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soluciones contradictorias dadas hasta hoy, es verdaderamente
imposible responder afirmativamente á
unaúotradelas dos cuestiones planteadas más arriba.
Veamos, en efecto, los resultados adquiridos pollos
experimentadores.
Según numerosas experiencias sobre el hombre y
sobre los animales, el profesor M. Bitter, ha reconocido
que la fuchsina pasa rápidamente en la sangre:
se elimina con la bilis, con la saliva, y sobre todo en
la orina; pero en su paso irrita vivamente los órganos,
con los cuales se encuentra en contacto, vías
digestivas, glándulas salivares y ríñones.
De ahí, cólicos fuertes, la salivación y el prurito
de la boca, diarreas prolongadas, la alteración del
parénquima y del epitelio de los ríñones, y finalmente
la aparición de la albúmina en las orinas, enfermedad
que se llama albuminaria, muy grave
cuando se hace crónica.
Adoptando como exactos los resultados anunciados
por el sabio químico de Nancy, se llega muy naturalmente
á proscribir la fuchsina pura como también
la fuchsina impura.
Al contrario, en los experimentos ejecutados por
MM. Bergeron y Clouet, un hombre ha podido tomar,
durante ocho dias, 40 centigramos por dia, y
aun un gramo por dia, de fuchsina pura sin incomodidad
aparente.
La fuchsina pura, admiusitrada á la dosis de once
gramos hasta 20 por dia á los perros, no causa accidentes
serios.
M. el Dr. Feltz, colaborador de M. Bitter, ha encontrado
que la fuchsina, tomada al interior, hacia
desaparecer la albúmina de la orina, como MM. Olivier
y Sonnenkalb lo habían indicado respecto de la
anilina.