13.07.2015 Views

Autobiografía (Parte I) - Cristianía

Autobiografía (Parte I) - Cristianía

Autobiografía (Parte I) - Cristianía

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

aflicción le pudiera secundar una miseria interminable. Ni siquierame atrevía a concebir el deseo de disfrutar de Ti; sólo deseaba noofenderte.Estuve durante cinco o seis semanas casi en las últimas. Nopodía tomar ninguna clase de alimento. Una sola cucharada de caldome daba mareos. Mi voz estaba tan apagada, que, cuando acercabansus oídos a mi boca, a duras penas entendían mis palabras. No podíaver esperanza alguna de salvación, aunque no me hubiera importadomorir. Tenía la fuerte impresión de que cuanto más viviera, máspecaría. De los dos, pensé en escoger el infierno antes que el pecado.Todo el bien, que Dios me hizo que hiciera, ahora me parecía malvadoo lleno de defectos. Todas mis oraciones, penitencias, dádivas y actosde caridad, parecían levantarse contra mí, y acentuar micondenación. Pensaba que por parte de Dios, de mí misma, y detodas las criaturas, aparecía una condenación general – miconciencia daba testimonio contra mí – que no podía apaciguar.Aunque parezca mentira, los pecados de mi juventud no me afligieronen aquel entonces nada en absoluto. Ninguno se levantó en juiciocontra mí, pero parecía que había un testimonio universal en contrade todo el bien que había hecho, y en contra de todo pensamientomalvado que hubiera albergado. Si acudía a confesores, nada podíadecirles sobre mi condición. Si se lo hubiera podido decir, no mehabrían entendido. Hubieran considerado como eminentes virtudes loque, oh mi Dios, tus castos y puros ojos rechazaban como infidelidad.Fue entonces que sentí la verdad que encerraba lo que Tú has dicho,en cuanto que Tú juzgaste nuestra rectitud y nuestra justicia. ¡Oh,cuán puro eres! ¿Quién lo puede llegar a comprender? Fue entoncescuando me puse a mirar por todos lados para ver por qué camino mehabría de llegar el socorro; mas mi socorro no podía venir de ningunaotra parte sino del que hizo los Cielos y la tierra. Al descubrir que nohabía lugar seguro, ni salud espiritual en mí, entré en una secretacomplacencia y en un descanso interior, que residía en el hecho de noencontrar dentro de mí bien alguno en el que pudiera apoyarme, o delque pudiera jactarme en pro de mi salvación. Cuanto más cercanaparecía mi destrucción, tanto más me encontraba en Dios Mismo, enel que aumentaban mi confianza y mi esperanza, a pesar de que Élparecía estar justamente irritado conmigo. Me parecía que tenía enJesucristo toda aquello que faltaba en mí. ¡Oh, vosotros hombresfirmes y rectos! Admirad tanto como queráis las excelencias quehayáis hecho para la gloria de Dios. ¡En cuanto a mí, sólo me gloríode mis padecimientos, pues tales me han hecho digna de un Salvador130

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!