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El Conflicto de los Siglos por Elena de White

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

el segundo advenimiento, y cuanto mayor sea la difusión recibida <strong>por</strong> una enseñanza tal, tanto mejor<br />

respon<strong>de</strong> a <strong>los</strong> propósitos <strong>de</strong> Satanás. Una vez transcurrida la fecha, él cubre <strong>de</strong> ridículo y <strong>de</strong>sprecio a<br />

quienes la anunciaron y echa oprobio contra el gran movimiento adventista <strong>de</strong> 1843 y 1844. Los que<br />

persisten en este error llegarán al fin a fijar una fecha <strong>de</strong>masiado remota para la venida <strong>de</strong> Cristo. <strong>El</strong>lo<br />

<strong>los</strong> arrullará en una falsa seguridad, y muchos sólo se <strong>de</strong>sengañarán cuando sea tar<strong>de</strong>. La historia <strong>de</strong>l<br />

antiguo Israel es un ejemplo patente <strong>de</strong> lo que experimentaron <strong>los</strong> adventistas. Dios dirigió a su pueblo<br />

en el movimiento adventista, así como sacó a <strong>los</strong> israelitas <strong>de</strong> Egipto. Cuando el gran <strong>de</strong>sengaño, su fe<br />

fue probada como lo fue la <strong>de</strong> <strong>los</strong> hebreos cerca <strong>de</strong>l Mar Rojo. Si hubiesen seguido confiando en la mano<br />

que <strong>los</strong> había guiado y que había estado con el<strong>los</strong> hasta entonces, habrían visto la salvación <strong>de</strong> Dios. Si<br />

todos <strong>los</strong> que habían trabajado unidos en la obra <strong>de</strong> 1844 hubiesen recibido el mensaje <strong>de</strong>l tercer ángel,<br />

y lo hubiesen proclamado en el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Espíritu Santo, el Señor habría actuado po<strong>de</strong>rosamente <strong>por</strong> <strong>los</strong><br />

esfuerzos <strong>de</strong> el<strong>los</strong>. Raudales <strong>de</strong> luz habrían sido <strong>de</strong>rramados sobre el mundo. Años haría que <strong>los</strong><br />

habitantes <strong>de</strong> la tierra habrían sido avisados, la obra final se habría consumado, y Cristo habría venido<br />

para redimir a su pueblo.<br />

No era voluntad <strong>de</strong> Dios que Israel peregrinase durante cuarenta años en el <strong>de</strong>sierto; lo que él<br />

quería era conducirlo a la tierra <strong>de</strong> Canaán y establecerlo allí como pueblo santo y feliz. Pero "no<br />

pudieron entrar a causa <strong>de</strong> incredulidad." (Hebreos 3: 19.) Perecieron en el <strong>de</strong>sierto a causa <strong>de</strong> su<br />

apostasía, y otros fueron suscitados para entrar en la tierra prometida. Asimismo, no era la voluntad <strong>de</strong><br />

Dios que la venida <strong>de</strong> Cristo se dilatara tanto, y que su pueblo permaneciese <strong>por</strong> tantos años en este<br />

mundo <strong>de</strong> pecado e infortunio. Pero la incredulidad lo separó <strong>de</strong> Dios. Como se negara a hacer la obra<br />

que le había señalado, otros fueron <strong>los</strong> llamados para proclamar el mensaje. Por misericordia para con<br />

el mundo, Jesús difiere su venida para que <strong>los</strong> pecadores tengan o<strong>por</strong>tunidad <strong>de</strong> oír el aviso y <strong>de</strong> encontrar<br />

amparo en él antes que se <strong>de</strong>sate la ira <strong>de</strong> Dios. Hogaño como antaño, la predicación <strong>de</strong> una verdad que<br />

reprueba <strong>los</strong> pecados y <strong>los</strong> errores <strong>de</strong>l tiempo, <strong>de</strong>spertará oposición. "Porque todo aquel que obra el mal,<br />

odia la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas." (S. Juan 3: 20, V.M.)<br />

Cuando <strong>los</strong> hombres ven que no pue<strong>de</strong>n sostener su actitud <strong>por</strong> las Sagradas Escrituras, muchos<br />

resuelven sostenerla a todo trance, y con espíritu malévolo atacan el carácter y <strong>los</strong> motivos <strong>de</strong> <strong>los</strong> que<br />

<strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n las verda<strong>de</strong>s que no son populares. Es la misma política que se siguió en todas las eda<strong>de</strong>s.<br />

<strong>El</strong>ías fue acusado <strong>de</strong> turbar a Israel, Jeremías lo fue <strong>de</strong> traidor, y San Pablo <strong>de</strong> profanador <strong>de</strong>l templo.<br />

Des<strong>de</strong> entonces hasta ahora, <strong>los</strong> que quisieron ser leales a la verdad fueron <strong>de</strong>nunciados como sediciosos,<br />

herejes o cismáticos. Multitu<strong>de</strong>s que son <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong>screídas para aceptar la palabra segura <strong>de</strong> la<br />

profecía, aceptarán con ilimitada credulidad la acusación dirigida contra <strong>los</strong> que se atreven a reprobar<br />

<strong>los</strong> pecados <strong>de</strong> moda. Esta ten<strong>de</strong>ncia irá <strong>de</strong>sarrollándose más y más. Y la Biblia enseña a las claras que<br />

se va acercando el tiempo en que las leyes <strong>de</strong>l estado estarán en tal contradicción con la ley <strong>de</strong> Dios, que<br />

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