23.01.2017 Views

(Richard Dawkins) el gen egoista

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

a la inviolable barrera de los 200 años. En principio, tuvo que ser programada de forma<br />

muy similar a una computadora para un juego de ajedrez, pero con una mayor<br />

flexibilidad y capacidad para absorber la información local. Esta exi<strong>gen</strong>cia se debía al<br />

hecho de que <strong>el</strong> programa tuvo que ser diseñado para que funcionara no sólo en la Tierra<br />

sino en cualquier mundo que poseyese una tecnología avanzada, cualquiera de un juego<br />

de mundos cuyas condiciones pormenorizadas no estaban al alcance d<strong>el</strong> conocimiento de<br />

los habitantes de Andromeda.<br />

De igual manera que los habitantes de Andromeda necesitaban tener una<br />

computadora en la Tierra para que tomase las diarias decisiones por <strong>el</strong>los, así nuestros<br />

<strong>gen</strong>es han tenido que construir un cerebro. Pero los <strong>gen</strong>es se diferencian de los habitantes<br />

de Andromeda en que no se limitan a enviar las instrucciones codificadas sino que <strong>el</strong>los<br />

mismos constituyen las instrucciones. Las razones por las cuales no pueden manipular<br />

nuestros hilos de títeres son las mismas: los retardos en <strong>el</strong> tiempo, los períodos de retraso<br />

entre la causa y <strong>el</strong> efecto. Los <strong>gen</strong>es obran mediante <strong>el</strong> control de la síntesis proteica. Ello<br />

constituye un medio poderoso de manipular <strong>el</strong> mundo, pero es un proceso lento. Se tarda<br />

meses de paciente juego con las cuerdas proteicas para construir un embrión. La<br />

característica principal d<strong>el</strong> comportamiento, por otra parte, es su rapidez. Trabaja a<br />

escalas de tiempo, no de meses sino de segundos y de fracciones de segundo. Algo<br />

sucede en <strong>el</strong> mundo, una lechuza cruza volando, un susurro en la hierba alta traiciona a<br />

una presa y en milisegundos <strong>el</strong> sistema nervioso crepita al ponerse en acción, los<br />

músculos saltan y la vida de alguien queda a salvo —o se pierde. Los <strong>gen</strong>es carecen de<br />

tales reacciones rápidas. Al igual que los habitantes de Andromeda, sólo pueden<br />

esforzarse por ad<strong>el</strong>antado mediante la construcción de una rápida computadora ejecutiva<br />

para su beneficio y programándola con ant<strong>el</strong>ación con reglas y «consejos» para que sea<br />

capaz de afrontar tantas eventualidades como <strong>el</strong>los pueden «anticipar». Pero la vida, de<br />

manera similar al juego de ajedrez, ofrece demasiadas posibles eventualidades diferentes<br />

para permitir que todas <strong>el</strong>las sean previstas. De igual forma que <strong>el</strong> programador de<br />

ajedrez, los <strong>gen</strong>es deben «dar las instrucciones» a sus máquinas de supervivencia no de<br />

manera especificada sino en términos de estrategias <strong>gen</strong>erales y trucos válidos para <strong>el</strong><br />

oficio de vivir. 16<br />

16 Esta forma estratégica de hablar sobre un animal o planta, o sobre un <strong>gen</strong>, como si<br />

estuviese trabajando conscientemente para aumentar su éxito —por ejemplo describir a los<br />

«machos como jugadores de alto riesgo y a las hembras como seguras inversoras» se ha<br />

convertido en un lugar común entre los biólogos. Es un lenguaje cómodo, inocuo a menos<br />

que caiga en manos de quienes están poco preparados para comprenderlo. ¿O<br />

excesivamente preparados? No puedo, por ejemplo, encontrar otro modo de entender un<br />

artículo de critica de El <strong>gen</strong> egoísta aparecido en la revista Philosophy, de una tal Mary<br />

Midgley. que puede resumirse en su primera frase: «Los <strong>gen</strong>es no pueden ser egoístas o<br />

altruistas, como tampoco los átomos pueden ser c<strong>el</strong>osos, los <strong>el</strong>efantes abstractos o los<br />

past<strong>el</strong>es t<strong>el</strong>eológicos.» Mi artículo «En defensa de los <strong>gen</strong>es egoístas», aparecido en un<br />

número posterior de la misma revista, constituye una respuesta detallada a este trabajo,<br />

incidentalmente intemperante y venenoso. Parece que algunas personas, educacionalmente<br />

superdotadas con los útiles de la filosofía, no pueden resistir hurgar con su jerga académica<br />

64

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!