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<strong>Antología</strong> José Gabriel García<br />
a la faz <strong>de</strong>l mundo el sostenimiento <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> su patria? ¡En verdad que nada<br />
como las pasiones políticas y los intereses vulgares entorpece la imaginación y ofusca los<br />
sentidos <strong>de</strong> los hombres que no cuentan con un gran fondo <strong>de</strong> probidad y <strong>de</strong> sensatez!<br />
Para los curiosos comisionados, que no son sino el eco fiel <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> los anexionistas,<br />
la oposición <strong>de</strong> Cabral ha asumido el carácter <strong>de</strong> una molesta guerrilla, que si bien causa gran<strong>de</strong>s expensas<br />
al gobierno <strong>de</strong> la capital, carece <strong>de</strong> todo po<strong>de</strong>r en la opinión más allá <strong>de</strong>l territorio que pue<strong>de</strong> ocupar<br />
temporalmente; pero para el mundo imparcial que sabe los gran<strong>de</strong>s esfuerzos que ha hecho Báez<br />
por <strong>de</strong>sorganizar las huestes revolucionarias, y que está en cuenta <strong>de</strong> los alzamientos habidos<br />
en apoyo <strong>de</strong> ellas en el interior <strong>de</strong> la República, la oposición <strong>de</strong> Cabral tiene el carácter<br />
<strong>de</strong> una revolución nacional importante, alimentada por la fuerza <strong>de</strong> la opinión pública y<br />
afianzada en el <strong>de</strong>seo general.<br />
Que no es simplemente una molesta guerrilla, lo dicen muy alto esos gran<strong>de</strong>s ejércitos que<br />
Báez <strong>de</strong>staca sobre ella <strong>de</strong> tiempo en tiempo, así como también los que se ve obligado a reunir<br />
en Azua cada vez que circulan rumores <strong>de</strong> invasión. Para habérselas con una simple guerrilla<br />
no se habría necesitado el número <strong>de</strong> tropas con que el general Jiménez fue <strong>de</strong>rrotado en Las<br />
Matas el 18 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1869, ni el ejército con que el general Salcedo atacó a San Juan el 25 <strong>de</strong><br />
agosto <strong>de</strong>l mismo año, ni el aparato bélico con que el indicado Salcedo invadió a Las Matas el<br />
2 <strong>de</strong> noviembre siguiente, ni la movilización <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1870 a causa <strong>de</strong> la marcha <strong>de</strong> Cabral<br />
sobre Viajama, ni la <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong>l mismo año en el Cibao con motivo <strong>de</strong> su representación por<br />
Capotillo, ni la <strong>de</strong> octubre subsiguiente provocada por el ataque <strong>de</strong> Túbano, ni las respetables<br />
columnas con que el 7 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1871 triunfó el general Figueredo en El Corozo, y fue<br />
batido el general Pérez en Palo Copado, ni el número <strong>de</strong> hombres con que el general Cáceres<br />
le marchó a Luperón en Marmolejo el 17 <strong>de</strong>l mismo mes, ni las fuerzas imponentes con que<br />
el mismo Cáceres se presentó en San Juan el 6 <strong>de</strong> junio último, ni las que el 7 <strong>de</strong> septiembre<br />
volvieron a invadir aquella heroica población.<br />
Y que el movimiento revolucionario <strong>de</strong>l Sur tiene po<strong>de</strong>r en la opinión más allá <strong>de</strong>l territorio<br />
que ocupa, y que ha ocupado siempre, a pesar <strong>de</strong> los repetidos ataques que se le han dado, lo<br />
indican el pronunciamiento <strong>de</strong> El Seibo el 13 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1869, el <strong>de</strong> Samaná el día 7, y el <strong>de</strong><br />
San Cristóbal, el día 10 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong>l mismo año, el que fracasó en la capital el 3 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong><br />
1870, el <strong>de</strong> Puerto Plata, el 10 <strong>de</strong> junio siguiente, el movimiento <strong>de</strong> Yamasá y San Francisco <strong>de</strong><br />
Macorís; poco tiempo <strong>de</strong>spués, el motín <strong>de</strong> San José <strong>de</strong> los Llanos, el 27 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1871, y la<br />
insurrección <strong>de</strong> las fronteras <strong>de</strong>l Norte casi en los mismos días.<br />
Pero no obstante la autenticidad <strong>de</strong> estos hechos históricos marcados en los anales <strong>de</strong>l<br />
país con la sangre vertida en inhumanos cadalsos por los Herrera y los dos Merce<strong>de</strong>s, los<br />
dos Evangelistas y los Silvestre, los tres Félix y los Scroking, los Mariana y los dos Díaz, los<br />
Aquino y los Couto, los Franco y los Heredia, los Curiel y los Volta, los Ricardo y los Nelico,<br />
los Miranda y los dos Benítez, los Vallona y los Rodríguez, los Perdomo y los Cuché, los<br />
Alonso y los Reyes, los Objío y los Mella, los Cabrera y los Lozano, los Pimentel y los Diez, los<br />
Encarnación y los Cruz, y otras tantas víctimas sacrificadas por el furor <strong>de</strong> los anexionistas,<br />
no obstante estos hechos, <strong>de</strong>cimos, los comisionados no tienen inconveniente en avanzar la<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la región que sirve <strong>de</strong> teatro a las operaciones <strong>de</strong> Cabral está casi <strong>de</strong>spoblada, limitándose<br />
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