Revista Cárnica [C de Comunicación] - Número 408. Febrero-Marzo 2020

en el mercado bioplásticos aptos para contacto
alimentario y con propiedades barrera
media, es necesario estudiar cada caso concreto,
ya que cada producto a envasar tendrá
diferentes requerimientos.
Los bioplásticos
permiten reducir
la dependencia de
materia primas de
origen fósil y facilitan
la gestión del residuo
final generado
gran interés en las últimas décadas para
reemplazar los materiales convencionales
utilizados en el sector de envasado alimentario
como el PET o PP. El potencial del
PLA en el envasado de alimentos radica en
su transparencia, hidrofobicidad y propiedades
mecánicas, pero, su resistencia térmica
y propiedades barrera al oxígeno se
ven limitadas frente al PET. Es por ello, que
en función de las propiedades que deba
cumplir un envase para
alcanzar una determinada
vida útil del producto
que contiene, será necesario
o no realizar estructuras
multicapa. En estos
casos, y para conseguir
además que el envase sea
más sostenible, se incorpora
el material PVOH como
capa intermedia que
proporciona excelentes
propiedades barrera al
oxígeno y al dióxido de carbono, pero, este
no se puede emplear en monocapa debido
a su comportamiento hidrofílico.
Por tanto, las principales ventajas de sustituir
los materiales plásticos convencionales
multicapa por bioplásticos es que permiten
reducir la dependencia de materia primas
de origen fósil y facilitan la gestión del residuo
final generado. En concreto, en el
sector de envasado cárnico, los materiales
compostables ofrecen una ventaja añadida
y es, que el envase junto con los posibles
restos cárnicos se considera en su conjunto
residuo orgánico, pudiéndose tratar directamente
en plantas de compostaje sin necesidad
de realizar procesos de separación y lavado.
Sin embargo, aunque hoy en día hay
Proyectos de I+D+i
Desde AIMPLAS se está trabajando en el desarrollo
de envases alimentarios que requieran
de elevadas propiedades barrera y que
sean más sostenibles que los envases convencionales
cuya estructura hace que no se
puedan reciclar, es decir, se trata de pasar de
una economía lineal a una economía circular
donde los residuos generados tras el fin de la
vida útil del producto se puedan reintroducir
en la cadena de valor. En este sentido, AIM-
PLAS ha trabajado en diversos proyectos de
innovación relacionados con la sustitución
de materiales convencionales (poliolefinas y
poliamidas) por materiales biodegradables
en estructuras multicapa utilizadas en el envasado
alimentario.
Con el proyecto ECOMAP, se consiguió desarrollar
un envase alimentario flexible con
una estructura multicapa PLA/PVOH/PLA
compuesta por materiales biodegradables
con la ventaja de que se puede separar para
su reciclado gracias a la propiedad que
tiene el PVOH de disolverse en agua. Además,
debido a que esta estructura basada
en materiales biodegradables tiene propiedades
barrera menores que las que se consiguen
a partir de materiales convencionales,
se requiere el Envasado en Atmósfera
Modificada (EAM) para alcanzar la misma
vida útil que se obtiene con los envases
convencionales. En cuanto a EAM, cabe diferenciar
el envasado en atmósfera protectora
que requiere el reemplazo del aire que
se encuentra en el interior del envase por
una mezcla de gases, del envasado en atmósfera
controlada, que consiste en mantener
una atmósfera con contenido muy
bajo de oxígeno y una mayor concentración
de dióxido de carbono y, además, dicha
atmósfera permanece inalterada hasta
el final de la vida útil del producto.
En el proyecto BIO4MAP, también desarrollado
por AIMPLAS junto a FRAUNHOFER
y la Universidad Åbo Akademi, los reque-
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