05.10.2016 Views

El Conflicto de los Siglos por Elena de White

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

mientras que se acerca a la gente instruída con objeciones científicas y razonamientos fi<strong>los</strong>óficos propios<br />

para <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong>sconfianza o <strong>de</strong>sprecio hacia las Sagradas Escrituras.<br />

Hasta <strong>los</strong> jóvenes <strong>de</strong> poca experiencia se atreven a insinuar dudas respecto a <strong>los</strong> principios<br />

fundamentales <strong>de</strong>l cristianismo. Y esta incredulidad juvenil, <strong>por</strong> superficial que sea, no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ejercer<br />

su influencia. Muchos se <strong>de</strong>jan arrastrar así al punto <strong>de</strong> mofarse <strong>de</strong> la piedad <strong>de</strong> sus padres y <strong>de</strong>safían al<br />

Espíritu <strong>de</strong> gracia. (Hebreos 10:29.) Muchos cuya vida daba promesa <strong>de</strong> honrar a Dios y <strong>de</strong> beneficiar<br />

al mundo, se han marchitado bajo el soplo contaminado <strong>de</strong> la incredulidad. Todos <strong>los</strong> que fían en <strong>los</strong><br />

dictámenes jactanciosos <strong>de</strong> la razón humana y se imaginan po<strong>de</strong>r explicar <strong>los</strong> misterios divinos y llegar<br />

al conocimiento <strong>de</strong> la verdad sin el auxilio <strong>de</strong> la sabiduría <strong>de</strong> Dios, están presos en las re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Satanás.<br />

Vivimos en el período más solemne <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> este mundo. La suerte <strong>de</strong> las innumerables<br />

multitu<strong>de</strong>s que pueblan la tierra está <strong>por</strong> <strong>de</strong>cidirse. Tanto nuestra dicha futura como la salvación <strong>de</strong> otras<br />

almas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> nuestra conducta actual. Necesitamos ser guiados <strong>por</strong> el Espíritu <strong>de</strong> Verdad. Todo<br />

discípulo <strong>de</strong> Cristo <strong>de</strong>be preguntar seriamente: "¿Señor, qué quieres que haga?" Necesitamos<br />

humillarnos ante el Señor, ayunar, orar y meditar mucho en su Palabra, especialmente acerca <strong>de</strong> las<br />

escenas <strong>de</strong>l juicio. Debemos tratar <strong>de</strong> adquirir actualmente una experiencia profunda y viva en las cosas<br />

<strong>de</strong> Dios, sin per<strong>de</strong>r un solo instante. En torno nuestro se están cumpliendo acontecimientos <strong>de</strong> vital<br />

im<strong>por</strong>tancia; nos encontramos en el terreno encantado <strong>de</strong> Satanás. No durmáis, centinelas <strong>de</strong> Dios, que<br />

el enemigo está emboscado, listo para lanzarse sobre vosotros y haceros su presa en cualquier momento<br />

en que caigáis en <strong>de</strong>scuido y somnolencia.<br />

Muchos se engañan con respecto a su verda<strong>de</strong>ra condición ante Dios. Se felicitan <strong>por</strong> <strong>los</strong> actos<br />

reprensibles que no cometen, y se olvidan <strong>de</strong> enumerar las obras buenas y nobles que Dios requiere, pero<br />

que el<strong>los</strong> <strong>de</strong>scuidan <strong>de</strong> hacer. No basta que sean árboles en el huerto <strong>de</strong>l Señor. Deben correspon<strong>de</strong>r a lo<br />

que Dios espera <strong>de</strong> el<strong>los</strong>, llevando frutos. Dios <strong>los</strong> hace responsables <strong>de</strong> todo el bien que podrían haber<br />

realizado, sostenidos <strong>por</strong> su gracia. En <strong>los</strong> libros <strong>de</strong>l cielo sus nombres figuran entre <strong>los</strong> que ocupan<br />

inútilmente el suelo. Sin embargo, aun el caso <strong>de</strong> tales personas no es <strong>de</strong>l todo <strong>de</strong>sesperado. <strong>El</strong> Dios <strong>de</strong><br />

paciencia y amor se empeña en atraer aún a <strong>los</strong> que han <strong>de</strong>spreciado su gracia y <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñado su<br />

misericordia. Por lo cual se dice: Despiértate tú que duermes, y levántate <strong>de</strong> <strong>los</strong> muertos, y te alumbrará<br />

Cristo. Mirad, pues, cómo andéis avisadamente; . . . redimiendo el tiempo, <strong>por</strong>que <strong>los</strong> días son ma<strong>los</strong>."<br />

(Efesios 5: 14-16.)<br />

Cuando llegue el tiempo <strong>de</strong> la prueba, <strong>los</strong> que hayan seguido la Palabra <strong>de</strong> Dios como regla <strong>de</strong><br />

conducta, serán dados a conocer. En verano no hay diferencia notable entre <strong>los</strong> árboles <strong>de</strong> hojas perennes<br />

y <strong>los</strong> que las pier<strong>de</strong>n; pero cuando vienen <strong>los</strong> vientos <strong>de</strong> invierno <strong>los</strong> primeros permanecen ver<strong>de</strong>s en<br />

409

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!