descrita en el párrafo anterior.
Ante la ausencia de una metodología expresa que atienda
equitativamente la aplicación de la tasa del 20% para la
renta neta reinvertida, podría ensayarse analógicamente el
método de determinación de la proporción existente entre
las rentas gravadas y el total de las rentas y aplicar el beneficio
de la tasa reducida sobre la base de la proporción establecida,
para las rentas gravadas.
No constituye un exceso, el remarcar que tal apreciación
se fundamenta en la probabilidad de que los bienes del activo
fijo puedan ser destinados indistintamente a la generación
de rentas gravadas y no gravadas y en función a ello
incumplir de modo parcial la exigencia reglamentaria de que
los bienes sean destinados directamente a la realización de
actividades generadoras de rentas gravadas de tercera categoría.
IV. REINVERSIÓN CON FONDOS PROPIOS
El segundo párrafo del mismo artículo 3°, señala de modo
expreso que “La reinversión materia del beneficio deberá ser
efectuada con fondos propios”. Aun cuando el texto de la
norma podría invitarnos a más de una reflexión sobre su
alcance, ciertamente estamos persuadidos de que el
reglamentador ha condicionado el beneficio de la reinversión,
a que ésta sea realizada con el dinero en efectivo o equivalente
de efectivo con que se disponga.
En este extremo de exigencias reglamentarias, resulta importante
señalar que las utilidades generadas por una empresa
en el curso normal de sus operaciones no necesariamente
terminan con una objetiva e identificable expresión
de dinero en efectivo o equivalente de efectivo; a la fecha de
los estados financieros y, en el presente caso, al 31 de diciembre
de 2001, el saldo de la cuenta de caja y bancos
puede representar una cantidad mayor, igual o menor al
importe de la utilidad financiera o de la renta neta reinvertible.
Tal circunstancia no representa en sí misma una limitación
para la reinversión, dado que se podrían presentar dos
situaciones de importancia. En primer lugar, pudiera establecerse
al 31 de diciembre de 2001 un saldo de caja equivalente
a una cantidad superior a la renta neta reinvertible y
luego de esa fecha observar un saldo menor como consecuencia
del cumplimiento de los compromisos asumidos con
el personal, los proveedores o el Fisco, y no por ello estar en
la imposibilidad de reinvertir, si es que el flujo proyectado de
caja, permite asumir compromisos financieros para la
reinversión que luego son atendidos con el flujo de efectivo
originado en sus propias operaciones.
De otro lado, pudiera darse igualmente la circunstancia
de tener un saldo de caja inferior al monto de la renta neta
reinvertible y luego del cierre del ejercicio, contar con los
fondos necesarios para desarrollar la inversión, como consecuencia
de la cobranza de las cuentas mercantiles o de
aquellas que representaron operaciones de préstamos al
personal o a terceros, o de devoluciones de impuestos solicitadas
a la Administración Tributaria.
Bajo el análisis expuesto, no cabe duda de que la expresión
contable del saldo de la cuenta de caja y bancos es una
posición relativa al dinero en efectivo o equivalente de efectivo
a una fecha determinada y su alto dinamismo cambia
permanentemente su posición, la cual depende no sólo de
sus actividades operacionales, sino también las decisiones
tomadas sobre las actividades financieras y de inversión,
generándose las fuentes de los fondos y sus aplicaciones, en
función a las decisiones gerenciales.
Si la intención reglamentaria está orientada a que la
reinversión deba efectuarse de manera exclusiva con los “fondos
propios” de la empresa, entendiéndose como tales al
dinero en efectivo y/o al equivalente de dinero en efectivo
que disponga la empresa sin restricción alguna, resultaría
altamente probable que el beneficio de la reinversión sólo
quede limitado para aquellas empresas que tienen un importante
nivel de liquidez. En el Perú, lastimosamente, esa
no es la característica financiera principal de la mayoría de
las empresas.
Debe tenerse presente que las empresas que adquieren
bienes del activo fijo, mediante la suscripción de contratos
de arrendamiento financiero, asumen compromisos que son
cancelados finalmente con sus propios fondos, no obstante
que inicialmente se recurre al apoyo financiero de las entidades
autorizadas para tales actividades.
Resulta entonces necesario, dictar las medidas aclaratorias
que correspondan a fin de precisar con objetividad los conceptos
asumidos por el reglamentador al referirse al término
de los “fondos propios” para consolidar el beneficio de la
reducción del Impuesto a la Renta, tomando en consideración
que el informe técnico requerido para la acreditación
de la reinversión, debe hacer referencia a los fondos utilizados
para dicha reinversión.
NOVIEMBRE 2001 19