You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Escritos históricos José Gabriel García<br />
¡Ah! Porque esos datos y otros análogos que omitimos por no ser cansados, corroboran<br />
las aseveraciones hechas por Cal<strong>de</strong>rón Collantes, por Olózaga, por Félix <strong>de</strong> Bona, por Núñez<br />
<strong>de</strong> Arce, por Gándara, por González Tablas y otros más, que han bebido en buenas fuentes,<br />
en los archivos <strong>de</strong> Mardid; <strong>de</strong>mostrando a<strong>de</strong>más victoriosamente, que Santana no solo aceptó<br />
las gestiones ambiguas hechas antes <strong>de</strong> ser político, sino que las reforzó con las posteriores;<br />
pues si nuestro contendiente se resiste a creer lo que está claro como la luz, es <strong>de</strong>cir, que fueron<br />
los políticos dominicanos pertenecientes a esa minoría que tuvo siempre sobre el tapete<br />
el expediente <strong>de</strong> los protectorados y <strong>de</strong> las anexiones, los que tomaron la iniciativa en las negociaciones<br />
con España, ¿cómo va nadie a creerle que hubiera dominicano o extranjero que<br />
se atreviera a dar pasos, nada menos que en el sentido <strong>de</strong> ligar los intereses políticos <strong>de</strong>l país<br />
con los <strong>de</strong> una nación extranjera, estando en el po<strong>de</strong>r el hombre que acababa <strong>de</strong> consumar<br />
la tragedia <strong>de</strong>l 27 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1845, si no hubieran estado autorizados plenamente por él, o<br />
no hubieran podido contar con su aprobación incondicional?<br />
Esto en cuanto a las indicaciones que respecto al objeto en cuestión rehusó constantemente<br />
España, bajo cualquier forma que se le presentaran, según la circular <strong>de</strong>l ministro Cal<strong>de</strong>ron<br />
Collantes, documento irrecusable, antes <strong>de</strong> concluir por reconocer solemnemente la soberanía<br />
e in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la República por el tratado <strong>de</strong> 18 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1855; que en cuanto a las<br />
posteriores no hay que hablar, pues ni aun proponiéndose nuestro contendiente ser más realista<br />
que el rey, podría <strong>de</strong>sfigurar un hecho que el mismo Santana confesó en su manifestación <strong>de</strong> 18<br />
<strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1861 a los dominicanos, cuando al <strong>de</strong>scifrarles el enigma que encerraba una frase<br />
estudiada <strong>de</strong> su proclama <strong>de</strong> 27 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1854, les dice:<br />
Al hacer entonces tan viva manifestación <strong>de</strong> mis sentimientos, creía interpretar los vuestros y no me<br />
engañé; estaba marcada para siempre mi conducta; mas la vuestra ha sobrepujado a mis esperanzas”.<br />
Más claro no canta un gallo. Y tan fue así que el escritor que publicó en 1862 el folleto<br />
titulado El general don Pedro Santana y la anexión <strong>de</strong> Santo Domingo a España, con el objeto <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rlo <strong>de</strong> los cargos que le hacía el autor <strong>de</strong> La gran traición, a pesar <strong>de</strong> haber hecho su<br />
trabajo, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse así, en presencia <strong>de</strong> su <strong>de</strong>fendido, no tuvo más recurso que consignar<br />
el siguiente párrafo, sin duda para no ponerse en pugna con la verdad:<br />
Po<strong>de</strong>mos afirmar <strong>de</strong> la manera más terminante que ninguna mira interesada, como se ha querido<br />
suponer, movió al gobierno español a aceptar la anexión. El movimiento <strong>de</strong>l 18 <strong>de</strong> marzo sorprendió<br />
a España más aun si cabe que a las <strong>de</strong>más naciones. El gabinete <strong>de</strong> Madrid, a pesar <strong>de</strong> las reiteradas<br />
instancias <strong>de</strong> los dominicanos, dudando tal vez <strong>de</strong>l éxito que pudiese tener una tentativa<br />
<strong>de</strong> reincorporación, rogó al gobierno <strong>de</strong> la ex república QUE LA APLAZARA INDEFINIDAMENTE.<br />
¿Qué dirá ahora nuestro contendiente? ¿Insistirá todavía en negar que fueron los hombres<br />
<strong>de</strong> Estado dominicanos, con Santana a la cabeza, los que metieron a los hombres <strong>de</strong><br />
Estado españoles en el negocio <strong>de</strong> la anexión, tan funesto para las dos partes contratantes?<br />
Lo dudamos.<br />
Sin embargo, bueno es que antes <strong>de</strong> oír lo que dice ningún escritor dominicano respecto a<br />
cómo se llevó a cabo la anexión que se supone hecha por todos los dominicanos, oigamos como<br />
explicó el acto un extranjero imparcial, F. G. S., al escribir en 1864 y publicar en Londres su<br />
folleto Santo Domingo Spanish annexation, spanish policy; their social and political results.<br />
223