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Desarrollo Local e Integración Regional61sólo acciones transfronterizas pueden aspirar agobernar, pero también se encuentra fuera de discusiónel hecho que el estado-nación se muestra, a la vez,demasiado grande y distante en el objetivo de darrespuesta a demandas ciudadanas de prestación deservicios que requieren la proximidad para ser eficientementey eficazmente implementados.La crisis de la estado-nación no es, y quiero insistir enello, exclusivamente una crisis de proporción de susestructuras. Es evidente que hace falta poner a revisiónla dimensión de las estructuras del poder políticoactual, precisamente por la evidencia expuesta en elpárrafo anterior, pero es un error creer que la crisis delestado-nación es sólo atribuible a la dimensión de lasestructuras de poder. Si fuera así podríamos corroborarque otras instancias o niveles de gobierno viven al margende la crisis de la percepción de la política, y esto, comohe intentado narrar en esta intervención, no es así.La crisis de la estado-nación tiene mucho que ver con laspropias formas de hacer y organizar la actividad políticaque he comentado largamente en la primera parte de miintervención. Los problemas del estado-nación se relacionandirectamente con la crisis de la política en el sentidomás general de este concepto. Con lo cual sería un graveerror no interiorizar este elemento en el desarrollo de lanueva gobernabilidad en el mundo local.La aparición del Estado moderno se caracterizó entreotras cuestiones por la aparición de un cuerpo especializadoen el ejercicio del gobierno, no sólo en su vertiente másadministrativa (burocracia), sino también en la esferade la toma de decisiones (clase política). La aparición,siglos después, de la democracia liberal no modificó, enaquello que era esencial, este hecho.La democracia mediante las elecciones garantiza -que noes poco- la posibilidad que la ciudadanía cambie los gobernantesexistentes y escoja sus preferencias entre unconjunto tan amplio como se quiera (a priori ilimitado)de opciones políticas que ofrecen a los electores su propuestaideológica-programática para convertirse endepositarios de su confianza a través de las elecciones.Analizado desde otra perspectiva estos mecanismos dela política moderna, cuando se entienden sólo como unconjunto de instrumentos para escoger gobierno, conlleva,de hecho, la exclusión de hecho de la mayoría de ciudadanosen el proceso deliberativo y decisional de losasuntos públicos. Esta exclusión es perfectamentecoherente con el paradigma dominante en la sociedadliberal -y en gran medida heredado del Renacimientosegúnel cual el individuo dispone de una autonomía tangrande que le permite asumir que su existencia, su vida,tiene sentido por si misma sin necesidad de mantener unosestrechos vínculos con la comunidad en la que vive.Fíjense que esta noción -este paradigma de nuestra civilizaciónliberal -hace innecesaria- aun cuando no rechazaclaramente- la participación política. Eso explica quepara muchos una participación política reducida, inclusoen un proceso electoral, no plantee ningún problema.Déjenme añadir, aunque sólo sea marginalmente, queeste paradigma de la concepción liberal de la relaciónindividuo-comunidad, colisiona con otro paradigmaexistente, aunque no en la actualidad, propio del mundoclásico (experiencia ateniense como ejemplo relevante),donde el individuo solo podía ser en plenitud si sesentía formar parte de la comunidad. Ustedes recordaranque en esa civilización el peor castigo no era lapena de muerte sino la expulsión de la comunidad, elexilio. Qué diferencia con nuestro presente!Pues bien, a mi modo de ver, esta concepción que hasido dominante en el estado-nación según la cual lapráctica democrática, la acción política, no ha buscadola identificación total entre el individuo y la comunidad,es uno de los causantes de su propia crisis. Probablementeen Centroamérica esa realidad sea sensiblementedistinta ya que percibo que el sentimiento comunitario esmucho mayor acá que en mi país. En cualquier caso creoque tendrán que estar vigilantes a cómo se van a desarrollaresos vínculos en el futuro ya que estoy convencido queel sentimiento de comunidad y la implicación en la mismaes un acto inversamente proporcional al desarrolloeconómico y de bienestar adquirido, individual y colectivamente.A mayor bienestar menos implicación individualen los quehaceres colectivos.Bien, llegados a este punto de la reflexión podemos daruna respuesta a uno de los interrogantes que ustedes seplantean en esta IV CONFEDELCA:¿La descentralización como fenómeno político contribuyea la gobernabilidad democrática?. Sí, sin lugar a dudas,

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