07.05.2013 Views

la era del diamante.pdf

la era del diamante.pdf

la era del diamante.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Nell no podía estar de acuerdo con lo que<br />

había dicho <strong>la</strong> señorita Matheson; pero descubrió<br />

que después de <strong>la</strong> conversación todo fue más fácil.<br />

Ahora entendía el neovictorianismo. La sociedad se<br />

había transmutado mi<strong>la</strong>grosamente en un sistema<br />

ordenado, como los simples ordenadores que<br />

programaban en <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Ahora que Nell conocía<br />

todas <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s, podía hacerle hacer todo lo que<br />

quisiese.<br />

Alegría volvió a su antigua posición de una<br />

incomodidad menor en los límites <strong>del</strong> día esco<strong>la</strong>r. La<br />

señorita Stricken <strong>la</strong> golpeó con <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> un par de<br />

veces, pero ni de lejos tan a menudo, ni siqui<strong>era</strong><br />

cuando estaba, realmente, rascándose y<br />

encorvándose.<br />

Fiona Hackworth lo pasó peor, y en un par de<br />

meses estaba de vuelta en <strong>la</strong> lista <strong>del</strong> Curriculum<br />

Suplementario. Unos meses después de eso, dejó de<br />

venir a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Se anunció que el<strong>la</strong> y su madre se<br />

habían mudado a At<strong>la</strong>ntis/Seattle, y su dirección fue<br />

colocada en el tablón para aquel<strong>la</strong>s que quisiesen<br />

escribirle cartas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!