01.05.2018 Views

La Sirena Varada: Año II, Número 6

El sexto número de "La sirena varada: Revista literaria"

El sexto número de "La sirena varada: Revista literaria"

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ía esa porquería. En cambio mi esposo<br />

mantiene sus uñas largas, pero limpias y<br />

no se le siente ningún mal aliento cuando<br />

lo beso, me huele a limpio sinceramente.<br />

Él siempre está dispuesto. Antes quería<br />

besuquearme todo el tiempo y yo detesto<br />

eso ¡qué asco! <strong>La</strong>s cosas en su momento y<br />

lugar, sino se le acaba el encanto al sapo,<br />

y hasta pecado será ¿verdad? Ja, ja —la<br />

vecina la miró extrañada y sonrió. Llegó el<br />

autobús en ese momento.<br />

Se subió con fastidio y al llegar a su<br />

parada fue a bajarse, cuando…<br />

—<strong>La</strong> mano, señora, bien pueda, le ayudo.<br />

—No, gracias, joven.<br />

Él continuó con una mano extendida<br />

y en la otra cargaba su ropa de trabajo.<br />

Ella paralizada en el último escalón,<br />

manoteó para que quitara su mano.<br />

—Señora, baje ya —dijo con tono imperioso<br />

el chofer.<br />

—¡Joven, retire su mano!<br />

—Como diga, doña. <strong>La</strong> gente no se<br />

deja ayudar.<br />

Se bajó seguida de su vecina.<br />

—¿Cómo puede pensar ese joven que<br />

me deje tocar? Con esa mano sudada y<br />

untada de quién sabe qué más. Menos<br />

mal yo llevaba guantes. Si me hubiera<br />

tocado ¡huich! Solo me dejo tocar de mi<br />

marido, que siempre me recibe con su<br />

mano extendida. ¡Hasta luego!<br />

Al llegar a su casa entró de inmediato al<br />

baño, botó a la caneca los guantes y el ta-<br />

24

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!