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Formar Leitores para Ler o Mundo - Leitura Gulbenkian - Fundação ...

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Probablemente una de las razones de la marginación que acaba sufriendo<br />

la literatura en la programación es la pérdida de seguridad escolar sobre<br />

la manera de abordarla en el aula.<br />

Una de las peores realidades en esa falta de articulación es el divorcio entre<br />

la sistematización de los saberes literarios, por una parte, y la lectura (o<br />

escritura) libre de los textos, por otra. Cabe recordar entonces que el centro del<br />

aprendizaje escolar es el esfuerzo por la construcción personal de sentido. Se<br />

puede representar como una franja situada en un espacio intermedio entre<br />

el efecto inmediato de la lectura personal y el acceso al conocimiento de<br />

saberes exteriores que inciden en la interpretación cultural. Interpretar los<br />

textos a los que se accede supone una tarea de reflexión y construcción<br />

compartida. Verbalizar la propia experiencia estética de manera que sea<br />

comunicable o evaluar las opiniones e interpretaciones ajenas <strong>para</strong> enriquecer<br />

la propia son procesos que requieren un dominio creciente del lenguaje<br />

metaliterario y de la conciencia explícita de los elementos implicados<br />

<strong>para</strong> hacerlo de manera eficaz.<br />

El acceso a los textos y la discusión sobre ellos configuran el núcleo de la<br />

educación literaria. Los textos se reciben de forma oral o escrita y, en estos<br />

momentos, también a través del uso de las nuevas tecnologías que facilitan<br />

experiencias audiovisuales de poemas y otros textos. Asímismo, el uso<br />

creciente de las pantallas (de la televisión, el cine, la consola o la<br />

computadora) ofrece a los niños y niñas formas de ficción y familiarización<br />

con elementos y obras literarias que colaboran activamente en la<br />

construcción de todo un conjunto de saberes y competencias literarias. Con<br />

esa inmersión textual hay que contar, en las proporciones correspondientes<br />

a cada contexto, <strong>para</strong> preveer lo mucho que los niños y niñas actuales<br />

pueden saber de manera previa y <strong>para</strong>lela a la actividad escolar.<br />

Los estudios educativos sobre lectura escolar hace décadas que señalan la<br />

importancia de dedicar un tiempo de lectura individual en la escuela y<br />

muchos países hace años que desarrollan programas en este sentido. Las<br />

propuestas de la LOE en España en 2006, por ejemplo, acaban de instaurar<br />

un tiempo de lectura en cada una de las asignaturas del curriculum. Pero,<br />

aparte del vínculo con los diferentes aprendizajes específicos de cada área,<br />

la lectura literaria es la que incide más fácilmente en la adquisición de<br />

muchas de las habilidades de lectura que tienen que dominar los alumnos<br />

y la que tiene más relación con la creación de hábitos permanentes de<br />

lectura. Así, pues, tanto <strong>para</strong> la enseñanza literaria como <strong>para</strong> el acceso al<br />

escrito, es esencial preveer un tiempo dentro del horario escolar <strong>para</strong><br />

fomentar la lectura literaria autónoma, sea en la biblioteca escolar o en el<br />

aula, y hacerlo en las formas y modalidades que aconseja la investigación<br />

y la experiencia acumulada por la práctica educativa.<br />

La discusión en el aula debe llevar la interpretación más allá del lugar a<br />

donde llegan por sí solos los lectores: dar pistas <strong>para</strong> ver los niveles de<br />

lectura y lo que hay «tras las líneas», ofrecer información contextual si se<br />

necesaria, enlazar con el entorno actual <strong>para</strong> hacer posible una<br />

comprensión que conecte con lo que los alumnos saben y piensan sobre el<br />

mundo, sistematizar los descubrimientos <strong>para</strong> que sirvan como futuros<br />

esquemas interpretativos, etc. Ese es el terreno de nuestro trabajo y no el<br />

análisis expuesto por el docente <strong>para</strong> propiciar una admiración impostada.<br />

Las antiguas actividades literarias basadas en la oralidad, que buscaban en<br />

parte potenciar la recepción afectiva y la adhesión cultural, disminuyeron en<br />

la segunda mitad del siglo XX en favor del acceso escrito al texto. En estos<br />

momentos, sin embargo, se ha iniciado una cierta recuperación de estas<br />

actividades (narración de cuentos, recitado de poemas, dramatizaciones, lectura<br />

en voz alta, etc.), así como también de la asociación textual con la imagen.<br />

No sólo por criterios didácticos, sino porque el desarrollo tecnológico de las<br />

sociedades occidentales potencia los canales comunicativos de la oralidad y la<br />

imagen. Por ello, es una línea emergente de gran fuerza y potencial didáctico,<br />

que parece además especialmente rentable en las situaciones educativas en las<br />

que los fenómenos propios de las sociedades avanzadas coexisten entremezclados<br />

con los índices de una alfabetización muy escasa.<br />

Otra forma de acceso a la literatura es la de la propia escritura literaria.<br />

Los talleres de escritura se han demostrado enormemente eficaces en el<br />

desarrollo de la competencia literaria y el dominio del escrito. Se trata de<br />

una línea clara de actuación que debería continuar extendiéndose en las<br />

aulas ya que presenta múltiples ventajas, como la de otorgar un protagonismo<br />

motivador a los alumnos, la fusión natural de las habilidades<br />

lingüísticas en su desarrollo y la gratificación de alcanzar productos concretos<br />

y visibles en el trabajo escolar.<br />

El siguiente cuadro ofrece una síntesis de lo que la investigación ha desvelado<br />

sobre la mejor forma concreta de incidir en el aprendizaje de la<br />

lectura literaria (Baye et al. 2003; Ruddell 1995):<br />

❖ Fomentar la lectura de obras enteras o textos largos que el docente conozca bien.<br />

❖ Presentar los libros y guiar la lectura en el aula.<br />

❖ Englobar la lectura en proyectos bien secuenciados, con sentido propio y diferentes<br />

finalidades (y ligarla con la escritura).<br />

❖ Emprender tareas complejas con un grado elevado de exigencia, pero con<br />

un desarrollo sostenido que permita triunfar a los alumnos.<br />

❖ Usar la lectura cooperativa con intercambios que favorezcan las estrategias<br />

interpretativas, críticas e inferenciales, con atención a los aspectos estéticos<br />

y emocionales.<br />

❖ Usar actividades que permitan la toma de conciencia de los chicos y chicas sobre<br />

el hecho de que progresan, adquieren conocimientos y aprenden formas eficaces<br />

de proceder.<br />

❖ Ayudar individualmente los alumnos.<br />

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