1405013168nueva-mineria-julio-2014

Aguas tibias, playas de arenas
blancas, vegetación tropical, cielo azul y
grandes hoteles y resorts no sólo son
patrimonio del Caribe centroamericano.
China también cuenta con estos atractivos
naturales que año a año son la delicia de
miles de veraneantes y turistas que visitan
la ciudad de Sanya para reponer fuerzas y
tomar unas merecidas vacaciones.
Es que la llamada “Hawaii Oriental”
-catalogada así desde tiempos antiguos- es
una postal desconocida del gigante asiático
que también convive con su otra cara.
Una que luce gracias a su apuesta por el
comercio y el desarrollo tecnológico, dos
pilares que lo catapultaron a la cima del
poderío económico mundial.
Pero fue en 1977 cuando el líder comunista
Xi Zhongxun estableció en la
ciudad de Shénzhen (sur de China) una
de las denominadas zonas económicas
especiales, que permitió la inversión de
capital privado y libre comercio, dando
inicio a la apertura comercial del país.
Fueron estas políticas las que precisamente,
encaminaron a China a transformarse
en una potencia económica mundial,
que pasó de un ingreso per cápita de
US$ 200 a mediados de los años ’70, a
más de US$ 5.000 en 2011.
Cultural y la muerte del histórico líder
comunista Mao Tse-Tung, el gigante asiático
abrió las puertas a un nuevo modelo
de desarrollo. Un prototipo que abrazó
la competencia entre el emergente sector
privado con las empresas públicas, dinamizando
así la economía a niveles casi
imparables.
alianzas que ha llevado a cabo la nación
milenaria con el resto de los países.
Y es que en los últimos años, Chile
Popular China en el concierto latinoame-
merciales
y de inversión son sólo parte de
la estrecha relación que exhiben ambos
países. Prueba de ello, son los 44 años de
relaciones diplomáticas ininterrumpidas
que cumplirán estas naciones.
Es que Chile fue el primer país de
América del Sur en establecer relaciones
diplomáticas con China, en apoyar
su ingreso a la Organización Mundial de
Comercio, y fue la primera nación latinoamericana
en reconocer a ese país como
economía de mercado. También fue el primer
país en suscribir un TLC con China, el
que comprende un Acuerdo Suplementario
sobre Servicios, vigente desde el 2010,
y un Acuerdo Suplementario sobre Inversiones
que rige desde este año.
No sólo eso. Otro hito que une a
ambos países está pronto a cumplirse. En
octubre de este año, se celebrarán ocho
años desde la entrada en vigencia del TLC
entre Chile y China. Desde entonces, el intercambio
comercial, con las consiguientes
ventajas arancelarias asociadas a éste, no
ha parado de crecer, posicionando a China
como el principal socio comercial del país.
Las pruebas son patentes. Hace diez
años, Chile exportaba menos de US$
1.000 millones al mercado chino. Hoy,
el país registra envíos por más de US$
19.000 millones al año, con una tasa de
expansión anual de un 28% (muy superior
al 13% promedio que tiene Chile con el
resto del mundo).
Al primer trimestre de 2014, las exportaciones
chilenas a China alcanzaron
los US$ 4.837 millones, es decir, fueron un
22% superior respecto al primer trimestre
de 2013. Aunque el cobre sigue siendo el
principal producto exportado, también es
zado
las exportaciones no mineras y de
celulosa.
El nuevo ciclo económico chino implicará
que la demanda de cobre requerirá
de unas 400 mil toneladas
adicionales por año.
Una noticia alentadora
para la
economía
chilena.
Los lazos con Chile
Para nadie es un secreto. China se ha
posicionado como la cuna de las oportunidades
en el imaginario colectivo. Una
credencial que le ha valido convertirse en
el productor más importante de ejecutivos
multimillonarios a nivel mundial. ¿Pero
cómo un país básicamente rural pasó a
transformarse en una verdadera fuerza
económico-comercial? ¿Cuál fue el motivo
hay varias, pero una que podría explicar
este suceso es la exitosa construcción de
julio 35 nme