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Escritos históricos José Gabriel García<br />
<strong>de</strong> integración y or<strong>de</strong>n no pasarían <strong>de</strong> meras enunciaciones legales <strong>de</strong> escaso fundamento. Y<br />
cuanto más esas fuerzas atávicas se propagaban en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong>l lado moral <strong>de</strong> la nación,<br />
tanto más necesaria fue la crítica reflexivo-erudita <strong>de</strong> su obra. El estilo sentencioso <strong>de</strong> García<br />
recuerda la ética <strong>de</strong>mocrático-conservadora krausista españolizada por Julián Sanz <strong>de</strong>l Río<br />
que, inspirada en el “educacionismo”, ganó predicamento en España e Hispanoamérica en<br />
la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX.<br />
A sabiendas <strong>de</strong> que la historia era una pugna inapelable y continua entre fuerzas<br />
contrarias, la misma había <strong>de</strong> ser interpretada como drama y acción. Por eso dice que luego<br />
<strong>de</strong> consumada la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia con su “virilidad” los dominicanos habrían podido tallar la<br />
patria a su medida <strong>de</strong> no haber sido por la “mala semilla <strong>de</strong>l engaño y por las viles asechanzas<br />
<strong>de</strong> la traición” que siempre se levantaron contra ella.<br />
Es que el conocimiento histórico aun cuando ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> polémicas y <strong>de</strong> ban<strong>de</strong>rías<br />
indóciles había <strong>de</strong> ser “imparcial”, pero no <strong>de</strong> espaldas al “patriotismo mejor inspirado” 29<br />
(las verda<strong>de</strong>s que se revelaban al razonamiento imparcial habían <strong>de</strong> ser verda<strong>de</strong>s normativas,<br />
justificadas por el razonamiento patriótico, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, explicaciones tautológicas).<br />
Por eso la historia adquirió con frecuencia una especie <strong>de</strong> tono épico. En medio <strong>de</strong> sus<br />
propios escombros cedió el paso al pneuma hagion <strong>de</strong>l pueblo durante la guerra “contra el<br />
francés” en 1691, en 1808, a lo largo <strong>de</strong> la contienda contra las invasiones haitianas, en la<br />
revuelta <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1857 y en la Guerra Restauradora, entre otros, cuando el “pueblo” exaltado<br />
ofreció los mejores ejemplos <strong>de</strong> un pasado asumido con clara voluntad política. Aunque<br />
este <strong>de</strong>vocionario patriótico que es sello inconfundible <strong>de</strong> la historiografía dominicana <strong>de</strong>l<br />
siglo XIX no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> estar presente en las generaciones siguientes, con el andar <strong>de</strong>l tiempo se<br />
fue reduciendo a un aparato escénico, a la commemoración <strong>de</strong> “efeméri<strong>de</strong>s” y a la i<strong>de</strong>ología<br />
<strong>de</strong>l salón literario. El viejo nacionalismo histórico convertido en memoria oficial cumplió la<br />
función <strong>de</strong> dotar <strong>de</strong> sustancia i<strong>de</strong>ológica al régimen político doméstico. 30<br />
Es que la nación no constituyó exclusivamente un estado <strong>de</strong> cosas don<strong>de</strong> los acontecimientos<br />
históricos se iban <strong>de</strong>sarrollando, sino un telos cuya realización permitió a sus miembros tomar<br />
conciencia <strong>de</strong> su propio pasado como si los años <strong>de</strong> 1809, 1844 ó 1865 hubieran anunciado<br />
una suerte <strong>de</strong> palingenesia <strong>de</strong>l pueblo dominicano que había <strong>de</strong> prepararlo para funciones<br />
más altas. Como si se acudiera a la historia esperando <strong>de</strong>scubrir, como sostenía Nietszche,<br />
objetos <strong>de</strong> veneración, motivos <strong>de</strong> rebelión y lecciones <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>za.<br />
La metafrasis <strong>de</strong> la historiografía garciana ha sido simplificada en el esquema <strong>de</strong>finicional<br />
siguiente. El esquema no necesita <strong>de</strong> más elaboración, salvo reparar que pese a que aparecen<br />
29 “porque a la verdad histórica no pue<strong>de</strong> empañarla la ruindad <strong>de</strong> los corazones mal agra<strong>de</strong>cidos”. Palabras <strong>de</strong> Manuel<br />
<strong>de</strong> Jesús Galván en Controversia histórica sostenida en 1889 entre El Teléfono y El Eco <strong>de</strong> la Opinión, Santo Domingo, 1890. Hay<br />
que <strong>de</strong>cir, sin embargo, que la obrepción y la historia escrita por encargo a fin <strong>de</strong> favorecer intereses privados fueron usos<br />
no sólo objetables, sino más bien escasos entre los historiadores <strong>de</strong>cimonónicos dominicanos. En cambio, en la centuria<br />
siguiente se trocaron en una práctica frecuente.<br />
30 Este, sin embargo, no fue un rasgo privativo <strong>de</strong> la cultura dominicana. Ezequiel Martínez Estrada recriminó a los<br />
historiadores argentinos <strong>de</strong> ser responsables <strong>de</strong> que “nuestros hombres y su biografía nos sean casi <strong>de</strong>sconocidos, mejor<br />
dicho. que los hayan agigantado en bustos <strong>de</strong> yeso y terracota”. Leopoldo Zea, Fuentes <strong>de</strong> la cultura latinoamericana, México,<br />
1993, p 18. Con fina ironía poética, Francisco dice que la patria dominicana “nació como un merengue”. Ramón Francisco,<br />
La Patria Montonera, Santo Domingo, 2002, p.227.<br />
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