23.01.2017 Views

(Richard Dawkins) el gen egoista

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

sexualmente atractivo. Más aún: un <strong>gen</strong> cromosómico ortodoxo y un virus que se<br />

transmite en <strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> huevo d<strong>el</strong> huésped estarán de acuerdo en desear que éste tenga<br />

éxito, no sólo en <strong>el</strong> cortejo sino en cualquier otro aspecto de su vida; que sea un<br />

pro<strong>gen</strong>itor cariñoso y que incluso llegue a ser abu<strong>el</strong>o.<br />

Las larvas de tricóptero viven dentro de sus cápsulas y los parásitos que hemos visto<br />

hasta ahora lo hacen en <strong>el</strong> interior de sus huéspedes. Los <strong>gen</strong>es, pues, están físicamente<br />

próximos a sus efectos fenotípicos extendidos, tanto como lo están, por lo <strong>gen</strong>eral, a sus<br />

fenotipos convencionales. Pero los <strong>gen</strong>es pueden actuar a distancia; los fenotipos<br />

ampliados pueden extenderse a una gran distancia. Una de las mayores que se me ocurren<br />

abarca todo un lago. Lo mismo que la t<strong>el</strong>a de araña o la cápsula de un tricóptero, la presa<br />

de un castor se cuenta entre las auténticas maravillas d<strong>el</strong> mundo. No está d<strong>el</strong> todo claro<br />

cuál es su propósito darwiniano, pero ciertamente alguno debe haber para que los<br />

castores dediquen tanto tiempo y energía a construirla. El lago creado sirve,<br />

probablemente, para proteger la vivienda contra los depredadores. Proporciona también<br />

un canal navegable adecuado para viajar y transportar troncos. Los castores aprovechan<br />

la flotación por <strong>el</strong> mismo motivo que las compañías madereras canadienses usan los ríos<br />

y los comerciantes carboneros d<strong>el</strong> siglo XVIII utilizaban los canales. Cualquiera que sean<br />

sus beneficios, la presa de un castor es un <strong>el</strong>emento llamativo y característico d<strong>el</strong> paisaje.<br />

Es un fenotipo, no menor que los dientes o la cola d<strong>el</strong> animal, y ha evolucionado bajo la<br />

influencia de la s<strong>el</strong>ección darwiniana. Ésta tiene que haber obligado a actuar la variación<br />

<strong>gen</strong>ética. Aquí la <strong>el</strong>ección debe haber sido entre lagos buenos y menos buenos. La<br />

s<strong>el</strong>ección favoreció aqu<strong>el</strong>los <strong>gen</strong>es de castor que construían buenos lagos para <strong>el</strong><br />

transporte de árboles, lo mismo que favorecía los <strong>gen</strong>es que hacían dientes para cortarlos.<br />

Los lagos de castores son efectos fenotípicos extendidos de los <strong>gen</strong>es d<strong>el</strong> animal, cuyo<br />

largo brazo puede alcanzar varios cientos de metros. !Realmente una gran distancia!<br />

Los parásitos tampoco necesitan vivir dentro de los huéspedes: sus <strong>gen</strong>es pueden<br />

expresarse en éstos y a distancia. El pollu<strong>el</strong>o de cuco no vive dentro de petirrojos u otros<br />

pájaros, no chupa su sangre ni devora sus tejidos, pero no tenemos inconveniente en<br />

clasificarlo como parásito. Las adaptaciones d<strong>el</strong> cuco para manipular <strong>el</strong> comportamiento<br />

de los padres adoptivos puede considerarse una acción fenotípica extendida a distancia<br />

por parte de los <strong>gen</strong>es d<strong>el</strong> cuco.<br />

Es fácil sentir simpatía hacia los padres adoptivos, embaucados para incubar los<br />

huevos d<strong>el</strong> cuco. Los coleccionistas humanos de huevos también han sido engañados por<br />

<strong>el</strong> gran parecido de los huevos d<strong>el</strong> cuco a los de la especie parasitada (diferentes razas de<br />

hembras de cuco se especializan en diferentes especies huéspedes). Lo que resulta difícil<br />

de entender es la conducta que, más avanzada la estación, presentan los padres adoptivos<br />

hacia los jóvenes cucos, casi ya cubiertos d<strong>el</strong> todo por plumas. Estos son mucho más<br />

grandes que sus «padres»; a veces incluso de manera grotesca. Estoy viendo la fotografía<br />

de un acentor común adulto, tan pequeño en comparación con su monstruoso hijo<br />

adoptivo que tiene que subirse a su espalda para poder alimentarle. Aquí sentimos menos<br />

simpatía por <strong>el</strong> huésped. Nos maravillamos ante su estupidez, de su credulidad. Cualquier<br />

tonto sería capaz de ver que hay algo que no funciona con un hijo como este.<br />

270

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!