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(Richard Dawkins) el gen egoista

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Algunas máquinas de supervivencia explotan <strong>el</strong> deseo sexual de otras. Las<br />

orquídeas en forma de abejas inducen a las abejas a copular con sus flores debido a su<br />

enorme parecido con las abejas hembras. Lo que la orquídea gana con este engaño es la<br />

polinización, ya que una abeja que sea engañada por la apariencia de los orquídeas<br />

transportará, de paso, <strong>el</strong> polen de una a otra. Las luciérnagas (que, en realidad, son<br />

escarabajos) atraen a sus compañeros lanzando pequeños r<strong>el</strong>ámpagos de luces a <strong>el</strong>los<br />

destinados. Cada especie posee su intermitente patrón de luces que impide la confusión<br />

entre las especies y la consiguiente y perjudicial hibridación. Al igual que los marineros<br />

buscan los tipos de señales de determinados faros, así las luciérnagas buscan las señales<br />

codificadas de sus propias especies. Las hembras d<strong>el</strong> género Photuris han «descubierto»<br />

que pueden atraer a los machos d<strong>el</strong> género Photinus si imitan <strong>el</strong> código de luces<br />

empleado por una hembra Photinus. Ellas así lo hacen, y cuando un macho Photinus es<br />

engañado y se aproxima, es sumariamente devorado por la hembra Photuris. Las sirenas<br />

y Lor<strong>el</strong>ei sur<strong>gen</strong> en nuestras mentes como analogías, pero los habitantes de Cornualles<br />

preferirán pensar en que los naufragios de tiempos antiguos eran provocados por hombres<br />

que empleaban linternas para atraer los barcos contra las rocas y luego saquear los<br />

cargamentos que arrojaban los buques naufragados.<br />

Siempre que se desarrolla un sistema de comunicación, existe <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro constante<br />

de que alguien explote <strong>el</strong> sistema para sus propios fines. Hemos sido criados bajo la<br />

perspectiva de la evolución que considera «<strong>el</strong> bien de las especies» y, naturalmente,<br />

pensamos que los mentirosos y los engañadores pertenecen a especies diferentes:<br />

predadores, víctimas, parásitos, etc. Sin embargo, debemos esperar que surjan mentiras y<br />

engaños y explotación egoísta de la comunicación, siempre que difieran los intereses de<br />

los <strong>gen</strong>es de individuos diferentes. Ello incluirá a individuos de la misma especie. Como<br />

veremos, debemos esperar que los niños engañen a sus padres, los maridos a sus esposas<br />

y los hermanos mientan a sus hermanos.<br />

Aun la creencia de que las señales de comunicación animal se desarrollaron<br />

originalmente para fomentar <strong>el</strong> beneficio mutuo y luego, más ad<strong>el</strong>ante, fueron explotadas<br />

por partes malévolas, es demasiado simple. Bien puede ser que toda comunicación<br />

animal contenga un <strong>el</strong>emento de engaño desde <strong>el</strong> principio, ya que toda interacción<br />

animal involucra, por lo menos, algún conflicto de intereses. El siguiente capítulo nos<br />

presenta un vigoroso concepto r<strong>el</strong>acionado con los conflictos de intereses analizados<br />

desde un punto de vista evolutivo.<br />

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