08.05.2013 Views

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

Te presto mi Stradivarius, de Gloria Gitaroff

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Te</strong> <strong>presto</strong> <strong>mi</strong> <strong>Stradivarius</strong><br />

<strong>mi</strong>raba, en lugar <strong>de</strong> <strong>mi</strong>rar para a<strong>de</strong>lante. Le pedí que no fuera tan rápido,<br />

tratando <strong>de</strong> no mostrarle, en lo posible, cuánto <strong>mi</strong>edo me daba.<br />

Se sonrió, me pidió disculpas y bajó la velocidad. Se notaba que le<br />

costaba mucho andar <strong>de</strong>spacio.<br />

Después <strong>de</strong> un largo silencio, me dijo en voz baja:<br />

—Me enteré <strong>de</strong> que te separaste, Inés.<br />

Había algo <strong>de</strong> tanta cali<strong>de</strong>z en la manera como me lo dijo que yo,<br />

que andaba necesitada <strong>de</strong> ternura, me eché a llorar.<br />

Guido no supo bien qué hacer con<strong>mi</strong>go y optó por seguir manejando<br />

<strong>de</strong>spacio y en silencio. Me fui calmando, hasta que él, al verme<br />

mejor, me dijo que lo sentía. Me puse a llorar otra vez.<br />

Entonces Guido <strong>de</strong>tuvo el auto, me acarició la mejilla y me dijo<br />

en voz más baja todavía:<br />

—Es muy reciente lo tuyo.<br />

Entendí que según él, yo tenía motivos para llorar y me sentí<br />

menos ridícula. Lloré otro poco, <strong>mi</strong>entras Guido me <strong>mi</strong>raba sin <strong>de</strong>cir<br />

nada, haciéndome compañía. Cuando <strong>de</strong>jé <strong>de</strong> llorar puso una<br />

mano comprensiva sobre <strong>mi</strong> hombro y me preguntó si podía llevarme<br />

a casa.<br />

Cuando llegamos, le dije que a partir <strong>de</strong> ahí no se iba a ofrecer a<br />

llevar a una mujer a su casa sin pensarlo dos veces. Guido no me respondió,<br />

pero en cambio me tomó la cara con las dos manos y me<br />

besó suavemente en la mejilla.<br />

—Suerte para tu examen —me dijo, y yo me bajé <strong>de</strong>l auto.<br />

Encontré la casa llena <strong>de</strong> gente. Estaba <strong>mi</strong> hermano con su ex-mujer,<br />

con la que se lleva muy bien <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se separaron, unos meses<br />

antes. Estaba Fernando y a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>mi</strong>s hijos algunos chicos más,<br />

porque como la casa es gran<strong>de</strong> el corazón es enorme.<br />

Me sentí confundida; dos matrimonios que ya no lo eran más, reunidos<br />

sin embargo como si no hubiese pasado nada. Verlo a Fernando<br />

me perturbó; no lo esperaba. Por un momento parecía una noche<br />

cualquiera como las <strong>de</strong> antes, pero pronto me di cuenta <strong>de</strong> que<br />

Fernando tenía el saco puesto y la corbata con el nudo flojo. Eso me<br />

hizo volver a la realidad; hacía una semana que se había ido <strong>de</strong> casa.<br />

De esa casa que ya no era la suya, la <strong>de</strong> ponerse al llegar los jeans y la<br />

27

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!