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Escritos históricos José Gabriel García<br />
IV<br />
Así los autores <strong>de</strong>l proyecto anexionista, como los comisionados nombrados por el presi<strong>de</strong>nte<br />
Grant para apoyarlo ante la opinión pública, se empeñan por <strong>de</strong>mostrar que el pueblo<br />
dominicano lo acoge con entusiasmo, porque habiéndole enseñado la experiencia que no<br />
pue<strong>de</strong> gobernarse por sí propio, al verse obligado a volver los ojos fuera <strong>de</strong>l país en busca <strong>de</strong> un<br />
apoyo extraño, prefiere a la Unión Americana, con instituciones libres, un pueblo amigo y comunidad <strong>de</strong><br />
intereses.<br />
Opinión tanto más infundada, cuanto que no requiere mucho esfuerzo para <strong>de</strong>smentirla,<br />
porque si bien pue<strong>de</strong>n suscitarse dudas respecto <strong>de</strong> la exactitud que encierran las palabras<br />
pueblo amigo y comunidad <strong>de</strong> intereses, no es fácil ocultar que las tradiciones nacionales <strong>de</strong>muestran<br />
todo lo contrario, siendo así que están conformes en que el pueblo dominicano no sabe<br />
soportar ninguna dominación extranjera, y que renuncia a todos los bienes imaginables a<br />
trueque <strong>de</strong> conservar su propia autonomía.<br />
Hubieran sido más diligentes las pesquisas <strong>de</strong> los comisionados, o no hubieran estos<br />
bebido sus inspiraciones en tan malas fuentes, y estamos ciertos <strong>de</strong> que habrían encontrado<br />
a los dominicanos más próximamente unánimes sobre este punto, <strong>de</strong> lo que ha podido estarlo jamás<br />
pueblo alguno llamado a <strong>de</strong>cidir sobre cuestiones políticas.<br />
Entonces habrían convenido con nosotros en que en la proporción opuesta a la anexión<br />
no entran solo los comerciantes extranjeros y un corto número <strong>de</strong> dominicanos esparcidos en<br />
diversos puntos <strong>de</strong>l territorio, sino también generales <strong>de</strong> alta nombradía, patriotas <strong>de</strong> nobles<br />
antece<strong>de</strong>ntes, propietarios honrados, jóvenes <strong>de</strong> bastante ilustración y la parte más sensata<br />
<strong>de</strong> la sociedad dominicana.<br />
Entonces no habrían puesto en duda que si la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> anexión norteamericana encuentra<br />
eco en algunos círculos políticos, es porque, como dijo Gautier en su folleto contra la<br />
anexión española, “a los hombres <strong>de</strong> corazón corrompido, incapaces <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r los <strong>de</strong>stinos<br />
supremos <strong>de</strong> la humanidad, enemigos <strong>de</strong> la libertad <strong>de</strong> sus semejantes, porque les falta la dignidad<br />
y la nobleza <strong>de</strong> alma para ser libres, les es muy fácil asociarse a cualquier i<strong>de</strong>a que halague su<br />
ambición, aunque ella lleve consigo la ruina moral <strong>de</strong> su país”.<br />
El Boletín Oficial mismo no ha podido ocultar que la oposición al pensamiento <strong>de</strong> que<br />
nos ocupamos, es mucho más importante <strong>de</strong> lo que la hacen aparecer los comisionados, porque<br />
en su número <strong>de</strong> 12 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1870 se expresa en los siguientes términos, nada menos<br />
que al hablar <strong>de</strong> la lisonjera perspectiva que presentaban los trabajos <strong>de</strong>l Gobierno:<br />
Los que entre nosotros se oponen a la anexión, pue<strong>de</strong>n y <strong>de</strong>ben dividirse en cuatro clases: 1ª la <strong>de</strong><br />
aquellos que sienten en lo más íntimo <strong>de</strong> su corazón ver que se consuma no hallándose ellos al frente <strong>de</strong><br />
los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong> la patria; 2ª la <strong>de</strong> los amigos <strong>de</strong> figurar como prohombres <strong>de</strong> la patria, por mera vanidad,<br />
no por ambición, indigna <strong>de</strong> hombres honrados. 3ª la <strong>de</strong> aquellos que gustan más <strong>de</strong> jefiar, según la festiva<br />
expresión <strong>de</strong> un apreciable compatriota nuestro, que <strong>de</strong> vivir consagrados al trabajo libre; 4ª la <strong>de</strong> los<br />
jóvenes que aún no han rebasado <strong>de</strong> aquel período <strong>de</strong> dulces ensueños, que pue<strong>de</strong> llamarse la mañana <strong>de</strong><br />
nuestra existencia política, todo color <strong>de</strong> rosa, verda<strong>de</strong>ra edad <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> nuestras elucubraciones sociales,<br />
en que amamos la teoría por la belleza <strong>de</strong> sus nombres y por los rasgos <strong>de</strong> heroísmo con que las vemos<br />
adornadas en la historia antigua más que por la practicabilidad <strong>de</strong> ellas.<br />
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