04.05.2020 Views

Food & Wine Mayo 2020

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

¿EXISTE UNA RECETA MÁS ELEMENTAL? ¿MÁS RELACIONADA<br />

CON EL HOGAR, EL ABRAZO Y EL BIENESTAR? ¿UN TÓNICO DE<br />

BENEFICIOS RESTAURATIVOS? NO, NO LO CREO (Y LA<br />

CIENCIA ME RESPALDA).<br />

por mariana camacho | fotos juan pablo tavera<br />

TITA RECUPERA EL HABLA después de probar un par de<br />

cucharadas del caldo de ‘Chencha’, su cómplice en la<br />

cocina de casa y una mujer más afectuosa que su propia<br />

madre. Nada había resultado efectivo hasta entonces.<br />

Con una sopa, ‘Tita’ había recuperado la voz y la<br />

cordura perdidas por seis largos meses.<br />

Pienso de inmediato en esta escena de Cómo agua<br />

para chocolate, cuando me toca escribir una oda al<br />

caldo de pollo. Aunque, en honor a la transparencia, la<br />

receta mágica del libro es con colita de res, la uso de<br />

referencia porque resume una idea que llevamos<br />

anclada desde nuestra infancia, esa que atribuye<br />

poderes curativos —más efectivos que la medicina, en<br />

este caso hiperbólico y ficticio— a un caldo de pollo.<br />

En el imaginario colectivo, nutrido por escenas de<br />

películas y libros que recetan caldo de pollo para el<br />

alma, ha quedado dicho que esta sopa es el arma blanca<br />

de las madres para derretir corazones, para aliviar<br />

resfriados y a la que recurrimos con constancia no<br />

para aliviar el hambre sino los malos ánimos.<br />

Esta idea es tan popular en occidente como en oriente.<br />

Lo que tal vez varía son las recetas: unas van con fideos,<br />

otras con vermicelli o bolas de matzá, otra con un toque<br />

de limón o verduras como el bok choy. Pero el principio<br />

es el mismo: el caldo de pollo es, en muchos idiomas,<br />

sinónimo de bienestar, apapacho y satisfacción.<br />

La ciencia, que se dedica a observar y estudiar esos<br />

comportamientos curiosos que solemos tener los<br />

bípedos, ha proporcionado los fundamentos de esta<br />

creencia que opera, en primera, como un efecto<br />

placebo. Una dosis, bien recetada, de sabiduría popular<br />

que el cuerpo interpreta como señal de bienestar<br />

—porque un resfriado quién es como para meterse con<br />

los remedios caseros de las abuelas—.<br />

Lo que dicen también algunos estudios es que el<br />

caldo de pollo —y muchas sopas, de hecho— es un alivio<br />

para el cuerpo deshidratado a causa de los síntomas del<br />

resfriado común y otros malestares —yo recurro a él a<br />

menudo para traer a mi cuerpo a tierra después de un<br />

largo viaje—. Los ingredientes que componen a un caldo<br />

de pollo —digamos los más básicos, como cebollas y<br />

ajos— también juegan un rol en su manifestación de<br />

tónico restaurativo. En su conjunto, son ricos en<br />

fitonutrientes, que tienen un rol en un sistema<br />

inmunológico sano.<br />

Cuando era niña me aterrorizaba un poco la imagen<br />

de una olla de caldo con las patitas de pollo con piel. Y<br />

la sensación solo crecía cuando alguna —en ese juego<br />

eterno de ruleta rusa que es la vida— aterrizaba en mi<br />

plato, junto con la condición<br />

—bajo la que crecimos<br />

muchos niños en los años<br />

tardíos de la década de los<br />

80— de acabar con todo<br />

para poder levantarme de<br />

la mesa. Y ni hablar, el<br />

sacrificio se hacía.<br />

Casi como un oxímoron,<br />

encontraba en aquel<br />

entonces —y, que les digo,<br />

hasta la fecha— más apetito<br />

en las vísceras, podía comer<br />

higaditos y estar en paz con<br />

la textura chiclosa de los<br />

corazones. En mi cabeza,<br />

comer caldo con<br />

menudencias era un acto de<br />

madurez y de niña grande, el<br />

pase ritual para sentarse en<br />

la mesa de los adultos.<br />

Además del casero<br />

—acompañado siempre con<br />

tortillas y aguacate— soy poseedora de una lista<br />

En mi cabeza,<br />

comer caldo con<br />

menudencias<br />

era un acto<br />

de madurez y de<br />

niña grande, el<br />

pase ritual para<br />

sentarse en<br />

la mesa de<br />

los adultos.<br />

sustancial de caldos de pollo memorables, pero hay dos,<br />

en particular, que rondan mi cabeza con más<br />

persistencia. Uno es el caldo del Merendero Biarritz, un<br />

MAYO <strong>2020</strong> 25

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!