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El Conflicto de los Siglos por Elena de White

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

tiempo <strong>de</strong> tribulación, cada alma <strong>de</strong>berá sostenerse <strong>por</strong> sí sola ante Dios. "Si Noé, Daniel y Job<br />

estuvieren" en el país, "¡vivo yo! dice Jehová el Señor, que ni a hijo ni a hija podrán el<strong>los</strong> librar <strong>por</strong> su<br />

justicia; tan sólo a sus propias almas librarán." (Ezequiel 14: 20, V.M.)<br />

Ahora, mientras que nuestro gran Sumo Sacerdote está haciendo propiciación <strong>por</strong> nosotros,<br />

<strong>de</strong>bemos tratar <strong>de</strong> llegar a la perfección en Cristo. Nuestro Salvador no pudo ser inducido a ce<strong>de</strong>r a la<br />

tentación ni siquiera en pensamiento. Satanás encuentra en <strong>los</strong> corazones humanos algún asi<strong>de</strong>ro en que<br />

hacerse firme; es tal vez algún <strong>de</strong>seo pecaminoso que se acaricia, <strong>por</strong> medio <strong>de</strong>l cual la tentación se<br />

fortalece. Pero Cristo <strong>de</strong>claró al hablar <strong>de</strong> sí mismo: Viene el príncipe <strong>de</strong> este mundo; mas no tiene nada<br />

en mí." (S. Juan 14: 30.) Satanás no pudo encontrar nada en el Hijo <strong>de</strong> Dios que le permitiese ganar la<br />

victoria. Cristo guardó <strong>los</strong> mandamientos <strong>de</strong> su Padre y no hubo en él ningún pecado <strong>de</strong> que Satanás<br />

pudiese sacar ventaja. Esta es la condición en que <strong>de</strong>ben encontrarse <strong>los</strong> que han <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r subsistir en el<br />

tiempo <strong>de</strong> angustia. En esta vida es don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bemos separarnos <strong>de</strong>l pecado <strong>por</strong> la fe en la sangre expiatoria<br />

<strong>de</strong> Cristo.<br />

Nuestro amado Salvador nos invita a que nos unamos a él, a que unamos nuestra flaqueza con su<br />

fortaleza, nuestra ignorancia con su sabiduría, nuestra indignidad con sus méritos. La provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

Dios es la escuela en la cual <strong>de</strong>bemos apren<strong>de</strong>r a tener la mansedumbre y humildad <strong>de</strong> Jesús. <strong>El</strong> Señor<br />

nos está presentando siempre, no el camino que escogeríamos y que nos parecería más fácil y agradable,<br />

sino el verda<strong>de</strong>ro, el que lleva a <strong>los</strong> fines verda<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la vida. De nosotros está, pues, que cooperemos<br />

con <strong>los</strong> factores que Dios emplea, en la tarea <strong>de</strong> conformar nuestros caracteres con el mo<strong>de</strong>lo divino.<br />

Nadie pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scuidar o aplazar esta obra sin grave peligro para su alma. <strong>El</strong> apóstol San Juan, estando<br />

en visión, oyó una gran voz que exclamaba en el cielo: "¡Ay <strong>de</strong> <strong>los</strong> moradores <strong>de</strong> la tierra y <strong>de</strong>l mar!<br />

<strong>por</strong>que el diablo ha <strong>de</strong>scendido a vosotros, teniendo gran<strong>de</strong> ira, sabiendo que tiene poco tiempo.<br />

(Apocalipsis 12: 12.) Espantosas son las escenas que provocaron esta exclamación <strong>de</strong> la voz celestial.<br />

La ira <strong>de</strong> Satanás crece a medida que se va acercando el fin, y su obra <strong>de</strong> engaño y <strong>de</strong>strucción culminará<br />

durante el tiempo <strong>de</strong> angustia.<br />

Pronto aparecerán en el cielo signos pavorosos <strong>de</strong> carácter sobrenatural, en prueba <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />

milagroso <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>monios. Los espíritus <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>monios irán en busca <strong>de</strong> <strong>los</strong> reyes <strong>de</strong> la tierra y <strong>por</strong><br />

todo el mundo para aprisionar a <strong>los</strong> hombres con engaños e inducir<strong>los</strong> a que se unan a Satanás en su<br />

última lucha contra el gobierno <strong>de</strong> Dios. Mediante estos agentes, tanto <strong>los</strong> príncipes como <strong>los</strong> súbditos<br />

serán engañados. Surgirán entes que se darán <strong>por</strong> el mismo Cristo y reclamarán <strong>los</strong> títu<strong>los</strong> y el culto que<br />

pertenecen al Re<strong>de</strong>ntor <strong>de</strong>l mundo. Harán curaciones milagrosas y asegurarán haber recibido <strong>de</strong>l cielo<br />

revelaciones contrarias al testimonio <strong>de</strong> las Sagradas Escrituras.<br />

<strong>El</strong> acto capital que coronará el gran drama <strong>de</strong>l engaño será que el mismo Satanás se dará <strong>por</strong> el<br />

Cristo. Hace mucho que la iglesia profesa esperar el advenimiento <strong>de</strong>l Salvador como consumación <strong>de</strong><br />

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