You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
muchos <strong>gen</strong>es, y <strong>el</strong> efecto de cualquier <strong>gen</strong> depende de su interacción con muchos otros.<br />
Algunos <strong>gen</strong>es actúan como <strong>gen</strong>es maestros, controlando las operaciones de una multitud<br />
de otros <strong>gen</strong>es. En términos de la analogía que hemos estado empleando, cualquier<br />
página dada de los planos hace referencia a muchas partes distintas d<strong>el</strong> edificio; y cada<br />
página tiene sentido sólo en término de remisión a muchas otras páginas.<br />
Esta intrincada interdependencia de los <strong>gen</strong>es puede hacer que la <strong>gen</strong>te se sorprenda<br />
d<strong>el</strong> empleo de la palabra «<strong>gen</strong>». ¿Por qué no utilizar un nombre colectivo como<br />
«compuesto de <strong>gen</strong>es»? La respuesta es que, considerando ciertos objetivos, constituye,<br />
una buena idea. Pero si consideramos <strong>el</strong> problema desde otro ángulo, es también<br />
razonable pensar que <strong>el</strong> compuesto de <strong>gen</strong>es está dividido en replicadores separados y<br />
distintos, o <strong>gen</strong>es. Ello surge debido al fenómeno d<strong>el</strong> sexo. La reproducción sexual tiene<br />
<strong>el</strong> efecto de mezclar y revolver los <strong>gen</strong>es. Ello significa que cualquier cuerpo de un<br />
determinado individuo es sólo un vehículo temporal para una combinación de <strong>gen</strong>es de<br />
breve duración. La combinación de <strong>gen</strong>es que es cualquier individuo puede ser de corta<br />
vida pero los <strong>gen</strong>es mismos son, potencialmente, de larga vida. Sus caminos se cruzan y<br />
vu<strong>el</strong>ven a cruzar constantemente a través de las <strong>gen</strong>eraciones.<br />
Un <strong>gen</strong> puede ser considerado como una unidad que sobrevive a través de un gran<br />
número de cuerpos sucesivos e individuales. Este planteamiento constituye <strong>el</strong> argumento<br />
central d<strong>el</strong> presente capítulo. Algunos de mis más respetados colegas difieren de él y<br />
rehúsan, obstinadamente, aceptarlo de tal manera que se me debe disculpar si insisto en<br />
exponerlo. En primer lugar debo exponer, brevemente, los aspectos r<strong>el</strong>ativos al sexo.<br />
Ya dije que los planos para construir un cuerpo humano están detallados en 46<br />
volúmenes. En realidad, fue una simplificación exagerada. La verdad es bastante<br />
excéntrica. Los 46 cromosomas consisten en 23 pares de cromosomas. Podríamos decir<br />
que archivados en <strong>el</strong> núcleo de cada célula se encuentran dos juegos alternativos de 23<br />
volúmenes de planos. Denominémoslos Volumen 1a y Volumen 1b, Volumen 2a y<br />
Volumen 2b, etc., hasta llegar al Volumen 23a y al Volumen 23b. Por supuesto, los<br />
números de identificación que se utilizan para los volúmenes, así como los empleados<br />
más ad<strong>el</strong>ante para las páginas, son totalmente arbitrarios.<br />
Recibimos cada cromosoma intacto de uno de nuestros dos pro<strong>gen</strong>itores, en cuyo<br />
teste u ovario se encontraba congregado. Supongamos que los Volúmenes 1a, 2a, 3a...,<br />
provienen d<strong>el</strong> padre. Y los Volúmenes 1b, 2b, 3b..., de la madre. En la práctica es muy<br />
difícil, pero teóricamente se podría observar mediante un microscopio a los 46<br />
cromosomas en cualquiera de nuestras células y distinguir los 23 procedentes d<strong>el</strong> padre y<br />
los 23 procedentes de la madre.<br />
Los pares de cromosomas no pasan toda su vida físicamente en contacto, ni siquiera<br />
cerca uno de otro. ¿En qué sentido forman, entonces, un par? En <strong>el</strong> sentido de que cada<br />
volumen que proviene originalmente d<strong>el</strong> padre puede ser considerado, página por página,<br />
como una alternativa directa a un volumen especial que provenga, originalmente, de la<br />
madre. Citemos un ejemplo: la página 6 d<strong>el</strong> Volumen 13a y la página 6 d<strong>el</strong> Volumen 13b<br />
podrían tratar los dos «sobre» <strong>el</strong> color de los ojos. Quizás en uno diga «azul», mientras<br />
que en <strong>el</strong> otro diga «castaño».<br />
34