08.05.2013 Views

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Te</strong> <strong>presto</strong> <strong>mi</strong> <strong>Stradivarius</strong><br />

se me está portando bien, ‘sta chica, se me.<br />

—‘Sta chica te come? —le preguntó Beatriz, que ese día parecía otra,<br />

siguiendo el juego.<br />

—Me come, me trabaja, me anda bien, me anda. —contestó Juan y<br />

Cossio dijo también algo por el estilo.<br />

Al principio yo también me reí, pero como todos se seguían riendo<br />

ter<strong>mi</strong>né por ponerme colorada y ya no sabía dón<strong>de</strong> meterme. De<br />

todos modos los halagos me habían gustado y el lunfardo los hacía<br />

parecer más cariñosos todavía.<br />

Cuando Beatriz llegó a la puerta se volvió para <strong>de</strong>cirme que ya<br />

que me gustaban las plantas, que comprara algunas más y que le pasara<br />

el vale.<br />

Bueno, podía seguir regando <strong>mi</strong>s plantas tranquila y seguir llevando<br />

jaz<strong>mi</strong>nes a la agencia. Sentía que habían aceptado <strong>mi</strong> pedacito <strong>de</strong><br />

ama <strong>de</strong> casa, que no podía olvidar.<br />

La historia <strong>de</strong>l aviso había empezado cuando Cossio se apareció<br />

con unos planos <strong>de</strong> unos triplex en <strong>mi</strong>tad <strong>de</strong>l bosque, en Pinamar, cerca<br />

<strong>de</strong> la playa, con postigones <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, pare<strong>de</strong>s lustrosas y blancas,<br />

techos con gruesas vigas <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra y un <strong>de</strong>sván.<br />

Pensé entonces en los libros que había leído en <strong>mi</strong> infancia, don<strong>de</strong><br />

era infaltable el <strong>de</strong>sván. Pensé en la cabaña en la que habíamos estado<br />

con los chicos en Bariloche. Pensé en el bosque <strong>de</strong> Caperucita y<br />

el lobo, en las vacaciones en fa<strong>mi</strong>lia, esas que ya no tenía y con todo<br />

eso en <strong>mi</strong> cabeza, aunque sin <strong>de</strong>cir ninguna <strong>de</strong> ellas, hice <strong>mi</strong> aviso.<br />

Salió en La Nación <strong>de</strong>l do<strong>mi</strong>ngo. Me levanté temprano, nada más<br />

que para ir a comprar el diario. Fue emocionante verlo publicado. Parecía<br />

distinto. Lo recorté y lo pegué en <strong>mi</strong> carpeta <strong>de</strong> tapas naranjas.<br />

De tanto en tanto lo <strong>mi</strong>raba. Había tantas cosas mías encerradas<br />

en ese aviso…<br />

119

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!