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La Sirena Varada: Año II, Número 6

El sexto número de "La sirena varada: Revista literaria"

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120<br />

EL<br />

CEMENTERIO<br />

DE<br />

SOULDETH<br />

(SEGUNDA PARTE)<br />

Por<br />

Aly Cañizales<br />

Siguió caminando después de su<br />

último encuentro, siempre se sentía<br />

un poco cansada después de<br />

ayudar a alguien, pero no tanto como<br />

para no seguir en su trayecto, era una<br />

misión que no se podía abandonar, la<br />

satisfacción de formar parte del fin de<br />

un doloroso ciclo la obligaba aun a<br />

querer seguir interviniendo. Muchas<br />

historias se había topado en su haber,<br />

cada visita era una aventura extenuante,<br />

se empezaba a sentir sabia, como<br />

aquella persona que conoce demasiados<br />

lugares en poco tiempo.<br />

No faltaba mucho para llegar a la<br />

tumba de su madre, pero eso no era<br />

garantía de nada, pues en Souldeth<br />

todo podía suceder, pues no solo se había<br />

topado en sus viajes con historias<br />

como la de Amiel y Sarah, recordó la de<br />

Dylan y Kevin un par de gemelos que<br />

conoció años atrás, uno fanático del<br />

rock pesado, siempre llevaba un bastón,<br />

mientras Kevin era un fiel seguidor<br />

de los Pixies, honorable y preocupado,<br />

casi un ángel, recordó también a Santiago<br />

y a Carlos, padre e hijo, quienes<br />

contaban una historia bastante difícil<br />

de tragar, lo de ellos databa de antes<br />

de la llegada de la tercera guerra mundial<br />

donde los ángeles y los demonios<br />

(según los libros) habían tenido algo<br />

que ver en la llegada de la nueva era.<br />

A veces se escondía detrás de las<br />

tumbas, si comparamos su visión con<br />

la de una persona normal sería tanto<br />

como un soldado que ve en la noche<br />

al enemigo con sus propios ojos contra<br />

otro que usa lentes para detectar el<br />

calor de los cuerpos, esta vez intentó<br />

dejar a los muertos llorar sus pérdidas,<br />

pretendía llegar más temprano pues<br />

como cada noche esperaba que el espíritu<br />

de su madre se presentara, jamás

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