13.07.2015 Views

Autobiografía (Parte I) - Cristianía

Autobiografía (Parte I) - Cristianía

Autobiografía (Parte I) - Cristianía

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

un aire tan refrescante que me sorprendí, y el viento no cesó durantetodo su viaje.Pocos días después, tras la marcha de esta persona, fui alencuentro de la Hermana Garnier y la llevé a mi casa de campo, deforma que nadie la vio ni la llegó a reconocer*. Lo que me resultabaun tanto embarazoso era que dos de mis sirvientes la conocieran.Pero como en aquel entonces yo andaba tras la conversión de unadama, pensaron que era debido a esto que la había mandado llamar,y que era necesario guardarlo en secreto para evitar que esta otradama se hubiera de arrepentir de venir. Coincidimos con esta dama,y aunque yo no sabía nada acerca de temas controvertidos ydelicados, Dios me respaldó tanto que no dejé de contestar a todaslas objeciones de esta dama, y resolver todas sus dudas, a tal puntoque no pudo hacer otra cosa que entregarse a Dios por completo. Apesar de que la hermana Garnier retenía una buena porción de graciay entendimiento natural, sus palabras en esta alma no tuvieron elmismo efecto que aquellas con las que Dios me revistió, como ellamisma me aseguró. Ni siquiera podía resistirse a hablar de ello.Despertóme el deseo interior de pedirle su testimonio de parte deDios, como prueba de Su santa voluntad para conmigo. Pero Él no seagradó de concederlo en ese momento, complaciéndose de quehubiera de partir sola, sin más seguridad que su divina Providenciaestaba dirigiendo todas las cosas. La Hermana Garnier no me dejósaber su opinión hasta cuatro días después. Entonces me dijo que nome acompañaría. Ante esto me sorprendí aún más, pues me habíaconvencido a mí misma de que Dios concedería a su virtud lo quehabría rehusado conceder a mis deméritos. Además, las razones queme dio me parecieron ser meramente humanas, y desprovistas degracia sobrenatural. Esto me hizo dudar un poco; entonces,armándome de un nuevo coraje y valor, mediante la resignación detodo mi ser, le dije: “Puesto que no es por usted que me voy allí,aunque no me acompañe, no dejaré por eso de ir”. Esto la sorprendió,como ella misma me hizo saber; pues ella pensaba que, dada sunegativa, yo renunciaría a mi propósito de ir._______________________________________________________________________________________________* Este punto del texto no está muy claro; la única explicación posible era que había tal rechazopor parte de los practicantes católicos hacia las nuevas corrientes religiosas más liberales, queGuyón intentó evitar por todos los medios que se supiera la llegada a su propia casa de unasuperiora de los Nuevos Católicos, rama un tanto “Protestante” y “Calvinista”, términos,esperamos todos, desprovistos de las connotaciones presentes en aquel siglo.160

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!