08.05.2013 Views

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Te</strong> <strong>presto</strong> <strong>mi</strong> <strong>Stradivarius</strong><br />

preguntaban por qué “les hacíamos esto”. Sí; era todo muy reciente;<br />

también había sido duro para ellos, tanto que se olvidaban <strong>de</strong> pensar<br />

cuánto sufríamos Fernando y yo.<br />

En cuanto se ter<strong>mi</strong>naron <strong>de</strong> abrir los regalos <strong>de</strong>cidí irme con Marina.<br />

Los <strong>de</strong>más chicos se quedaron con Fernando. La <strong>de</strong>spedida fue<br />

triste.<br />

Me costaba ir directamente a casa, por eso le pregunté a Marina si<br />

quería que fuésemos a tomar algo a algún lugar, pero encontramos<br />

todo cerrado. Ca<strong>mi</strong>namos entonces por la avenida Santa Fe y como<br />

comenzó a llover, nos volvimos al auto cuando un hombre joven se<br />

acercó a hablarnos. Marina se puso nerviosa. Le dije a <strong>mi</strong> hija que no<br />

se preocupara, tratando <strong>de</strong> que no advirtiera que yo también lo estaba;<br />

calculé que había bastante gente ca<strong>mi</strong>nando a la vuelta <strong>de</strong> sus festejos,<br />

<strong>mi</strong>entras me arrepentía por no haber vuelto a casa directamente<br />

y le pedí al muchacho que se fuera.<br />

Era la primera vez que nos pasaba algo así, tal vez porque nunca<br />

habíamos salido juntas tan tar<strong>de</strong> a la noche. Me sentí muy extraña;<br />

tenía una hija tan gran<strong>de</strong> como para que vinieran a hablarnos a las<br />

dos. En ese momento ya no éramos madre e hija, sino dos mujeres.<br />

De golpe la hija es una mujer. ¡Y qué golpe!<br />

Eso había sucedido el 25, así que cuando llegó el 31 <strong>de</strong> diciembre,<br />

no habíamos querido repetir la <strong>mi</strong>sma historia y <strong>de</strong>cidimos, por primera<br />

vez, pasar la noche <strong>de</strong>l 31 sin nadie más que nosotros, Fernando,<br />

yo y los chicos.<br />

Cuando volví <strong>de</strong> la agencia me <strong>de</strong>diqué a cocinar. Preparé una torta<br />

<strong>de</strong> chocolate, un plato frío, lomos con champignons, puse las bebidas<br />

a helar. La señora que estaba con nosotros <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía muchos<br />

años me había ofrecido <strong>de</strong>jar todo preparado antes <strong>de</strong> irse, pero le había<br />

dicho que no. Quería ocuparme yo <strong>mi</strong>sma.<br />

Cuando llegó Fernando la casa estaba llena <strong>de</strong> flores, la mesa tendida<br />

con el mejor mantel, yo tenía puesto un hermoso vestido largo<br />

y escotado, las luces todas encendidas. Los chicos refunfuñaron un<br />

poco, pero logré que se vistieran como para una fiesta. <strong>Te</strong>nía la ilusión<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>slumbrar a Fernando y <strong>de</strong> que mágicamente se diera cuenta<br />

<strong>de</strong> todo lo que había perdido al irse. De pronto tuve tanta fe en<br />

55

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!