orguens i organistes catedralicis de la valencia del ... - Lo Rat Penat
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PRIMERA GRAN REFORMA<br />
La suma estrechez con que se hal<strong>la</strong> colocado este órgano motiva también <strong>la</strong><br />
[causa] <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, pues junta esta circunstancia con <strong>la</strong> <strong>de</strong> su vejez, el<br />
trastorno y ma<strong>la</strong> colocación en su tras<strong>la</strong>ción y el estrépito causado por el bombar<strong>de</strong>o,<br />
forman un cúmulo <strong>de</strong> acci<strong>de</strong>ntes capacez cada qual <strong>de</strong> inutilizar por si<br />
solo <strong>la</strong> <strong>de</strong>licada y complicada máquina <strong>de</strong> un órgano que pudo ser precioso en<br />
sus principos.<br />
Si <strong>la</strong> colocación <strong>de</strong> esta obra se hubiese verificado <strong>de</strong> un modo más <strong>de</strong>sembarazado<br />
y perceptible, con facilidad se hubiera ocurrido en todos tiempos al reparo<br />
<strong>de</strong> pequeños <strong>de</strong>fectos que, corregidos en sus principios, no hubieran crecido<br />
con perjuicio <strong>de</strong>l órgano, pues en el día suce<strong>de</strong> hal<strong>la</strong>rse un <strong>de</strong>fecto que podía<br />
ser corregido en tres minutos y no se podrá acaso en todo un día por <strong>la</strong> ma<strong>la</strong><br />
disposición y confusión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s piezas don<strong>de</strong> se nota.<br />
Nadie duda <strong>la</strong> dureza <strong>de</strong> oído <strong>de</strong> Dn. Rafael Anglés en sus últimos días, <strong>la</strong> qual<br />
dio margen a que aquel mandase al exponente en el año 1814 sacar al frontis <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> caxa muchos juegos <strong>de</strong> lengüetería que se hal<strong>la</strong>ban colocados en lo interior<br />
<strong>de</strong>l órgano pareciéndole por este medio le sería más perceptible su armonía; en<br />
efecto se verificó y a pesar <strong>de</strong> <strong>la</strong> buena colocación <strong>de</strong> dichos juegos en lo exterior<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> fachada, es menester confesar que estos mismos colocados en lo interior<br />
surten un efecto más dulce y grato que Don Rafael Anglés no podía percibir,<br />
y que al actual primer organista le hacen notable falta para mil combinaciones<br />
y juegos.<br />
La incomodidad con que se situa el organista en su asiento para tocar este<br />
órgano es otro <strong>de</strong>fecto que contribuye y no poco a entorpecer <strong>la</strong> execución<br />
sobre los tec<strong>la</strong>dos pues quando toca y quiere servirse al mismo tiempo <strong>de</strong>l tec<strong>la</strong>do<br />
<strong>de</strong> los pies, su situa en tan incómodo equilibrio que solo <strong>la</strong>s rodil<strong>la</strong>s le<br />
son único apoyo, estribando contra el frontis <strong>de</strong> <strong>la</strong> caja para sostenerse en su<br />
asiento.<br />
<strong>Lo</strong>s tablones <strong>de</strong> conducción que reciben el viento inmediato <strong>de</strong>l secreto y dirigiéndolo<br />
por varios canales sirven a <strong>la</strong> nutrición <strong>de</strong> sus respectivos juegos no<br />
pue<strong>de</strong>n verificarlo con <strong>la</strong> <strong>de</strong>bida propiedad por transmitírseles <strong>la</strong>s alteraciones<br />
generales, <strong>la</strong>s quales se hacen tanto más notables en estos juegos quanto más<br />
distan <strong>de</strong>l manatial y origen <strong>de</strong>l empuje.<br />
La multitud <strong>de</strong> caños que aparecen en <strong>la</strong> fachada colocados en forma vertical<br />
en distintas figuras y progresiones no <strong>de</strong>be V. S. Illma. creerlos como otros<br />
tantos instrumentos que contribuyen a <strong>la</strong> armonia <strong>de</strong>l órgano, pues <strong>de</strong> quantos<br />
aparecen con el cuerpo principal <strong>de</strong> <strong>la</strong> fachada y que forman un número consi<strong>de</strong>rable,<br />
con dificultad se hal<strong>la</strong>rán cantables hasta el número <strong>de</strong> 30 poco más o<br />
menos, sirviendo únicamente los restantes <strong>de</strong> apariencia y adorno, y aunque<br />
estos caños no sean parte en lo esencial <strong>de</strong>l órgano, ni contribuyan al lucimiento<br />
<strong>de</strong> su armonía, ni <strong>la</strong> perjudiquen por estilo alguno, con todo, <strong>la</strong> gravedad <strong>de</strong><br />
su peso, <strong>la</strong> poca seguridad con que se hal<strong>la</strong>n afianzados, y el movimiento natural<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong>s ma<strong>de</strong>ras que sirven a sostenerles, hacen rece<strong>la</strong>r fundadamente su<br />
imprevisto <strong>de</strong>sprendimiento como sucedió en el año 1811 con dos <strong>de</strong> éstos, que<br />
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