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la era del diamante.pdf

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Detalles de <strong>la</strong> situación doméstica de Nelly Harv; Harv trae<br />

una maravil<strong>la</strong><br />

Cuando <strong>la</strong>s ropas de Nell se hacían<br />

demasiado pequeñas, Harv <strong>la</strong>s arrojaba al<br />

descompi<strong>la</strong>dor y hacía que el C.M. fabricase unas<br />

nuevas. En ocasiones, si Tequi<strong>la</strong> iba a llevar a Nell a<br />

algún sitio donde hubiese otras mamas con otras<br />

hijas, usaba el C.M. para hacerle a Nell un vestido<br />

especial con <strong>la</strong>zos y cintas, para que <strong>la</strong>s demás<br />

mamas viesen lo especial que <strong>era</strong> Nell y lo mucho<br />

que Tequi<strong>la</strong> <strong>la</strong> quería. Los niños se sentaban frente a<br />

un mediatrón y miraban un pasivo, y <strong>la</strong>s madres se<br />

sentaban cerca y hab<strong>la</strong>ban sobre algo o, en ocasiones,<br />

miraban el mediatrón. Nell <strong>la</strong>s escuchaba,<br />

especialmente cuando Tequi<strong>la</strong> hab<strong>la</strong>ba, pero<br />

realmente no entendía todas <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras.<br />

Sabía, porque Tequi<strong>la</strong> lo repetía a menudo,<br />

que cuando Tequi<strong>la</strong> se quedó embarazada de Nell,<br />

había estado usando algo l<strong>la</strong>mado Máquina de <strong>la</strong><br />

Libertad: unos bichos que vivían en <strong>la</strong> matriz y se<br />

comían los huevos. Los Victorianos no creían en<br />

ellos, pero podías comprárselos a los chinos e

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